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OBSERVATORIO SOBRE LA DESPOBLACIÓN

La despoblación en Aragón

Casi el 25% de los pueblos de Aragón cuentan ya con menos de 100 habitantes

La despoblación avanza sin que fragüen las alternativas tomadas en muchos municipios. Así es el mapa de la despoblación en Aragón.

Dos vecinos de Cabolafuente, una de las localidades más afectadas por la despoblación.
Dos vecinos de Cabolafuente, una de las localidades más afectadas por la despoblación.J.M.


Tramaced, en Huesca, estrenó el 2016 con la noticia de que su alguacil, llegado meses antes al pueblo gracias a la oferta de trabajo publicada por el Ayuntamiento, dejaba el pueblo de forma irrevocable. Había sido el último en salir de un municipio pequeño, de apenas 100 habitantes, que durante el año pasado vio crecer su censo gracias al empadronamiento de los miembros de su familia y de descendientes del pueblo que había tenido a bien registrarse en el lugar de origen de sus padres.

“Es muy difícil conseguir que llegue gente a los pueblos”, valora su alcalde, Pascual David Inglán, llegado al ayuntamiento tras las pasadas elecciones de mayo y que ahora está preparando las ofertas para atraer a nuevos inquilinos que se hagan cargo de la piscina, el bar, y los otros servicios que precisa el pueblo en verano cuando aumenta su población. Porque durante el invierno ni siquiera lo habitan la mitad de los vecinos que aparecen en el padrón.

La historia de Tramaced es la de otros muchos pueblos aragoneses que pelean cada año por mantener vivo al municipio. Un objetivo que con una población envejecida y sin apenas empleo más allá de los agricultores y ganaderos que siguen manteniendo los campos se vuelve tremendamente complicada.

Una cifra, la de un mínimo de 100 habitantes, sirve para diagnosticar los efectos con los que año tras año la despoblación va mellando la demografía aragonesa. Según los últimos datos definitivos del Instituto Nacional de Estadística, Aragón contaba en 2015 con 175 pueblos que ya tenían menos de cien vecinos censados. Prácticamente el 25% de todos los ayuntamientos que hay en Aragón. Una cifra que no ha dejado de crecer en las últimas décadas, y que en los casos más extremos ha empujado a muchos núcleos hasta dejarlos casi deshabitados.


Cerveruela, en la comarca del Campo de Daroca, fue uno de esos pueblos que rozaron la despoblación completa, pero que hoy invita al optimismo. En los años noventa apenas dos personas vivían en sus calles. Hoy tampoco son muchos más (33 censados que no llegan a la veintena en todo el año), pero la llegada de emprendedores jóvenes en los últimos tiempos ha cambiado al pueblo hasta ser uno de los más jóvenes de su zona. María, que junto con sus hermanas mantiene una granja escuela en la localidad, fue una de ellas. “Yo lo tenía muy claro desde el principio que quería venir al pueblo. Pero es una decisión que entiendo que no comparte mucha gente”, señala. 

53 municipios se encuentran en situación 'terminal' y con pocas garantías de mejora

El último informe del Consejo Económico y Social de Aragón traza una radiografía sobre los pueblos que parten con una situación “menos favorable” para combatir su despoblación. Son un total de 53 (el 7% de los 731 con los que cuenta la Comunidad), que juntan una serie de características nada favorecedoras. Todos ellos tienen menos de 100 habitantes, sin apenas población infantil y adolescente, tienen una población de más de 64 años que supera el 40% (es decir, “demográficamente terminales”) y que han reducido su número de empadronados en más de un 20% entre 2004 y 2014.

Bagüés, en las altas Cinco Villas, es el más envejecido de todos estos municipios. Tiene solo 15 vecinos de los que 10 han superado ya los 65 años. Su caso es similar al de Tormón, que también se recoge en este grupo de 53, en la Comunidad de Teruel a apenas unos kilómetros del Rincón de Ademuz. Allí se ha iniciado en los últimos años junto a los municipios de Albarracín, Rubiales y Bezas varios estudios para conocer si sería rentable recuperar un oficio del siglo pasado, el de resinero, para crear aunque fuera un puesto de trabajo en el pueblo. Y es que más allá de la falta de servicios, es fundamentalmente el trabajo el principal valor con el que juegan estos pueblos para atraer población. Y también el que en su momento les hizo perder vecinos de forma escandalosa.

Teruel ha perdido más de 100.000 habitantes en medio siglo

Visto en perspectiva el problema se hace aún más grande. Según el censo de 1950, en Aragón apenas existía un municipio registrado con menos de 100 habitantes. Era Banastás, en Huesca, un pueblo que vio reducida a la mitad su población tras la Guerra Civil al quedar encuadrado en medio del frente bélico durante la ofensiva de Huesca. Ahora se ha recuperado y cuenta con más de trescientos vecinos, un camino que sin embargo, fue inverso para centenares de pueblos donde la emigración hacia las ciudades durante los años sesenta y setenta dejó multitud de pueblos en decadencia.

Aunque la despoblación se reparte por prácticamente todas las comarcas aragonesas, la evolución del censo marca que ha sido Teruel la provincia más afectada con diferencia. Hasta 100.000 personas menos contabiliza ahora mismo la provincia con respecto a 1950. Un periodo en el que los pueblos oscenses también han perdido 12.000 vecinos, mientras que Zaragoza, por el contrario, ha ganado más de 350.000.

Estos fueron algunos de los datos que se pusieron sobre la mesa el año pasado durante la ponencia que elaboró el Senado para abordar, por primera vez de forma concreta, el problema de la despoblación. En ella se arguyeron distintos planes para cuantificar el dinero que haría falta para dotar con algunos beneficios fiscales y ayudas a las zonas más afectadas, todas ellas sin financiación comprometida en los presupuestos de 2016. También el proyecto Serranía Celtibérica o los empresarios de Teruel, Cuenca y Soria han reunido esfuerzos a lo largo del último año para conseguir financiación europea, al igual que la DGA, de momento sin conseguirlo.
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La jornada en Miravete de lucha contra la despoblación llama a la unidad

Miravete de la Sierra acogió una importante jornada, tal y como leemos en la edición digital de Diario de Teruel

La jornada sobre lucha contra la despoblación rural celebrada ayer en Miravete de la Sierra fue un llamamiento a la unidad de Administraciones, asociaciones y emprendedores para combatirla. Por su parte, la presidenta de la DPT, Carmen Pobo, y el alcalde de Teruel, Manuel Blasco, reclamaron ideas para desarrollar el medio rural, porque existe la financiación.

El presidente de la Asociación contra la Despoblación Rural, Javier Pérez, organizador de la jornada celebrada ayer en Miravete de la Sierra en colaboración con el Ayuntamiento de esta localidad, destacó la necesidad de la unidad, de trabajar todos juntos para poder hacer algo contra la despoblación rural. "Hay que trabajar en equipo. Solos no se puede. Tienen que estar las administraciones, más las empresas, más las ONGs y más los nuevos pobladores para poder algo contra la despoblación rural".

Javier Pérez señaló que su asociación en tres años había recibido medio millar de peticiones de familias que se han querido instalar en el medio rural y 22 ha logrado asentar, la mayoría de ellas en la provincia de Teruel, 11. Pero también dijo que una de cada cuatro familias fracasan en el intento de establecerse en el medio rural y que la razón se debe a la falta de empleo y a la falta de adaptación en el medio rural. Asimismo comentó que hace dos años fue cuando más solicitudes tenía la asociación para ayudar a instalar nuevos pobladores en el medio rural y que ahora se ha relentecido.

La presidenta de la DPT, Carmen Pobo, también hizo hincapié en la unidad por parte de todos para combatir la despoblación que sufre el medio rural y recordó que para la Institución que preside es un "desafío" combatirla. "Es nuestra mayor preocupación, la situación demográfica de despoblación y envejecimiento". En este punto recordó el programa "EmpreMter" para apoyar iniciativas de mujeres en el medio rural. También dijo que la solución a la despoblación ni es fácil ni inmediata por lo que se tiene que implicar a todas las administraciones, incluida la Unión Europea.

Carmen Pobo reclamó ideas para poner en valor el medio rural y crear actividad económica, por lo que animó a trabajar. "Las administraciones tenemos mucha faena. Poner la infraestructura necesaria; garantizar los servicios básicos; facilitar la implantación de empresas y dar un atractivo fiscal".

Asimismo, Pobo anunció que el Maestrazgo va a ser la primera comarca de Aragón en la que se va implantar la nueva generación de la banda ancha.

Por su parte, el alcalde de Teruel, Manuel Blasco, señaló que se habla mucho, se debate mucho sobre la despoblación en el medio rural desde hace décadas y que había llegado el momento de actuar, de pasar a la acción. "El mundo lo mueve las ideas y se tiene que trabajar en proyectos, porque existe financiación". Para ello citó y puso de ejemplos aDinópolis y ciudad del amor en Teruel, Galáctica en Arcos de las Salinas o las espadas de Castelserás, que se exportan a medio mundo.Por último, Manuel Blasco lamentó que el potencial agroalimentario que tiene la provincia de Teruel no se aproveche mejor. "Oportunidades tiene la provincia y tenemos que trabajar todos juntos".

Instalación de una granja de ciervos y nueva familia

El alcalde de Miravete, José Listo, recordó Salvemos Teruel donde se abordaron los mismos problemas que tiene actualmente la provincia de despoblación en el medio rural y añadió que ahora la situación es "desesperada", por lo que reclamó ayuda a las administraciones para crear actividad económica en los pueblos y se cuente con las mismas oportunidades que las ciudades. "La figura del campesino se tiene que sustituir por el ciudadano con el PC que haga sus labores telemáticas en los pueblos". Asimismo anunció que se está tramitando la instalación de una granja de ciervos, que será la primera de la provincia y pidió a la Administración, en este caso al Inaga, mayor agilidad y dar facilidad. También anunció que una pareja de prejubilados van a vivir en Miravete.

Familias con hijos que buscan pueblos para vivir

La jornada sobre lucha contra la despoblación en el medio rural de Miravete de la Sierra sirvió de reclamo para que familias asistieran y vieran alguna oportunidad de instalarse en el medio rural. Una de las familias fue la compuesta por Juan Bosco Morey y Sandra Martín, que tienen tres hijos de 6, 4 y 1 año. Viven en un pueblo de Valencia del que quieren marcharse. Les gustaría instalarse en un pueblo de Teruel por la cercanía a su familia en Valencia. Señalaron que han tenido algunos ofrecimientos de trabajo en Teruel pero que han rechazado. Por otro lado, los gestores del multiservicio de Miravete, Javier Moreno, y Montse Estrada, confesaron estar encantados con el pueblo tras dos meses de llevar el multiservicio rural.

 

 

8.600 habitantes, 36.000 kilos de trufa

Magnífico artículo en EL País, sobre la Trufa Negra como una fuente de vida y de empleo en la Comarca de Gúdar Javalambre , en Teruel, un hito contra la Despoblación en Aragón.

http://politica.elpais.com/politica/2015/02/27/actualidad/1425060271_757109.html

 

Sarrión es un pueblo situado entre Valencia y Teruel, en Gúdar Javalambre, una de las comarcas más despobladas de Europa, con 8.600 habitantes. Sin embargo, no son la soledad ni la emigración, los dos factores que han marcado su historia desde el final de la Guerra Civil, lo que convierte a esta villa en algo extraordinario: Sarrión es la capital mundial de la trufa negra, un preciado hongo cuyo cultivo masivo ha impulsado el desarrollo de una región que estaba condenada a ser engullida por el olvido del mundo rural. En unas décadas, esas "extrañas patatas negras que huelen raro", como las describían los mayores del lugar cuando empezó a generalizarse su recolección, han revolucionado el paisaje y la economía de este rincón de España.

La producción española de trufa negra en la campaña 2013-2014 (se recogen en invierno, de diciembre a marzo, a veces hasta abril) fue de unas 40 toneladas, de las que en torno a 36 provenían de Gúdar Javalambre. En el mismo periodo, la producción de toda Francia fue de entre 40 y 50 toneladas.

"La trufa ha hecho sostenibles zonas que no lo eran. Aquí, hasta la llegada de la trufa, había años muy duros", explica María Jesús Agustín, de 47 años, coprietaria de Manjares de la Tierra, una empresa en torno al preciado hongo fundada hace diez años por tres mujeres que encontraron así una salida que la economía agrícola les negaba. De hecho, las tres señalan que de no ser por las trufas no estarían ahí. "El mundo rural se va perdiendo", afirma su socia Merche Marco, de 48 años. "Teniendo trabajo es más fácil que la gente se quede". Su empresa es sencilla y artesanal, con una tienda abierta al público, aunque su nueva apuesta son las redes sociales y la venta por Internet. En los pueblos, la red es una ventana especialmente importante.

Como otros pueblos de la comarca, Sarrión presenta poca actividad en una mañana ventosa y fría de febrero. Se ve poco comercio, proliferan las casas vacías, ocupadas sólo en los periodos vacacionales, y aparecen bastantes viviendas abandonadas. La densidad de población de la comarca es de las más bajas de la UE: 3,4 habitantes por kilómetro cuadrado, un índice similar al del norte de Escandinavia (la media está en 116 habitantes por kilómetro cuadrado). El campo es duro y la tierra poco agradecida. De vez en cuando, granjas en ruinas salpican el horizonte. Son escenarios que parecen sacados del libro de relatos de John Berger Una vez en Europa, que cuenta sin nostalgia pero con emotivo realismo la extinción del campo en Europa.

En Gúdar Javalambre, sin embargo, los signos de que algo ha cambiando se multiplican. Aquí el paisaje se ha transformado: las tierras con encinas plantadas (carrascas, como se denominan en Teruel) se imponen. Son los campos en los que se cultiva la trufa, que vive y crece en simbiosis con el árbol. "Estamos en el lugar del mundo en el que hay más truficultura", afirma Juan María Estrada, catalán asentado en Sarrión que lleva toda la vida dedicado al mundo de la trufa y es copropietario del vivero Inotruf. La trufa ha supuesto una revolución para esta comarca, formada por 24 pueblos repartidos en 2.300 kilómetros cuadrados. "Es una zona de agricultura muy pobre, sin opciones de cultivo", explica Estrada. "La trufa ha ayudado a fijar la población y se ha convertido en un motor".

El 90% de las trufas españolas se exportan a Francia y desde allí se distribuyen, dado que en España apenas existen empresas de procesado del hongo —lo que quiere decir que muchos productos de trufa francesa tienen su origen en Teruel—. La trufa turolense es la melanosporum, conocida como trufa de Perigord. El precio se fija en el mercado trufero de la zona, que se celebra los sábados al anochecer. Esta semana estaba en 450 y 600 euros el kilo —varía según la calidad y la producción global—, con lo que una trufa de tamaño razonable puede costar unos 20 euros (y con entre dos y cuatro gramos se puede hacer un plato).

Los cuatro hermanos Doñate resumen la historia de la comarca. Empezaron con la trufa hace cuatro décadas, cuando salían al campo en invierno desde la mañana hasta la noche con perros —sin este animal es imposible encontrar el hongo en su momento de maduración perfecto—. Su padre ya era trufero. Pero entonces buscaban solo trufas silvestres: todavía no se cultivaban y los lugares donde se encontraban eran un secreto familiar. Los perros adiestrados para marcar trufas tenían, y siguen teniendo, un valor incalculable. Entonces, y ahora, la inmensa mayoría estaban destinadas a la exportación: las trufas había sido prohibidas por la Inquisición y nunca habían formado parte de la tradición culinaria española.

En 1987, un joven llamado Francisco Edo Navarrete, que había hecho su trabajo fin de carrera sobre el cultivo de la trufa, organizó un cursillo de formación laboral. Así empezó todo. Y cambió la región: los que asistieron a aquel curso se convirtieron en los primeros cultivadores y se dieron cuenta de las inmensas posibilidades que ofrecía el negocio a largo plazo (las encinas tardan entre cinco y diez años en dar los primeros frutos). De hecho, el primer Congreso Mundial de Truficultura, que se celebró en Teruel en 2013, le otorgó una medalla. "La gente que estaba planeando irse ahora se queda porque está encontrando trabajo", explica Ángel Doñate. Su hermano mayor, Manuel, de 61 años, el otro copropietario del vivero Inotruf, relata que estaban a punto de emigrar. "No teníamos otra posibilidad". Apostaron por el oficio que conocían desde niños y ganaron. Algo tan viejo, tan profundo, tan elemental como la relación simbiótica entre un árbol y un hongo y entre un hombre y un animal, sumada a la idea de vivir de lo que da la tierra, ha acabado por convertirse en un boom económico.

Pero en Gúdar Javalambre falta el siguiente paso: pasar del cultivo a la industria. "La trufa nos da la ilusión de que aquí hay un futuro", explica Miguel Pérez, de 51 años, dueño del hotel La Trufa Negra, en Mora de Rubielos, y del restaurante Melanosporum, dedicado al preciado hongo. También es propietario de una empresa de maquinaria que antes se dedicaba a las obras públicas y ahora a preparar los campos para el cultivo de la trufa. Su hija Sandra, de 26 años, licenciada en Administración de empresas, gestiona el hotel y Trusens, una línea de productos. Pertenece a una generación que se ha quedado. "Todos los sectores se están dirigiendo hacia la truficultura", afirma. A principios de diciembre se celebra en Sarrión una feria gigante que reúne a 22.000 personas. La asociación de recolectores y productores de trufas (Atruter) tiene 500 miembros, una enormidad para un lugar con una población tan baja. "Siempre digo que somos la capital mundial de la trufa, aunque no tenemos la misma cultura que existe por ejemplo en el Perigord francés", explica Julio Perales Vicente, presidente de Atruter. "Nos falta el siguiente paso, las empresas que procesen la trufa y que encuentre un mercado en España".

Las trufas silvestres prácticamente han desaparecido por la sobreexplotación o la sequía. Pero los viveros ya son capaces de crear encinas micorrizadas que casi con toda seguridad producirán trufas —no confiesan cómo es el proceso, es su propia fórmula de la Coca-Cola—. Actualmente se cultivan unas 6.500 hectáreas, cifra que va en aumento. El regadío, que requiere una inversión importante, es esencial: sin agua no hay producción. Sin embargo, hay muchas preguntas sin respuesta, los agricultores trabajan con ensayo / error ya que la trufa es imprevisible. "Llega un año complicado y te rompe todos los esquemas", prosigue Ángel Doñate. Rafael, otro de los hermanos, agrega: "Con las trufas, dos por dos nunca son cuatro. Por eso tienen el valor que tienen".

 

La marcha de una familia con 3 hijos cierra la escuela de Fuentes Calientes

Lo leemos en Diario de Teruel; es una pésima noticia, pero una consecuencia de la falta de seriedad de algunos nuevos pobladores, que parecen acudir a la llamada desesperada de muchos pueblos, con absoluta frivolidad. Sin arraigo, no hay futuro; la vida en los pueblos es tan dura como hermosa, la vida en los pueblos es tan dulce como amarga; el cierre de un colegio es un portazo a la esperanza. 



La marcha de una familia de nuevos pobladores con tres hijos ha provocado el cierre de la escuela de Fuentes Calientes. Unas fechas antes otra familia de inmigrantes con dos niños se marchó y han dejado la escuela con 2 alumnos de los 7 que comenzaron el curso académico. Los dos alumnos de Fuentes Calientes se desplazan a estudiar a Alfambra. Fuentes Calientes pertenece al CRA Teruel 1, muy afectado por la despoblación y el cierre de las escuelas en los últimos años.

El alcalde de Fuentes Calientes, José Luis Ferrer, manifestó que la causa del cierre de la escuela se ha debido a la marcha en poco tiempo de dos familias, una con tres hijos y la otra con dos. "En Fuentes Calientes había 7 niños y el curso que viene hubiéramos habido, si se hubieran quedado las dos familias, 10 alumnos, pero la última marcha de la madre con tres hijos nos dejan sin posibilidades al quedar la escuela con dos alumnos. En cuestión de 20 días hemos pasado de tener siete niños en la escuela a tener solo dos",

El primer edil de Fuentes Calientes señaló que la familia con tres hijos regentaba el multiservicio rural, que tiene bar, 6 habitaciones y un apartamento, y la familia de inmigrantes procedía de Marruecos y trabajaba de pastor. "Esta familia se ha ido a un pueblo de la provincia de Teruel".

José Luis Ferrer señaló que va a ser difícil que se vuelva a reabrir la escuela de Fuentes Calientes, porque los nuevos pobladores y los inmigrantes te pueden dejar colgado en cualquier momento, como ha ocurrido.

En esta línea, el alcalde dijo que los padres de los niños que han quedado han decidido llevar a sus hijos a Alfambra y no a Perales del Alfambra, que está más cerca, por el temor de que pueda suceder lo mismo que en Fuentes Calientes.

Ferrer comentó que la escuela de Fuentes Calientes está muy bien equipada y en muy buenas condiciones, pero no adelantó que va a pasar con ella si se cede a una asociación cultural como ya se cedió otra aula cuando había dos unidades escolares en Fuentes Calientes.

El director del CRA de Teruel 1, José María Martínez, manifestó que el cierre de la escuela de Fuentes Calientes es consecuencia de la despoblación que está sufriendo el medio rural y de la movilidad que tienen los nuevos pobladores y los inmigrantes. "La familia de inmigrantes de Fuentes Calientes que tiene dos hijos gemelos se han ido al CRA 1 Jiloca, que es el de Santa Eulalia del Campo. La otra familia, la de los nuevos pobladores, se ha ido por cuestiones personales entre la pareja. Los padres de los dos niños han decidido llevar a sus hijos a Alfambra por tener una garantía de que no vuelva a suceder lo mismo y por socialización con más escolares".

En este punto, el director del CRA Teruel, que está en Perales del Alfambra, apuntó que la escuela de Perales cuenta con 6 alumnos para el próximo curso. "De los 91 alumnos que tiene el CRA Teruel 1 casi el 50 por ciento son escolares de familias de inmigrantes o de nuevos pobladores. La mayoría de los inmigrantes son marroquíes, más de 20. Sus padres se dedican la mayoría al pastoreo. Los rumanos a la albañilería y a la hostelería. También tenemos argentinos y peruanos."

Pese a los reveses que está sufriendo el CRA Teruel 1 de cierre de escuelas rurales en los últimos cursos, (Escorihuela, Orrios y Fuentes Calientes), José María Martínez se mostró un claro defensor de las escuela rural, al igual que sus compañeros de profesión, por la proximidad a los niños y la cercanía a las familias de los escolares. "Además hay mucha coordinación en las escuelas rurales con los trabajadores sociales, con los Ayuntamientos, con los alcaldes. La relación es muy estrecha y el profesorado es joven y con ganas de trabajar. Igualmente en la escuela rural se realizan proyectos de innovación, proyectos piloto. Las actividades que se hacen son la mayoría gratuitas y la Comarca Comunidad de Teruel apoya las escuelas rurales con el ofrecimiento de talleres", comentó.

El CRA Teruel 1 cuenta con 91 alumnos en 7 municipios

El CRA Teruel 1, cuya sede está en Perales del Alfambra, cuenta actualmente con 91 alumnos, que se reparten en 7 municipios. Alfambra tiene 21 alumnos. Visiedo 5; Argente 9; Camañas 12; Galve 27; Perales del Alfambra 10 y Pancrudo 7. Galve es el municipio que es excepción dentro del panorama de despoblación del medio rural. El director del CRA Teruel, José María Martínez, calificó de "excepcional" el caso de Galve, donde hay mucha juventud y 27 alumnos en la escuela con tres profesores, uno proveniente de la escuela de Fuentes Calientes. En esta línea, el director del CRA Teruel 1 dijo que en Visiedo hay 5 alumnos y se ha dejado la escuela por la perspectiva de que van a entrar más niños el próximo curso. El CRA Teruel 1 contaba con escuelas en Escorihuela, que cerró en el curso 2010-11; Orrios en el curso 2012-13 y ahora, cuando no se esperaba al haberse comenzado el curso escolar, en Fuentes Calientes.

 

Entrevista a Luis Antonio Sáez, presidente del CEDDAR y Profesor de economía aplicada

Entrevista a Luis Antonio Sáez, presidente del CEDDAR y Profesor de economía aplicada

Extraordinaria entrevista en Diario de Teruel de Mari Cruz Aguilar a nuestro amigo Luis Antonio Sáez.

Vale la pena leerla con calma. 

Luis Antonio Sáez es profesor titular de Economía Aplicada en la Universidad de Zaragoza y presidente del Centro de Estudios sobre la Despoblación y Desarrollo de Áreas Rurales (Ceddar). Es uno de los mayores expertos en despoblación y alerta de que hay que tomar medidas cuanto antes y que realmente sirvan para el territorio y no solo para arrancar votos como muchas veces, recuerda, ha ocurrido.

- Es el presidente del Ceddar y, sin embargo, ha asegurado en diversos foros que el tiempo de analizar la situación ya ha pasado, que hay que pasar a la acción, ¿Por qué?

- No son cosas antagónicas el análisis y el reformismo, al contrario, se complementan y refuerzan. Pero sí es problemático estancarse en una de ellas, o hacer una sin la otra, hacer política sin reflexión, y teorizar sin sentido práctico. En el caso de la despoblación y del desarrollo rural en Aragón la acción política ha sido asistemática, improvisada y apenas ejecutada, atascada en despachos y normas. No por culpa de los técnicos, pero sí por quienes los han dirigido sin criterio ni conciencia de lo que afrontaban. Y la ciudadanía, bueno, una parte importante, o más ruidosa, que sirve de referente mediático y cortejo electoral, se ha acomodado en unos tópicos victimistas que la exoneran de su corresponsabilidad, sin asumir su protagonismo.

- ¿Qué nos queda entonces?

-Estamos en los últimos minutos de partido, en muchos pueblos sin jóvenes ni proyectos, haciendo centrocampismo dialéctico superficial, sin profundizar hacia el área concreta de las soluciones, tanto desde el flanco político como desde los agentes sociales. Pronto estaremos en el tiempo de descuento, lamentándonos de no haber atacado nuestro futuro con más rigor, compromiso y efectividad cuando había más margen. Han pasado más de treinta años del primer gobierno autonómico y de las primeras corporaciones locales votadas democráticamente y sus resultados, o, mejor, su esfuerzo al respecto, salvo alguna excepción, ofrece ciertas dudas.

- ¿Se ha dicho todo en materia de despoblación?

-No, ni mucho menos, siempre hay temas inéditos para la investigación, más aún en el desarrollo rural o en demografía, que son asuntos cambiantes e imprevisibles pues dependen de las conductas humanas, de lo local y de lo global, de las inercias históricas pero también de la innovación. Pero sí que hay, desde hace mucho tiempo, un arsenal suficiente de estudios, de informes, de bibliografía científica, que permitiría, a quien leyera y estudiara esos temas con sentido crítico y reflexivo, y además fuera permeable a lo que sucede en su entorno cotidiano, tomar decisiones consistentes.

- ¿En este tema no existen varitas mágicas supongo?

-La realidad no da saltos, y las soluciones a problemas estructurales, de larga trayectoria como los demográficos y territoriales no pueden corregirse de inmediato. Pero en toda estrategia se ha de combinar el corto y el largo plazo. Las decisiones sobre dónde residir, cuántos hijos tener, si emigrar a la cabecera de comarca, a una masada o a Valencia, son consecuencia de valores, mentalidad, mercados e influencias políticas y administrativas que acumulan causalidades interdependientes que vienen de lejos. Es difícil cambiarlos. Pero la cuestión última, la más determinante según bastantes estudios realizados en diferentes áreas de Europa sobre por qué se queda la gente o por qué decide marcharse, coinciden en que más que por motivos económicos o nivel intelectual es por su sensación de ser parte de una comunidad, de que el lugar donde uno vive, o más aún, donde crece y adquiere sus referentes como persona, es atractivo, creativo, inclusivo, y eso depende de valores que moldean la personalidad y la sociedad.

- También aboga por hacer reivindicaciones reales y no pedir infraestructuras que luego no se utilizan, ¿no es así?

- Es cierto que algunas infraestructuras es condición necesaria, imprescindible para el crecimiento, aunque nunca causa suficiente por sí sola. Ni si quiera es la principal. No por tener un polígono industrial tuneado como plataforma logística hay más empresarios, ni por construir circuitos surge una industria del motor u hotelera que lo amortice; más bien los caminos que han tenido éxito en la historia económica han sido a la inversa. Inversiones que llegaban a la vez, no antes, de su necesidad, justificadas con sumo rigor, austeridad y oportunidad. Todas las infraestructuras, más allá de su inversión inicial, exigen unos gastos de mantenimiento que también suelen ser altos y permanecen en el tiempo. Necesitaríamos un análisis coste-beneficio en el largo plazo, no sólo económico, evidentemente, también social. Y sobre todo que en ese análisis coste-beneficio se descontara el cálculo electoral de quienes las promueven y la presión de los grupos de interés. La lista de polígonos con aliagas, polideportivos sin usuarios, residencias apenas ocupadas, proyectos hoteleros sin gestión ni clientes, agencias de desarrollo sin empresas a las que asesorar es muy larga en Aragón y Teruel.

- Usted habla de poner en marcha proyectos que sirvan de verdad para atender a los que aún viven en el medio rural, ¿como cuáles?

- Hay cuestiones relevantes que dependen de políticas transversales, que no tienen que ver específicamente con el crecimiento económico o la atracción de nuevos residentes, pero que en el medio rural más periférico adquieren una connotación especial. Son el envejecimiento y dependencia, la seguridad personal y patrimonial, la conciliación familiar y laboral, la accesibilidad a la vivienda, la adaptación de ciertas normativas de diseño exclusivamente urbanita, el apoyo al asociacionismo y a la cultura. No exigen tanto un desembolso monetario como incorporar la perspectiva rural a cada gran tema, capacidad de coordinar diversas áreas de gobierno, cierta inteligencia e imaginación para anticipar tendencias, apoyarse en el tejido social local, estudiar e investigar reconociendo que la complejidad de la gestión exige siempre estar aprendiendo, un talante inclusivo hacia los ciudadanos, haciéndoles corresponsables y partícipes.

- Su mensaje sobre el futuro de los pueblos es un tanto negativo, ¿qué vaticinio hace para los pueblos de Teruel que ahora no llegan a cien habitantes?

-Si uno mira las estadísticas aprecia una dinámica curiosa ya desde hace dos décadas o más. Los pueblos más pequeños, esos que usted alude, resisten mejor la despoblación que los medianos. Tienen una especie de suelo en su número de empadronados aunque en la mayoría de los casos es ficticia, gente empadronada allí que no reside. Por eso, de lunes a viernes, muchos estarán vacíos o con poquitos residentes, y el fin de semana recuperaran un cierto dinamismo.

-¿Serán entonces un lugar destinado solo a vacaciones?

- Creo que estos pueblos muy pequeños evolucionarán en torno a tres grandes tendencias. Primera, los que están bien comunicados y un buen nivel en servicios públicos y privados, se mantendrán o incluso se recuperarán. Serán lugares atractivos en los que residir, pues combinarán lo bueno de ambos medios, el rural y el urbano, ejemplificarán la rururbanización anunciada ya por los geógrafos hace veinte años. Esto ya está sucediendo en provincias similares, incluso en la nuestra. Los núcleos más periféricos, desaparecerán como lugares habitados permanentemente, convirtiéndose en pueblos de fin de semana y exigirán una gestión administrativa muy compleja. Y habrá un grupo asistemático, difícil de prever y localizar que dependerán de la presencia en ellos de pequeñas comunidades o grupos de gente joven y madura, a veces incluso de una sola familia, que lo encuentra atractivo para residir y llevar a cabo su proyecto vital.

- ¿Lo rural parece que, en los últimos años, está de moda?

- Hay un saber hacer que acumula conocimientos de muchas generaciones y va a ser muy importante en este siglo que iniciamos, en el que lo territorial, el espacio y lo agrario se van a revalorizar. Por ahí, con innovación vinculada al saber local, habría líneas en las que profundizar colaborando lo público y lo privado. En suma, proyectos inspirados en esas tres t de forma integrada, equilibrada, mestiza: talento, tolerancia y tecnología.

- ¿Qué opina de los proyectos y programas que hay ahora en marcha para atraer nuevos pobladores, cree que son una posible solución para algunos de los pueblos?

- Atraer de golpe a muchas familias sin vínculos previos ni conocimiento del lugar es un proyecto que es muy arriesgado, por muy bienintencionado y planificado que haya sido. Aguaviva y Castelnou son paradigmáticos de esas contradicciones, de ciertas limitaciones difíciles de superar. Resultan implantes un tanto forzados, ortopédicos, que finalmente no arraigan.

- ¿Hay alguno que sí tendría el aprobado?

- En mi opinión el proyecto Abraza la Tierra, también muy importante en la provincia, sí recoge las características deseables, porque tienen que ver con una lluvia fina que gotea y al final empapa. No plantea una meta cuantitativa, de cifra de habitantes, o niños para una escuela, ni está basado en incentivos o subvenciones que, en ocasiones, parecen sobornos, sino en facilitar a personas de origen urbano que tienen un proyecto personal materializable en un entorno rural el que encuentren la población más idónea. No ha generado burocracias adicionales, maneja un presupuesto exiguo dentro de la programación Leader, no exige requisitos personales de hijos o estancia, sino sólo, que no es poco, lo que decíamos antes, un compromiso hacia una comunidad rural de la que formarán parte. También ha tenido fracasos, pero globalmente es una medida que ha rendido importantes frutos, incidiendo en los aspectos de acogida e integración en la localidad de recepción.

- Claro, pero a veces el requisito de los niños es la clave para salvar una escuela...

- Estos programas son interesantes en la medida que facilitan la llegada de quienes sinceramente, de una manera reflexiva y consciente deciden trasladarse a un pueblo. Si la iniciativa es consecuencia de una promesa laboral o de vivienda en personas con una situación familiar extrema que les empuja a emigrar casi sin margen de plantearse el lugar previo al que van a ir, es casi seguro que fracase, aunque tengan competencias profesionales para el puesto ofrecido y muchos niños en edad escolar.

- ¿Cree que las agrupaciones de territorios como plantea Francisco Burillo con Serranía Celtibérica son la fórmula para obtener ayudas de Europa?

-La Política de Cohesión europea, como la práctica totalidad de las políticas regionales occidentales, se ejecuta con base en unidades territoriales administrativas, políticas, dado que la capacidad ejecutiva y la información estadística tienen esa matriz, en el caso de Europa los famosos NUTs (Nomenclatura de Unidades Territoriales), que en el contexto español son nuestras autonomías y provincias. Lo que sugiere el profesor Burillo es definir una especie de región funcional, pero la política europea, como tampoco la española, apenas considera ese tipo de espacios más allá que con fines de estudio, o como laboratorio de políticas experimentales.

- ¿Son las ayudas de la Unión Europea la clave para salvar el medio rural como plantean algunos?

-No, ni mucho menos. Las reciben Orense y Lugo desde hace un cuarto de siglo y su envejecimiento y pérdida demográfica ha sido superior en ese tiempo a la de Teruel. Como decía antes, es fundamental tener un nivel de servicios públicos, sociales y económicos, adecuados. Gran parte de la provincia tardó en alcanzarlos, es cierto, y puede haber lagunas en alguna cuestión muy concreta. Pero hoy en día no es un factor de expulsión del medio rural la asistencia médica, ni la educación, ni los equipamientos sociales o de ocio. En muchos casos su nivel es superior al urbano, que no es, ni mucho menos, perfecto. Tampoco las autovías de Castilla y León cofinanciadas por el FEDER han evitado un despoblamiento y desarticulación del territorio tan grave o más que el nuestro.

- ¿Por qué se va entonces la gente de los pueblos?

- Quienes salen del mundo rural son, sobre todo, jóvenes, y lo hacen por una cuestión de mentalidad o valorativa, de llevar a cabo un determinado proyecto vital muy vinculado a una realización profesional y formativa aunque puedan tener menos incertidumbres económicas y laborales si se quedaran en su lugar de origen. Y por tener más subvenciones europeas no habría muchas más empresas en esos pequeños pueblos de los que salen, con empleo atractivo para retenerlos. Todo influye, obviamente, pero los fondos europeos en mucha menor medida que esos temas transversales, dependientes de nosotros mismos, políticos y ciudadanos, que he citado antes.

- Otro aspecto que se critica desde el medio rural es el dinero que se gasta en poner en marcha nuevos proyectos mientras se deja de lado el sector primario, ¿qué tiene que decir al respecto?

- El sector primario es el más determinante del territorio, de su paisaje físico y humano, y no es deslocalizable. Tiene una gran capacidad de arrastre hacia adelante si se integra en la cadena de valor transformadora y, sobre todo, comercializadora. Podría generar mucho más empleo en el medio rural con una mentalidad más emprendedora. Pero ese cambio cualitativo no es cuestión de dinero ni de reglamentos. De nuevo, es cuestión de valores, de que esa iniciativa creativa sea encauzada, y, sobre todo, reconocida, a veces por los propios agricultores y sus cooperativas, y que haya procesos de imitación y de apoyo. Las actividades creativas requieren de un clima especial, en el que lo político influye, pero no sólo él. Y lo agrario, el sector alimenticio, tiene un carácter estratégico que a medio plazo va a recuperarse con gran notoriedad. Por último, ha sido un error el poco valor que se ha dado a ser pastor o agricultor, como si sólo las desempeñaran quienes no se podían dedicar a otras tareas. Hay un cierto estigma vinculado a ciertas profesiones, curiosamente con gran libertad y creatividad en su ejercicio cotidiano, que convendría reparar.

Huesca es la provincia de España con más pueblos deshabitados

Huesca es la provincia de España con más pueblos deshabitados

Dejamos esta noticia, de Heraldo de Aragón que no por conocida nos deja indiferentes; una realidad con la que convivimos y que padecemos, una realidad cruda y triste, como esa lluvia Amarilla que incesante cae sobre las ruinas de nuestra memoria.

En la imagen Cenarbe.

Huesca es la provincia española con más pueblos deshabitados, un total de 320. Así lo ha podido comprobar Cristian Laglera, autor de dos libros y un tercero que aparecerá en febrero del año que viene, sobre este fenómeno y también de la página web, www.despobladosenhuesca.com, que cuenta ahora con entre 600 y 800 visitas de media al día. Allí se encarga de catalogar estos núcleos, realizando una descripción de cada uno de ellos, contando su historia y características e ilustrando todo ello con imágenes.

Él fue el encargado de inaugurar la tarde del martes las Jornadas Culturales de Otoño de la asociación de vecinos del casco histórico de Huesca, Osca Biella, en su local de la calle de San Salvador. Como explica, el 90% de estas localidades fueron abandonados entre 1930 y 1960. “Hubo varias razones que son comunes a la mayoría, como la construcción de pantanos y sobre todo, la falta de servicios básicos. En estos pueblos no había electricidad, ni luz, ni agua. Ni siquiera tenían un acceso mínimamente digno”, señala. Se unió además la industrialización y la búsqueda de nuevas oportunidades en la ciudad o poblaciones más grandes.

El turismo rural o la reconstrucción de las viviendas por parte de los descendientes de los antiguos propietarios son algunos síntomas de recuperación de estos núcleos, aunque se está dando, asegura el ponente, en un porcentaje muy reducido, “en unas 15 localidades del total”. La zona donde se produjeron más abandonos fue, destaca, el Pirineo, mientras que la comarca de la Hoya de Huesca es la que registra un menor número de casos.

Jornadas culturales

Las jornadas sobre despoblación continuarán hasta el próximo 28 de noviembre con diferentes ponentes y abarcando otras zonas de la provincia de Huesca. El día 18, también martes, será el turno de José María Satué, quien mostrará a través de ‘La memoria de un montañés’, un caso real de emigración rural en Aragón. Para el día 26 está prevista la intervención de Carlos Serrano, miembro del Centro de Estudios sobre Despoblación y Desarrollo de Áreas Rurales de Aragón (Ceddar), quien mostrará este fenómeno desde el punto de vista “de la investigación y lo divulgativo”. El 11 de noviembre, Carlos Cajal tratará la situación de las poblaciones de la parte baja del Guarga, como Lasaosa, Castiello o Layés. El día 25 tomará el testigo Adolfo Castán, quien realizará a su vez un recorrido por el valle de Ara, Sobrepuerto y La Solana.

Por último, el día 28, el grupo político Equo mostrará las conclusiones de su I Jornada sobre despoblación, junto con una mesa de debate. Todas las citas serán a las 20.00 en el local social del barrio y la entrada es gratuita. Aparte, durante todo el mes, se puede disfrutar en este mismo espacio de la exposición ‘Chimeneas sin humo. La despoblación en Aragón’, compuesta por 18 paneles en los que se analizan las consecuencias que ha tenido este fenómeno en la comunidad autónoma. Durante todo el mes se elaborará además un manifiesto sobre despoblación a través de la página de Facebook de Osca Biella.

Pueblos terminales

Excelente artículo de Michel Vallés en EL Periódico de Aragón. Se constata una realidad  que parece ser inevitable. Se hace necesario seguir implementando medidas, al tiempo que se deben exigir resultados.  

El 76,9% de los municipios aragoneses tendrá muchas dificultades para su supervivencia

 

Tres muestras bastan para dibujar las entrañas del Aragón demográfico. Tamarite de Litera, Visiedo y María de Huerva son los síntomas. Configuran la casuística de una comunidad en la que 170 de sus 731 localidades son demográficamente terminales, y 392, están calificadas como muy viejas. Tres cuartas partes de los municipios, el 76,9%, van a tener "muchas dificultades para su pervivencia futura". Significa que cuando mueran las actuales generaciones de mayores, la historia de estos pueblos pondrá un punto final en su línea vital.

"Estamos estancados desde hace años. No crecemos porque los jóvenes no encuentran trabajo y se van". Habla Francisco Mateo (PSOE), alcalde de Tamarite de Litera. Su pueblo, con 3.656 vecinos, responde al canon de localidad de estancamiento demográfico. La morfología de su pirámide poblacional es similar a una campana. Esto es: el 26,23% de sus habitantes tiene más de 65 años; el 56,10% se sitúa entre los 19 y los 64 años y el 17,67% cuenta con menos de 19 años. La lista de municipios que se hallan en esta situación es amplia; son localidades que pese a sufrir las consecuencias de la emigración desde el campo a la ciudad, han conseguido salvar las brasas de su engranaje socioeconómico. Lo que ha permitido ralentizar su deterioro demográfico.

"Hemos sido un pueblo tradicionalmente agrícola y ganadero, dos actividades que ya no pueden crecer", admite Mateo. Su esperanza descansa en la incipiente industria que subsiste en este municipio sito justo en la frontera entre Aragón y Cataluña. Su posición estratégica, a dos horas de Barcelona, a hora y media de Zaragoza y a 30 minutos de Lérida no parece ser rédito suficiente para crecer. Recuerda el regidor que la pasada legislatura se instalaron en Tamarite dos empresas y se crearon 80 puestos de trabajo. Desde entonces nada. Achaca al actual Gobierno de Aragón, en manos del PP, la falta de planificación estratégica para ofrecer alternativas a municipios como el suyo. La crisis tampoco ha ayudado a la creación de empleo.

El departamento de Política Territorial del Gobierno de Aragón ha elaborado un extenso informe en el que se analizan los problemas demográficos de la comunidad. Se proponen infinidad de soluciones, que aguantan bien el papel, como planteamientos teóricos. Pero la realidad parece empeñada en reivindicarse. Los problemas vienen de lejos y revertirlos es una quimera. En Zaragoza reside el 50,4% de la población aragonesa. La media del resto de municipios es de 918 vecinos. Y su densidad de población de 14,3 habitantes por kilómetros cuadrado --excluyendo la capital--. En el Maestrazgo es de 3 personas. Unas décimas inferior a la de Islandia (3,04). Bruselas se ha comprometido a dar más fondos a las regiones en las que la dispersión y el envejecimiento se asientan cual rémoras en su desarrollo. Solo cinco comarcas superan la densidad media y siete superan los 25 habitantes por kilómetro cuadrado. El resto --26-- se sitúa por debajo. Trece de ellas son lo que se considera un desierto demográfico --10 hab/km2--.

Visiedo, en Teruel, es prototipo de despoblación. Una pirámide invertida es el esquema que conduce a este pueblo de 140 vecinos --en el padrón aparecen 145-- hacia la desaparición. El 44,83% tiene más de 65 años. Los mayores multiplican por seis a los jóvenes. El pasado 10 de octubre nació en este pequeño pueblo de la llanura turolense el primer bebé de los últimos 12 años. Pedro Aranda, el alcalde, tiene 57 años es ganadero y agricultor. Ahora, en primavera recuerda la dureza de la nieve en invierno. "Tenemos todos los servicios, pero la gente joven no se queda a vivir, se van a Barcelona, Zaragoza o Valencia. ¿Cómo vas a ver el futuro con este panorama? Mal", dice. En la escuela hay seis niños, la mitad inmigrantes. Tres parejas evitan que los datos poblaciones se desplomen. Dos son marroquíes y la otra, italoperuana. El regidor habla por teléfono la tarde de un viernes. Cuenta que es el mayor de los ganaderos en activo que permanecen en el pueblo, que los jubilados marchan a Teruel cuando cobran la pensión, que es difícil pensar en soluciones para la despoblación. "Sí, puestos de trabajo, pero dónde y cómo", se pregunta. Visiedo tiene supermercado, bar, carnicería, farmacia, un médico que viene tres veces a las semana. Las casas lucen arregladas. Esperan que el verano las caliente y las llene de vida.

En los gloriosos tiempos del boom inmobiliario en María de Huerva se empadronaban 100 personas al día. A media hora de Zaragoza este municipio está en la otra cara de Aragón. Entre el 2001 y el 2011 aumentó su población un 299,69%. Su esencia solo cobra sentido interpretada a la sombra de la capital. Ahora el ritmo de crecimiento se ha reducido. Pero la localidad ha alcanzado los 5.265 habitantes al ritmo alocado del ladrillo. No hay en sus calles gente mayor (6,55%). Y sí muchas parejas jóvenes con niños. Carritos en los parques. Su guardería, con 120 plazas, tiene lista de espera. Sus dos colegios se amplían. Dispone de los servicios de una ciudad. "Ha venido mucha gente nueva. Nuestro reto era la integración y se ha logrado, gracias a los niños pequeños. En la guardería la gente se relaciona y se hacen vínculos de amistad", cuenta la alcaldesa Marimar Vaquero (PP). Su desarrollo ha sido sostenible. Al contrario que otros municipios como La Muela. Lejos de ser terminal, en María de Huerva todo termina de empezar.

 

“Masegoso de siempre ha estado abandonado, no es de ahora”

Volvemos a la actualidad de la despoblación turolense, con declaraciones del último habitante de Masegoso en el Diario de Teruel, que da claves sobre una verdad aún más dramática si cabe. 

El último vecino que vivía todo el año en Masegoso, Domingo García, manifestaba que su pueblo "de siempre ha estado abandonado, no es de ahora", porque se haya ido a vivir a la cercana localidad de Terriente. Domingo García confiesa que no le asustaba ni le asusta vivir solo en invierno. Masegoso es un núcleo urbano que comparte cabecera con El Toril, que está habitado durante el invierno por tres familias que suman 12 vecinos.

Domingo García Sánchez, que no quiere protagonismos de ninguna clase ni fotografías, señaló que la decisión de dejar de vivir en El Masegoso, siendo su último vecino, es una cuestión estrictamente personal. Domingo García manifestaba que no quería hablar pero apuntó que el abandono de Masegoso es una cuestión de siempre, no de ahora, con la falta de servicios. Reseñó a modo de ejemplo que cuando nieva las máquinas quitanieves pasan cuando pasan, pero que no entran al pueblo a limpiar las calles y que, por lo tanto, no puede salir para trabajar.

García Sánchez es albañil y trabaja normalmente en Terriente, municipio donde ha alquilado un apartamento. Dijo que aunque tenga el apartamento va a seguir desplazándose con regularidad, fines de semana, a su casa de Masegoso. Terriente y Masegoso están a penas 10 kilómetros. Añadía que vivir solo en Masegoso en invierno no le ha asustado ni le asusta.Domingo García es natural de Masegoso pero emigró a Barcelona hasta que decidió regresar a vivir a su pueblo hace 7 años.

El alcalde de El Toril y Masegoso, Javier Dalda, aseveró que Masegoso está habitado de forma permanente 10 meses al año por los jubilados, aunque no están censados para no perder servicios o tener problemas con la sanidad en las ciudades donde apenas residen. "Los jubilados pasan desde Semana Santa hasta la la temporada de otoño en el pueblo, pero cuando vuelven a la ciudad no quieren tener problemas con la atención sanitaria y por eso están censados allí y no aquí donde residen la mayor parte del año".

En Masegoso también vive un pastor que realiza la trashumancia al Levante cuando llega el frío y en primavera sube de la tierras alicantinas a pastar a la Sierra.

Respecto a El Toril Dalda dijo que está habitado en invierno por tres familias enteras, 12 personas, y en verano la población se incrementa muchísimo como en el resto de las localidades. "El?Toril está habitado por tres familias enteras, con jóvenes también. Hay tres pastores en el pueblo y en verano la población aumenta muchísimo, aunque censados en El Toril estaremos poco más de una treintena de personas".

Javier Dalda lo que lamentó fue la continua pérdida de servicios que tiene el mundo rural, que en su pueblo y en los de la zona se ha traducido, en el último de ellos, en la línea de autobús. Hasta hace unos meses la línea de autobús Teruel-Frías de Albarracín pasaba todos los días, salvo los domingos, y que ahora solo entra en los pueblos previo aviso telefónico en jornada anteriores a la realización del viaje. "Si no se llama por teléfono el autobús de línea no entra en los pueblos".

La vecina de El Toril, Pepa Royuela y su marido exponían que el devenir de los pueblos de la Sierra de Albarracín es ir a menos, porque no hay posibilidades de trabajo y los servicios se recortan como el mencionado de la línea de autobús. "Antes el autobús de línea pasaba todos los días de la semana, excepto los domingos, y ahora hay que llamar por teléfono para que venga el autobús". Comprendían la decisión tomada por Domingo García de dejar Masegoso para irse a vivir a Terriente "porque estaba solo y para desplazarse al trabajo con la nieve es peligroso. En estos pueblos vamos a menos. El Vallecillo, Arroyofrío, que también vive solo una persona, El Villarejo... No hay trabajo y no hay jóvenes. Solo quedamos jubilados, que aguantamos con unas pagas muy bajas".

La cubierta de la iglesia de Masegoso se ha restaurado.

La cubierta de la iglesia de Masegoso está restaurada. Los hijos de Masegoso denunciaron el pasado año el peligroso estado de la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Remedio, que amenazaba con hundir todo el templo. La restauración del tejado estaba contemplada en las actuaciones urgentes del convenio entre DPT, Obispado de Teruel e Ibercaja.

 

Masegoso deja de estar habitado al irse el último vecino

Masegoso deja de estar habitado al irse el último vecino

Lo leemos en la edición digital del Diario de Teruel. Constata una tragedia silenciosa, un adiós que tal vez sea definitivo. Volver la vista atrás, recordar aquellos tiempos pasados.  Toril y Masegoso es un municipio que se enfrenta al abismo del abandono, con la condena del tiempo que pende como una sentencia inaplazable. Toril y Masegoso son dos pueblos unidos por la desesperación, el ejemplo de un drama silenciado, de una tragedia que nos sobrecoge.  

 

Masegoso es el primer núcleo urbano de la provincia de Teruel que deja de estar habitado en los últimos años tras la marcha del último vecino.

El municipio de Toril y Masegoso, en la Sierra de Albarracín, está formado por dos núcleos urbanos, uno de los cuáles ya es un despoblado salvo alguna casa a la que acudan en verano o vacaciones sus propietarios.

En Masegoso ha vivido hasta hace unos días un vecino que trabaja como albañil, pero que únicamente acudía a su casa a dormir. Por razones de comodidad a la hora de desplazarse a su puesto de trabajo ha optado por dejar de acudir a Masegoso y se ha instalado en la otra cabecera del Municipio, Toril. No obstante, el futuro demográfico de Toril tampoco es halagüeño, ya que apenas residen habitualmente cuatro o cinco personas, todas jubiladas.

Esta situación demográfica de acelerada despoblación también se extiende por otros núcleos de la zona como Tormón, donde la persona que regentaba el bar se ha marchado por la escasa rentabilidad de ese servicio municipal y en el pueblo apenas queda una decena de personas mayores.

El Ayuntamiento de Tormón cede por un alquiler simbólico las instalaciones del bar para su gestión, servicios acompañados de vivienda de turismo rural, pero la persona que lo gestionaba únicamente lo rentabilizaba los meses de verano.

 

La DGA estudia con otras comunidades fórmulas para atajar la despoblación

  De nuevo la Despoblación objeto de debate político, de estudios, de encuentros. De nuevo la Despoblación, que cada pocos meses vuelve a la primera línea de actualidad. Volveremos a escuchar las mismas propuestas, las mismas conclusiones, las mismas llamadas a las autoridades nacionales y comunitarias, para que pongan solución a un problema enquistado. 

  La realidad es que salvo en los periodos de bonanza, nuestro medio rural se enfrenta a este problema; falto de oportunidades, sin ser competitivo, nuestros pueblos mercadean y compiten en ocasiones por el mismo objetivo. 

  Esperamos soluciones, medidas concretas ya. 

 

 

El director general de Ordenación del Territorio del Gobierno de Aragón, Javier Gamón, aseguró ayer que los esfuerzos del Ejecutivo aragonés no solo se están centrando en conseguir mayor financiación para la Comunidad Autónoma, sino también en la búsqueda de fórmulas para atajar la despoblación, cuestión que afecta especialmente a la provincia de Teruel.

En esa línea de trabajo se va a desarrollar en Zaragoza el próximo 24 de febrero el II Encuentro Interterritorial por el Cambio Demográfico, tras el celebrado en octubre pasado en Oviedo con la participación de las comunidades autónomas de Aragón, Galicia, Asturias y Castilla y León, a las que en esta ocasión se sumarán las de Extremadura y Castilla-La Mancha.

En el primer encuentro se fijaron los objetivos de que el Gobierno de España reconozca la crisis demográfica de estos territorios y se fije una estrategia española por el cambio demográfico con alternativas a medio y largo plazo al declive de la población y el envejecimiento, además de revisar el modelo de financiación autonómica para que tenga más peso la baja densidad y la dispersión.

En la declaración de dicho encuentro también se fijó el objetivo de trabajar para que la Unión Europea establezca medidas, en el nuevo marco de financiación, que den prioridad a los proyectos para hacer frente a la crisis demográfica.

Gamón explicó ayer que se han dado ya los primeros pasos para conseguir esos objetivos, habiéndose celebrado desde el encuentro de Oviedo dos reuniones técnicas. Explicó que también se han dirigido ya al comisario europeo de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión, Lazlo Andor, así como a la vicepresidenta de España, para plantearles la problemática a la que se enfrentan estos territorios para que sea tenida en cuenta.

El director general de Ordenanción del Territorio explicó que con esta medida se buscan soluciones al problema de la despoblación, no solo la búsqueda de financiación. "Ese no es el único objetivo que pueda tener sino exponer el problema de la despoblación, el envejecimiento y la dispersión, y cómo eso encarece los servicios al ser más caros", indicó Gamón, quien recordó que de esta forma elterritorio se está quedando "sin masa crítica para ir dando los servicios y entonces tiene que ser todo a base de más financiación".

Otras vías

Además de la financiación, Gamón señaló que son precisas otras vías para que la gente "se asiente en los municipios y los nuevos pobladores tengan un alojamiento, una actividad económica, y habrá que empezar a ver un plan importante para hacer que la población vuelva a ver interesante estar en el medio rural".

En este segundo encuentro que se celebrará en Zaragoza está previsto que se hagan propuestas de actuación concretas que se están perfilando y que deberán ser consensuadas por todas las comunidades autónomas asistentes.

Gamón señaló que en la cita de la capital aragonesa van a salir ya propuestas definidas y "bastante claras", repasando todas las actuaciones hechas desde el primer encuentro. Por otro lado saldrán "iniciativas concretas de hacia dónde queremos ir".

Aclaró en este sentido que lo que no se va a hacer es decir el peso que tiene que tener el porcentaje de la población en la financiación autonómica. "Analicemos cuál tiene que ser ese peso de la población y el de la despoblación", precisó el director general, que insistió en que este problema es un "índice avanzado" de lo que está ocurriendo. "Somos la punta del iceberg de lo que en estas últimas décadas se está dando", apuntó.

Asimismo se fijarán las líneas siguientes de actuación a desarrollar con las conclusiones de lo que se ha hecho hasta ahora. A este respecto apuntó que se están viendo iniciativas que se están haciendo en otros territorios, que están funcionando y podrían aplicarse en otros sitios, al igual que posibles alternativas para impulsar el asentamiento de la población.

Desierto demográfico

La población de la mayoría de las comarcas turolenses se encuentra a niveles de "desierto demográfico", según reconoce el director general de Ordenación del Territorio del Gobierno de Aragón, Javier Gamón.

A excepción de las comarcas Comunidad de Teruel, Andorra Sierra de Arcos y Bajo Aragón, que están por encima de los 16 habitantes por kilómetro cuadrado (la primera 16,9, la segunda16,5 y la tercera 22,9), el resto tienen una densidad que oscila entre los 2,9 habitantes por kilómetro cuadrado en el Maestrazgo, a los 9,2 en el Matarraña, los 8,5 en el Bajo Martín, los 7 en el Jiloca y los 6,3 en Cuencas Mineras, mientras que en la Sierra de Albarracín y Gúdar-Javalambre la densidad se sitúa en 3,4. Gamón apuntó que si se excluye la población de Zaragoza, con la que la densidad en Aragón se eleva a 28,3, el índice de la región sería de solo 14,3

Los turolenses sí pueden con Europa

Leemos en la Edición Digital de El Diario de Teruel 
La posibilidad de recibir fondos por despoblación es ahora real aplicando el Tratado de Lisboa

Ahora los turolenses sí pueden reclamar a Europa que tienen derecho a recibir fondos especiales por los problemas que afectan a su territorio por la despoblación, el envejecimiento y las desventajas que supone ser un territorio de montaña.

 

Ahora los turolenses sí pueden reclamar a Europa que tienen derecho a recibir fondos especiales por los problemas que afectan a su territorio por la despoblación, el envejecimiento y las desventajas que supone ser un territorio de montaña. Y lo pueden hacer junto con otras dos provincias que padecen la misma situación, Soria y Cuenca. Las organizaciones empresariales dieron el primer paso la semana pasada, pero ahora debe ser la sociedad en su conjunto, liderada por sus instituciones política, quienes hagan valer los derechos que recoge el artículo 174 del Tratado de Lisboa.

El informe presentado la semana pasada en CEOE Madrid por las organizaciones empresariales de Teruel, Cuenca y Soria establece las claves para que estos territorios encajen perfectamente en un área meridional escasamente poblada, y por ese motivo se hagan valedores de fondos específicos como ya sucede en el norte de Europa.

El documento ha sido elaborado por expertos en la materia, profesores universitarios que fundamentan sus argumentaciones en el Derecho Comunitario. Los autores del estudio han sido el catedrático de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales Antonio Fernández Tomás, y los profesores de la misma especialidad Ángel Sánchez Legido y Juan Miguel Ortega Terol.

El presidente de CEOE, Juan Rosell, y el de Cepyme, Jesús Terciado, avalaron la semana pasada la reivindicación de estos tres territorios para que reciban ayudas europeas por despoblación. Pero es que no se trata de una demanda más o de una declaración de intenciones, sino de una exigencia para que se cumpla lo que fija el Tratado de Lisboa en su artículo 174 dentro del nuevo marco plurianual 2014-2020.

La clave, según explicaron los autores del informe, está en el artículo 174 del Tratado sobre el funcionamiento de la Unión Europea, que establece la prioridad que deben recibir, en lo que a fondos se refiere en el Marco Estratégico Común 2014-2020, aquellos territorios que padezcan "desequilibrios merecedores de atención sobre la base de uno de los ejes del proceso de integración europea".

El origen de todo esto se remonta al año 2007, cuando la Comisión Europea adoptó el programa ESPON 2013 como herramienta para conseguir los objetivos que se había fijado. Dicho programa tenía como finalidad "proporcionar información comparativa, evidencias, análisis y proyecciones de las dinámicas territoriales y revelar capital y potencialidades territoriales para el desarrollo de regiones y amplios territorios contribuyendo a la competitividad europea, a la cooperación territorial y a un desarrollo sostenible y equilibrado".

Especificidades geográficas

Fruto de ese programa fue la elaboración del informe GEOSPECS, acrónimo en inglés empleado para referirse a "Especificidades geográficas y potenciales de desarrollo en Europa. En el mismo se identifica, según el informe elaborado a petición de las organizaciones empresariales, uno de los elementos objeto de atención de la disposición del artículo 174 del Tratado de Lisboa, como es el de "las regiones con desventajas demográficas graves y permanentes". En concreto, el informe utiliza la categoría de SPAs (áreas escasamente pobladas).

Los expertos aclaran que en principio ese perfil se diseñó para las zonas más septentrionales de Europa, es decir, para los países nórdicos como Laponia. No obstante, el informe de GEOSPECS indica desde el comienzo de su estudio que "la despoblación es un fenómeno observable también en el norte de Escocia y en el interior de España".

Así lo muestra en un mapa que recoge esa situación, cuya mancha cubre amplias zonas de Cuenca, Soria y Teruel.

Es sobre esta base sobre la que se articula el documento que los expertos en Derecho Público Internacional han elaborado, a partir del encargo de las organizaciones empresariales. Y el resultado del estudio es que estos territorios deberían ser atendidos de manera especial por su despoblación, teniendo en cuenta el derecho comunitario porque el objetivo de la cohesión territorial está establecido desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa.

Eso implica, según aseguran los autores del estudio, "la exigencia de una cooperación leal en la ejecución de las obligaciones derivadas de los tratados o resultantes de actos de las instituciones de la Unión, lo cual quiere decir que tanto el Gobierno español como los gobiernos de las tres comunidades autónomas afectadas, tienen la obligación de cumplir los objetivos formulados por el artículo 174 del Tratado sobre el funcionamiento de la Unión Europea".

Y?dichos objetivos son "prestar una especial atención a las regiones montañosas con desventaja demográfica, especialmente a la hora de administrar las ayudas percibidas en el marco de los fondos estructurales y el fondo de cohesión".

Comisión Europea

La semana pasada, la eurodiputada socialista María Irigoyen presentó ya una iniciativa ante la Comisión Europea en esa línea, mientras que el diputado del PSOE en el Congreso por Teruel Vicente Guillén anunció que esta misma semana se pondrán en contacto los parlamentarios sociales de las tres provincias para plantear iniciativas en las Cortes Generales.

El presidente de CEOE Teruel, Carlos Mor, ha asegurado que la intención de las organizaciones empresariales ahora es muy clara: "hacer que se cumpla lo que dice el informe". Ahora bien, aclaró que no es cuestión solo del empresariado sino de la población en su conjunto, porque si se consigue ese reconocimiento desde Bruselas, la provincia recibirá un balón de oxígeno para frenar la tendencia actual. Es una cuestión de supervivencia y ahora, los turolenses, sí pueden conseguirlo si trabajan por ello.

Los que dice el artículo 174 del Tratado de Lisboa

El artículo 174 del Tratado sobre el funcionamiento de la Unión Europea dice lo siguiente para encajar a Teruel, Cuenca y Soria en un marco de ayudas por despoblación:

"A fin de promover un desarrollo armonioso del conjunto de la Unión, ésta desarrollará y proseguirá su acción encaminada a reforzar su cohesión económica, social y territorial.

La Unión se propondrá, en particular, reducir las diferencias entre los niveles de desarrollo de las diversas regiones y el retraso de las regiones menos favorecidas.

Entre las regiones afectadas se prestará especial atención a las zonas rurales, a las zonas afectadas por una transición industrial y a las regiones que padecen desventajas naturales o demográficas graves y permanentes como, por ejemplo, las regiones septentrionales con una escasa densidad de población y las regiones insulares, transfronterizas y de montaña".

 

Comprar una aldea deshabitada y darle una segunda vida es posible en Teruel

Lo leemos hoy en Heraldo de Aragón 

Aragón tiene 116 municipios o núcleos de población sin población y alguno de ellos espera su compra para empezar una nueva vida. Un portal inmobiliario vende aldeas y casas singulares en toda España.

Comprar una aldea deshabitada para darle una nueva vida podría ser el sueño de alguien. Y es realizable. Eso sí, no es apto para todos los bolsillos. En España existe casi un centenar de núcleos de población en venta con su contador de habitantes puesto a cero. El portal inmobiliario www.aldeasabandonadas.comdispone de 98 en venta y, uno de ellos se localiza en Teruel. Pero no es el primero, porque hace un par de años ya se vendieron dos aldeas localizadas en la zona del Matarraña. 

¿El precio de la aldea turolense? Ronda los 400.000 euros. Se trata de una masía con más de 1.000 metros construidos, con una parte ya rehabilitada y otra para restaurar. 
Es una antigua torre defensiva con arco ojival que ha sufrido numerosas ampliaciones posteriores a su alrededor -se remontan al año 1800-, que le han otorgado un aspecto de pueblo. 

Está construida en piedra sillar y mampostería, con numerosos arcos y asombrosos rincones. Alberga dos antiguos hornos de pan y dispone de luz en trifásica, pozo de agua, acequia, una balsa de 300.000 litros, invernaderos? El terreno también está rodeado por un bosquete, campos de cereal, olivos, almendros y una hectárea y media de huerta. Para muchos, podría ser el lugar de sus sueños. Por seguridad, su localización está bajo la custodia del portal inmobiliario y la de su vendedor. ?No sería la primera vez que damos pistas del lugar, y días después se produce un robo o alguien lo ocupa?, explican desde Aldeas Abandonadas.

Aragón tiene más de 100 núcleos deshabitados

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) ?año 2013-,Aragón posee 116 núcleos de población, aldeas o municipios abandonados en todo su territorio. En Zaragoza se contabilizan hasta 5044 en Teruel y 22 enHuesca

Sin embargo, eso no significa que todos sean accesibles a su compra. ?Que un lugar esté abandonado no quiere decir que no tenga dueño, pues puede ser que ya lo hayan comprado previamente, pero que no haya nadie empadronado ahí?, explica Rafael Canales, responsable de comunicación del portal. ?Para saberlo exactamente, el INE tendría que disponer de los datos de un segundo empadronamiento?, añade. ?Otro problema es que a la hora de acceder a ellas, a veces, pertenecen a varios propietarios ?algunos de ellos ya han fallecido- y es imposible adquirirlas enteras o incluso las hay que no tienen dueño?, relata Canales. 

Los extranjeros invierten más que los españoles

En el último año, el 65% de las ventas llevadas a cabo por el portal han sido a inversores extranjeros, fundamentalmente, europeos. ?En España las cosas están como están, y no hay liquidez ni créditos?, explican. ?Las Administraciones tampoco ponen las cosas fáciles, son muy lentas y muchas veces se pierden negocios porque el cliente quiere la propiedad de inmediato y algunos papeles tardan incuso años en conseguirse?, critican. 

Especializados  en el mercado financiero, inmobiliario y en la gestión de patrimonios desde 1983, sobre todo en propiedades singulares y de prestigiocomo: aldeas, pueblos deshabitados, viviendas rurales, propiedades de lujo singulares, molinos, pazos, masías, mansiones, castillos, bodegas, casonas, fincas, palacetes, hoteles?. Aldeas Abandonas empezó siendo un blog dedicado a la gestión patrimonial, pero hoy es un referente en la venta de ?propiedades singulares?. 

Toda las comarcas turolenses pierden población, sobre todo las más pequeñas

  El fantasma de la despoblación vuelve a cernirse sobre nuestras comarcas turolenses. El contexto de crisis, agudiza sus efectos y los datos acreditan que vuelve a invertirse la positiva tendencia de la última década. Lo leemos en http://www.diariodeteruel.es/noticia/39605/toda-las-comarcas-turolenses-pierden-poblacion-sobre-todo-las-mas-pequenas

 Los últimos datos actualizados del Instituto Nacional de Estadística sobre el padrón municipal (que corresponden al 1 de enero de 2013) muestran un descenso demográfico en la provincia de Teruel de un 1% y la pérdida global de 1.545 habitantes respecto a la misma fecha del año anterior y también reflejan que las diez comarcas turolenses perdieron población, aunque las más pobladas lo hicieron en menor proporción.

 En términos porcentuales, fue la Comarca del Maestrazgo la que tuvo un mayor descenso de población. Pasó de 3.602 vecinos en 2012(distribuidos en sus 15 municipios) a 3.464, el pasado año, lo que supuso una disminución de un 3,83%.

 También fue muy acentuado el porcentaje de descenso de habitantes en la Sierra de Albarracín, concretamente un 2,98%, con 147 empadronados menos y un total de 4.783 vecinos.

 Gúdar-Javalambre fue la tercera comarca turolense donde más bajó la población. El 1 de enero de 2013 tenía 8.095 habitantes, un 2,79% menos que el año anterior, cuando había 8.328 residentes. En el Bajo Martín el descenso fue de un 2,5%, pasando de 6.942 a 6.768 habitantes.

 En el lado contrario de la balanza están las comarcas más pobladas, que coinciden principalmente con aquellas en las que se enmarcan los dos municipios más grandes de la provincia, Teruel y Alcañiz.

 En la Comarca Comunidad de Teruel se pasó de 47.223 a 47.185 habitantes, por lo que la variación porcentual fue de 0,08%. Tampoco llegó al 1% la disminución de población del Bajo Aragón. En esta delimitación comarcal pasó de 30.080 personas a 29.875, con un descenso del 0,68%.

 Tampoco en la Comarca de Cuencas Mineras se alcanza la media porcentual del conjunto de la provincia. En este caso se pasó 8.894 a 8.835 vecinos, lo que supone un descenso de 0,66%.

 La reducción del padrón de las tras comarcas que restan superan ligeramente la media provincial. Así, en Andorra-Sierra de Arcos la bajada es del 1,64%, en el Jiloca, del 1,45% y en el Matarraña del 1,17%.

Números absolutos

La bajada del padrón en número absolutos fue mayor en las comarcas del Jiloca (-262), Gúdar-Javalambre (-233) y Bajo Aragón (-205).

Por el contrario, las delimitaciones comarcales con menor pérdida de número de habitantes fue Comunidad de Teruel (-38) y Cuencas Mineras (-59).

El análisis comarcal de la evolución del patrón municipal corrobora la tendencia general de pérdida de población ya que en tres cuartas partes de los municipios turolenses hubo descenso demográfico, en concreto, en 176 de los 236 municipios.

Así las cosas, Comunidad de Teruel y Bajo Aragón aglutinan a más de la mitad de la población de la provincia (54%), esto es, 77.060 de los 142.183 turolenses.

La tercera comarca más poblada es Jiloca, con 13.435 habitantes, seguida de Andorra-Sierra de Arcos (11.113), Cuencas Mineras (8.835), Matarraña (8.630), Gúdar-Javalambre (8.095), Bajo Martín (6.768), Sierra de Albarracín (4.783) y Maestrazgo (3.464).

 

En busca de vida para la escuela rural

En busca de vida para la escuela rural

Leemos en Heraldo de Aragón este magnífico reportaje sobre los problemas que afectan a la escuela rural, a esa espada de Damocles que pende sobre los pueblos y que año tras año amenaza con cerrar las escuellas. La falta de sensibilización de la administración al respecto, hace que en ocasiones se asista a un constante mercadeo para garantizar las puertas abiertas. Una pelea que comienza desde el inicio del curso, con el objetivo de garantizar el siguiente. 

 

En los últimos cuatro años, 14 pueblos aragoneses han perdido sus escuelas por falta de alumnos. Y, este curso, a ellos se han sumado otra decena: Acered, Aranda de Moncayo, Torrijo de la Cañada y Añón de Moncayo (en Zaragoza); Pertusa (en Huesca); y Mezquita de Jarque, Orrios, Torrijas, Crivillén y Allepuz (en Teruel). Otros cinco pueblos: Bureta y Tierga (en Zaragoza), Conchel y Albalatillo (Huesca) y Noguera de Albarracín (Teruel) sobreviven un curso más solo con cinco niños en sus aulas.

"La tendencia demográfica es que los pueblos poco a poco van perdiendo población. La población inmigrante también ha bajado en picado, y en muchos casos ellos habían permitido mantener abiertas algunas escuelas rurales. Pero ahora tampoco hay trabajo para atraer a estas familias", señalan desde el Gobierno de Aragón.

El colegio de Mezquita de Jarque es uno de los que han tenido que echar el cierre. En esta localidad turolense de poco más de un centenar de habitantes, han afrontado la pérdida de la escuela con una novedosa apuesta para facilitar el traslado diario de los niños hasta el aula de Cuevas de Almudén, a cuatro kilómetros del municipio. El Ayuntamiento ha adquirido un vehículo de nueve plazas para ocuparse del transporte escolar.

Cada mañana, un empleado municipal que antes estaba a media jornada y ahora la tiene completa traslada a los tres niños en edad escolar a las 9.00 hasta Cuevas de Almudén y los recoge a las 13.00 para volver a comer a casa. Por la tarde, repite el viaje a las tres y a las cinco. Según apunta el alcalde del municipio, Herminio Sancho, los padres están "encantados", y los niños contentos de compartir el aula con muchos más compañeros. Desde el Ayuntamiento aseguran que fueron múltiples las solicitudes de familias que querían emigrar con sus hijos hasta la localidad para evitar el cierre de la escuela. Sin embargo, el principal hándicap del medio rural, la falta de trabajo, complicó su llegada. "No entendemos cómo teniendo aquí la subestación de eléctricas, el polígono no se desarrolla y se crean puestos de trabajo", aseguran.

El Ayuntamiento de Mezquita de Jarque invirtió en la compra de un vehículo, y tras ponerse de acuerdo con los padres y llegar a un acuerdo con el Gobierno de Aragón, las becas que reciben los niños para su transporte van a parar a las arcas municipales para sufragar los gastos derivados del coche. Además, hay cuatro pequeños que se irán incorporando paulatinamente en los próximos cursos a medida que alcancen la edad de los tres años. Y aunque con este cuartero sumarían siete, desde el Ayuntamiento no se muestran muy seguros de que las puertas de su colegio se vuelvan a abrir. "De todos modos, eso es una cosa que al final tendríamos que hablar con todos los padres y los niños implicados", aseguran.

Lledó recibe solicitudes de familias con niños todos los días

En la pequeña localidad de Lledó, en la Comarca del Matarraña, han conseguido mantener la escuela un año más con siete alumnos. La apertura de sus puertas para empezar un nuevo curso peligraba. Sin embargo, la llegada de una familia con tres niños les ayudó a conseguir seis alumnos, el mínimo exigido desde el Gobierno de Aragón.

No era la primera vez que la escuela peligraba en este municipio turolense. El curso pasado se salvó con la llegada de dos familias en verano, una de ellas con cuatro hijos, a las que se les ofreció casa y trabajo. "El Ayuntamiento ofrecía la subvención de del 50% del alquiler, por lo que los inquilinos solo tenían que pagar 100 euros durante el primer año y llegamos a un acuerdo con la el Matadero de Valderrobres donde quisieron colaborar y nos ofrecieron dos puestos de trabajo que ocuparon los padres de las dos familias que llegaron", cuenta María José Vallés, alcaldesa del municipio.

Pero a mediados de agosto una de ellas, concretamente, la de los cuatro hijos, se tuvo que marchar y el miedo al cerrojazo volvió a caer sobre el municipio. El año anterior habían hecho un llamamiento a todas las familias de España que estuvieran interesadas en ir a vivir al municipio y desde el Ayuntamiento aseguran que todavía hoy siguen recibiendo llamadas y correros electrónicos todos los días. "Pero lamentablemente, aunque nos encantaría, no podemos ayudar a todas las familias, porque el problema es que no tenemos ni espacio suficiente ni oportunidades laborales que les ayuden a mantenerse en el pueblo", cuenta la alcaldesa.

Pero, para sorpresa de Lledó, una familia inglesa con una niña en edad escolar y un bebé se instalaron en el municipio a principios de curso. Así, siete niños mantienen la escuela de la localidad durante este curso 2013/2014.

Vallés se muestra "feliz" porque además, dos nuevos niños entrarán al año que viene y en este 2013 han nacido otros tres. Su nacimiento ha traído un halo de esperanza y futuro a Lledó, que parece que mantendrá las puertas de su colegio unos cuantos años más.

Noguera de Albarracín sigue buscando familias

En la localidad turolense de Noguera de Albarracín también se sumaron a la iniciativa de otros municipios para buscar familias que mantuviesen abiertas las puertas del colegio. Se mantiene con cinco niños y gracias a que uno de los escolares que estudiaba en otro colegio ha vuelto a hacerlo en la localidad. Todos tienen entre 3 y 8 años y el único relevo es un bebé de escasos diez meses. Desde el Ayuntamiento siguen contacto con familias que quieran ir a Noguera a vivir y a las que les facilitarían un alquiler de una casa de 85 metros cuadrados por 100 o 150 euros y subvencionarían el material escolar. "El problema no es que las escuelas se cierren ahora, es que desde hace muchos años se ha dejado de invertir en el medio rural y las trabas para pedir ayudas o subvenciones son cada vez más grandes", critica el alcalde del municipio, Miguel Ángel Cuadrado. 

 

Testimonios del olvido de pueblos abandonados de Teruel

Lo podemos leer en Heraldo de Aragón, una magnífica iniciativa que recuerda el dolor del abandono. 
Una botella de 'Agua milagrosa para curar todas las enfermedades de la vista', una lata de sardinas de los años 50 del siglo XX, una cantimplora militar y casquillos de la Guerra Civil, un salvoconducto de la posguerra, una revista filonazi de los años 40, una foto amarillenta de dos masoveros de 1926 o un balón de fútbol de cuero cosido a mano. Y así hasta completar un fondo de medio centenar de objetos singulares recuperados en los últimos dos años en los 27 núcleos de población que se han abandonado en Teruelen los últimos tres cuartos de siglo. 

Constituyen un muestrario evocador de la historia rural desde la Guerra Civil hasta los años del Desarrollismo, cuando la despoblación se cobró decenas de piezas -pueblos- en la provincia. La colección, donada por su compilador, Luis del Romero, a la Fundación San Roque del Ayuntamiento de Calamocha, se mostrará por primera vez al público en la exposición 'Territorios abandonados', que el 1 de noviembre se inaugura en la sala de exposiciones de la capital del Jiloca. Se podrá visitar hasta finales de mes y, a continuación, podría tener carácter itinerante.

Los investigadores de la Universitat de València Luis del Romero, Antonio Valera y Laura Lara recogieron durante sus excursiones paradocumentar y confeccionar la lista de pueblos abandonados en Teruel en el siglo XX pequeños objetos personales y documentos que constituyen el último vestigio de vida de los despoblados. En ocasiones reflejan la precipitación o el descuido del abandono definitivoporque los últimos vecinos no se molestaron ni en llevarse con ellos los objetos más íntimos, como cartas personales, documentos o fotos de familiares. Según Del Romero, son testimonios de un proceso despoblador que sigue latente y que, si las cosas no cambian, provocará el cerrojazo de otros pueblos a medio plazo.

La gerente de la Fundación San Roque, Isabel Moragriega, resalta el carácter sentimental de la colección, integrada por elementos que “invitan a pensar en la sensación de las últimas personas que vivieron en los núcleos despoblados y en la tristeza que debieron sentir al dejar su forma de vida habitual para siempre”. “Además -señala- en algunos casos se evidencia que, al partir, los vecinos que se marchaba no se llevaron ni los objetos más personales”.

Luis del Romero define el fondo como “pequeños fragmentos de historia que sirven para imaginarse cómo era la vida en aquellos lugares hace poco tiempo”. Añade que algunos objetos de valor emotivo se quedaron para siempre olvidados porque sus propietarios querían regresar y no lo hicieron o ni siquiera quisieron volver la vista a un pasado “duro para ellos”.

Parte de los documentos están impregnados de una fuerte carga ideológica, como el carnet de un militante del Partido Radical Socialista de Aliaga de 1931 con su cuota correspondiente, la Cartilla de la Madre editada por la Sección Femenina de la Falange en los años 40 para fijar el papel de la mujer en el primer franquismo o un ejemplar de la revista pronazi ASPA cuya portada está ocupada por una gran foto de Hitler estrechando la mano de Mussolini en 1943.

Otros documentos dan fe de la lacra de la emigración que vació los pueblos como consecuencia de la búsqueda de mejores horizontes económicos. En una carta, un emigrado de Olba se dirige a sus padres en el pueblo desde Barcelona y les cuenta los progresos sociolaborales que experimenta en la gran ciudad. Un manoseado plano de la capital catalana de 1973 confirma a esta ciudad como destino preferente de la emigración turolense.

Pero Isabel Moragriega advierte de que el fondo no es solo un testimonio del pasado sino que constituye también una “advertencia” de lo que puede pasar en muchos núcleos de la provincia que sobreviven con vecinos que se pueden contar con los dedos de una mano. Del Romero considera que el fenómeno de la despoblación “sigue vigente” en Teruel.

 

Cierre de colegios; portazos a la esperanza

 Comienza el curso escolar con el drama del cierre de varios colegios rurales. El sinsentido crece y los niños y niñas son quienes más pierden en estos momentos. Allepuz, Mezquita de Jarque, Crivillen han visto como la administración daba un portazo a sus escuelas. 

 Los padres y los ayuntamientos han tomado partido. Por ejemplo el de Mezquita de Jarque.  también los padres se manifiesta, como en esta tribuna de opinión EN DEFENSA DE LA ESCUELA RURAL. 

"Comprar el coche fue la idea menos mala"

En Mezquita de Jarque, el ayuntamiento de la localidad ha comprado una furgoneta para que traslade a los tres niños de la localidad este curso al colegio de Cuevas de Almudén. "Cuando nos enteramos de que la escuela iba a cerrar, la tristeza fue grande para todos. Buscamos remedios y creo que tomamos la idea menos mala, porque las tres familias siguen viviendo en el pueblo y por ahí no hemos perdido al menos", explica Herminio Sancho, alcalde de esta localidad turolense.

En este sentido, Sancho apunta que "la crisis se ha llevado muchas cosas por delante y como alcalde no podía permitir que los niños del pueblo y sus familias fueran aún más perjudicadas por la situación", apuntó.

El conductor del vehículo (un hombre del pueblo al que el ayuntamiento ha contratado) lleva a los alumnos por la mañana, los recoge a las 13.00 horas --no existe el servicio de comedor-- y los vuelve a trasladar al centro de Cuevas a las 15.00 horas para recogerlos finalmente a las 17.00 horas. "Son muchos viajes, pero los padres están en la felicidad absoluta. Si la mujer trabaja y el padre también, tenían que ser los abuelos quienes realizaran el trayecto y suponía mayor trastorno", matiza el alcalde de Mezquita de Jarque.

El primer edil asegura que la Diputación Provincial de Teruel y varios partidos políticos se han comprometido a subvencionar parte del vehículo comprado por el consistorio. "La gente se ha mostrado solidaria con nosotros. Es una pena, pero es lo que hay", dice.

Un libro sobre pueblos abandonados de Teruel alerta de que hay otros en riesgo

Dejamos aquí esta noticia sobre nuestros amigos de CEDDAR y la publicación de un libro sobre los pueblos abandonados de Teruel. 

http://www.diariodeteruel.net/teruel/31558-un-libro-sobre-pueblos-abandonados-de-teruel-alerta-de-que-hay-otros-en-riesgo.html

 

Un total de 27 núcleos –entre ellos al menos dos con Ayuntamiento– se han abandonado a lo largo del siglo XX y principios del XXI. Pero lo más alarmante es que hay algunos otros que corren el riesgo de tener la misma suerte en las próximas décadas si no cambia la tendencia, ya que hay 66 pueblos donde el 40% de la población son jubilados. Así quedó patente ayer en la presentación del libro Territorios abandonados. Paisajes y pueblos olvidados de Teruel, escrito por los geógrafos Luis del Romero y Antonio Valera y editado por el Instituto de Estudios Turolenses (IET) y el Rolde de Estudios Aragoneses en colaboración con el Ceddar (Centro de Estudios sobre Despoblación y Desarrollo de Áreas Rurales).

Antonio Valera explicó que tres son las causas que han intervenido en el abandono de los pueblos de Teruel. La primera es la crisis general de la agricultura y la ganadería, que provocó un abandono paulatino de los pueblos. De hecho concretó que aunque el gran éxodo se inició en los años 50 y 60, los pueblos no quedaron vacíos hasta los 80 y 90.

Más rápida fue la despoblación de aquellos núcleos en los que había minas y se cerraron y Valera puso como ejemplo el Barrio de la Mina en Riodeva, que llegó a tener 2.000 habitantes y todos se fueron cuando la explotación minera se clausuró.

La tercera de las causas son los abandonos forzosos y aquí resulta llamativo el caso de Santolea, cuyos habitantes se vieron obligados a vender sus posesiones en la población para ver luego como las casas no quedaban inundadas por un pantano que, eso sí, lleva como recuerdo el nombre de un pueblo que hoy ya no existe. “Entre los años 40 y 50 las posibilidades de evitar irse de Santolea eran nulas, no tuvieron otro remedio que vender y abandonar sus casas”, comentó el autor.

 

Fapar advierte que cerrar colegios traerá despoblación

El cierre de colegios es la sentencia para los pueblos, y en estos momentos en los que estamos al dictado de los recortes, la amenaza cobra cada vez más fuerza. 

La presidenta de Fapar en Teruel, Anabel Gimeno, denunció ayer que la intención de la consejería de Educación del Gobierno de Aragón de cerrar colegios públicos con menos de seis alumnos conllevará mayor despoblación en la provincia. En este momento, señaló, "hay aulas unitarias con 3 o 4 alumnos siempre que exista expectativa de entrar nuevos niños pero si se cierran las que no tengan al menos seis niños podrían verse afectados más de 20 pueblos de la provincia".

También consideró que tendrá un impacto negativo sobre los pueblos si desaparecen ciclos formativos de institutos que se concentrarían en la capital. Estas dos medidas que podría aplicar la consejería de Educación contradice, en su opinión, la postura mantenida por el Partido Popular durante años de mantener a los niños en los pueblos porque su permanencia colabora en el sostenimiento de la población del medio rural. Anabel Gimeno expresó el apoyo a cualquier tipo de movilización que las asociaciones de padres y madres, ayuntamientos y comarcas puedan poner en marcha para frenar estos cierres. Por el momento, explicó, no se conocen a que localidades pueden afectar porque estará en función de las matriculaciones para el próximo curso

 

Sos Mundo Rural Aragonés alerta de la despoblación de los pueblos

Lo leemos en el Diario de Teruel 

Sos Mundo Rural Aragonés alerta de la despoblación de los pueblos turolenses. Hay algunas localidades que están abocadas a la despoblación total a muy corto plazo. Estas son algunas de las conclusiones que se sacaron del foro que se celebró en el marco de Captur de Calamocha el pasado fin de semana. En este foro participaron los profesores e investigadores, Luis Romero y Antonio Varela, autores del libro de próxima publicación, “La descartografía de los pueblos de Teruel”.

 

La responsable de Sos Mundo Rural Aragonés, Olga Sánchez, comentó algunas de las conclusiones que se obtuvieron del foro sobre la despoblación rural que se organizó tras la presentación del estudio de investigación realizado por los profesores Luis Romero y Antonio Varela. Una de las conclusiones que se expusieron en el foro abierto al público fue que se prevé una tendencia demográfica negativa para los próximo años. Otra fue “que se necesita una concienciación mayor, así como cooperación y coordinación de las administraciones para paliar el problema de la despoblación, que no es nuevo, y evitar que sea más grave”, expuso la responsable de la plataforma social contra la despoblación de los pueblos de Aragón, Sos Mundo Rural Aragonés.

Asimismo, Olga Sancho organizadora del foro sobre despoblación rural señaló que el abandono total de los pueblos ha provocado una irreparable pérdida de patrimonio material e inmaterial y que la reforma de la Administración Local que anuncia  el Gobierno Central  acelerará el proceso de despoblación rural. “Varias son las poblaciones abocadas a la despoblación total a muy corto plazo”

El medio rural aragonés pierde 43.000 habitantes en una década

El medio rural aragonés pierde 43.000 habitantes en una década

La despoblación y el envejecimiento de los habitantes siguen amenazando al medio rural aragonés, que en la última década ha perdido un importante porcentaje de sus habitantes a pesar de las numerosas iniciativas para frenar este problema. Según datos del Instituto Aragonés de Estadística, los pueblos de la Comunidad de menos de 2.000 habitantes sufrieron un descenso de su población del 16% entre 2002 y 2012, una caída de más de 43.000 personas que dejan a muchas localidades en una situación complicada. Hace diez años, 270.000 aragoneses vivían en este tipo de localidades, mientras que ahora solo quedan 226.000.

Aunque algunos expertos apuntan que la crisis económica ha llevado a muchos aragoneses a plantearse un retorno -temporal o definitivo- al medio rural, lo cierto es que los datos ponen de relieve un problema de hondo calado. “Hay núcleos muy pequeños que ya se encuentran en situación de muerte biológica y ya es muy difícil que reviertan esa situación”, analiza Enrique Ruiz, profesor de Geografía y Ordenación del Territorio de la Universidad de Zaragoza. De hecho, en medio centenar de municipios no hay personas menores de 14 años y casi en la mitad (315) de todas las localidades de Aragón no se registró ningún nacimiento durante todo un año.

“La gran mayoría de los pueblos tienen una población muy envejecida que poco a poco va falleciendo, y no se produce el relevo generacional que sería necesario para garantizar su continuidad”, explica Lourdes Arruebo, presidenta de la Red Aragonesa de Desarrollo Rural (RADR): “La gente joven se ha formado y ya no regresa al medio rural, ya que los puestos de trabajo a los que suelen aspirar suelen estar en la ciudad”.

El escaso retorno de los jóvenes a sus lugares de origen, unido al gran envejecimiento de la población rural y el escaso índice de natalidad han puesto en peligro la supervivencia de numerosos pueblos, aunque también hay zonas en las que ha sucedido lo contrario. “Hay localidades que han sabido explotar los recursos con los que cuentan y han recuperado algo de población”, explica Ruiz, quien hace referencia a las zonas que se han beneficiado de actividades concretas, como el turismo de nieve en el Pirineo.

Los grandes municipios crecen

Mientras en los pequeños pueblos aragoneses disminuye el número de habitantes, las localidades de más de 10.000 habitantes han ganado 145.000 personas durante la última década, un incremento del 18%. Además de recoger a parte de las personas que durante esta época dejaron el medio rural para trasladarse a ciudades de diferente tamaño, el medio urbano también ha crecido al calor de la inmigración. Solo en la primera década de este siglo, el número de inmigrantes se multiplicó por diez en Aragón, pasando de 17.000 a 170.000, una cifra que se ha estabilizado durante los últimos años.

La gran mayoría de estas personas de origen extranjero se establecieron en las tres capitales de provincia, sobre todo Zaragoza, y en algunos municipios de mediano tamaño ligados a la agricultura u otros trabajos temporales. “Muchos inmigrantes llegaban a Aragón a través de campañas agrícolas, por lo que el medio rural era un trampolín hacia el medio urbano, donde se acababan instalando”, indica el profesor de la Universidad de Zaragoza.

Aunque la expansión de las poblaciones de más de 10.000 habitantes ha sido importante durante la última década, todavía ha sido mayor en las zonas intermedias, formadas por municipios de entre 2.000 y 10.000 habitantes, en las que el crecimiento ha sido del 28%, 45.000 personas más. “En el entorno de las grandes ciudades se ha producido un gran asentamiento de población”, explica Ruiz.

¿Retorno al mundo rural?

Ahora, la situación económica ha podido revertir -o al menos paralizar- la migración del campo a la ciudad, pero este fenómeno todavía no ha adquirido demasiada fuerza. “La crisis ha colapsado las salidas laborales que antes ofrecían las grandes ciudades, por lo que se puede producir un pequeño cambio en la tendencia. Se están produciendo casos de retorno del medio urbano al rural, pero no es algo generalizado que pueda solucionar el problema”, reconoce Arrueba.

“Estamos en una época en la que los movimientos de la población los marca el trabajo, y ahora quizás sea más sencillo trabajar en el campo que en la ciudad”, asegura la directora del RADR. “La población se asienta donde tiene posibilidades de obtener un nivel de renta y una ocupabilidad adecuadas”, añade Ruiz.