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OBSERVATORIO SOBRE LA DESPOBLACIÓN

La Despoblación en Salamanca

Dejamos esta entrevista que hemos localizado por la red, y que habla sobre la Despoblación en Salamanca, muy interesante y didáctica. 


 

"Asistimos al final de un ciclo demográfico que se inició con la repoblación medieval"


Eugenio García Zarza, catedrático de Geografía Humana y uno de los mayores expertos sobre despoblación en Castilla y León, analiza en una entrevista con 
SALAMANCA24HORAS un problema que vuelve a marcar la agenda de los políticos.

El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, presentó recientemente su Agenda de Población, 108 medidas para intentar frenar la sangría demográfica que padecen sobre todo las provincias del oeste, principalmente Salamanca. Pero, ¿qué opinan los expertos en la materia? El catedrático Eugenio García Zarza considera necesario cambiar la mentalidad para que los salmantinos sean inversores en lugar de ahorradores y exportadores de mano de obra, a lo que se debería añadir por parte de las administraciones una reordenación del territorio para que haya muchos menos municipios y una apuesta clara por el ferrocarril, elemento clave ahora en el desarrollo.

- Durante los últimos días se ha vuelto a hablar de despoblación con la nueva propuesta del presidente de la Junta, pero, ¿no son ya muchos años de palabras y pocos hechos?
- En la comisión de despoblación lo único que se hizo bien fue empezar a hablar de ello. Después, no se ha hecho nada. Se aprobaron ciento y pico propuestas, apenas se ha aplicado ninguna. El problema es que no es un fenómeno que ha surgido ahora, viene en Salamanca desde los años sesenta, cuando se inicia la emigración como consecuencia del proceso de industrialización en España, y a Salamanca, como a otras muchas provincias de interior, le tocó. Lo que ocurrió entonces nos sigue afectando.

- ¿Por qué?
- Porque fue una de las provincias que se convirtió en abastecedoras de alimentos, energía, mano de obra barata y generación de ahorro para después invertir fuera. Si entonces se generaban cien pesetas, aquí se ahorraban sesenta, el resto se iba a otras provincias, y lo mismo con la energía, se produce el veinte por ciento nacional y sólo se consume aquí el seis o siete por ciento. Esta situación sigue igual con algunos matices. ¿Y qué recibimos a cambio? Nada. En muchas casas ni había agua corriente hasta hace poco, sino agua corriendo, de la fuente o el pozo.

- ¿Cuál es el problema real de la despoblación?
- Los datos son claros. En 1960 Salamanca tenía 412.000 habitantes y en 2009 tenía 354.000, es decir, una pérdida de 58.000, un catorce por ciento. En el mismo tiempo, España ha ganado el 66 por ciento. Si nosotros hubiéramos ganado ese porcentaje estaríamos ahora en 650.000 habitantes. Ésa es la verdadera despoblación, su verdadero efecto real, no lo que hemos perdido, sino cuántos teníamos que ser, aplicando el criterio de la media. Pero aquí no se generó ningún atractivo económico para que la gente se quedara.

- El presidente Herrera dijo el otro día que hay muchos tópicos, pero Castilla y León gana habitantes.
- Claro, porque toma datos de los últimos diez años. Hay que coger periodos más amplios y nosotros tenemos ya poco que perder. En Salamanca la capital crecía porque venía la gente de los pueblos, pero al mismo tiempo se marchaba, somos una ciudad de paso. Pero la realidad es que como consecuencia de aquella emigración de los años sesenta la población está envejecida porque la mayoría de nuestros hijos están fuera.

- Pues precisamente aseguró que también es un tópico eso de que los jóvenes se marchan fuera por falta de trabajo, que son más los que llegan y los que se marchan son en su mayoría los menos cualificados.
- Pues la mayoría de mi generación tiene algún hijo fuera de Salamanca. Aquella emigración no sólo provocó un estancamiento de la población, sino también un envejecimiento. Actualmente más de ciento veinte pueblos tienen un treinta por ciento de mayores de 65 años al marcharse los jóvenes adultos.

- Pero el alfoz de la capital crece. En Madrid, la gente se va a vivir a casi una hora de su trabajo. Aquí ocurre al revés, la gente se acerca cada vez más. ¿Por qué si las distancias son menores y ahora hay mejores carreteras?
- Por esa despoblación rural, que nos ha convertido en una provincia megaencefálica, con una cabeza monstruosa. El sesenta por ciento de la provincia vive en el área metropolitana, una docena de municipios. Esto tiene no una causa económica, sino por falta de servicios en muchos pueblos, por eso la gente se acerca a la capital.


- ¿Y qué pasa con esos pueblos, llegarán a desaparecer?
- Bastantes lo harán o apenas tendrán población.

- ¿En cuánto tiempo?
- De aquí a diez o quince años. Por una ley natural, porque los mayores de sesenta y cinco años habrán muerto la mayoría y como no se ha repuesto población... Ya está ocurriendo en los Pirineos y aquí se está produciendo ese fenómeno de desertización, con menos de diez habitantes por kilómetro cuadrado, mucha población vieja y apenas nacimientos. Una densidad que fomenta que nadie viva allí. Insisto, la gente no se va por recursos económicos, sino por falta de servicios como comercio, un pequeño bar, ocio... Y sin natalidad no hay crecimiento. Estamos asistiendo al final de un ciclo histórico demográfico que se inició con la repoblación medieval y dio origen a esa estructura de pueblos que conservamos hasta ahora.


- ¿No sería necesaria una reordenación territorial para evitar tantos municipios?
- La administración tiene que tener salero para una concentración de municipios. Hay antecedentes que están funcionando, como la concentración religiosa, con un cura para varios pueblos; la escolar, ningún alcalde pide ya una escuela si no hay niños, entonces para qué el gasto en un nuevo ayuntamiento, un polideportivo o una piscina en cada pueblo, si no hay gente; también la concentración médica, un facultativo atiende a varios pueblos; y los servicios mancomunados de basuras y agua. Incluso un secretario atiende ya a varios ayuntamientos.

- ¿Cómo debería quedar la provincia charra?
- Habría que dejar 50 municipios refundados, no 362. Esto no es una locura y ahí están los precedentes, que no han sido de golpe, sino procesos paulatinos, pero que están funcionando. ¿Por qué no se lleva a cabo? Porque hay un rechazo muy fuerte en los pueblos y por decidir dónde se dejarían los servicios principales. Además, si un partido lo propone, seguro que el otro aprovecharía para criticarlo e intentar sacar provecho electoral. Yo ya lo propuse en la comisión de la despoblación, pero los políticos no se atreven a sentarse seriamente y dejar de lado todas las quejas de sus militantes en los pueblos. Ésa es la amenaza que hay ahora, de sublevaciones o cambios de chaqueta si se hace esa reorganización, pero si no se lleva a cabo, la naturaleza se encargará de hacerlo. Eso está clarísimo.


- ¿La crisis puede ser un aliciente para ello, con los problemas económicos de muchos ayuntamientos para mantener servicios desproporcionados?
- Con la reordenación territorial se reducirían gastos, pero vivimos en una partidocracia, cuando sobran muchos gastos en las administraciones con puestos que no valen para nada. Los políticos no se atreven a poner el cascabel al gato, aprovechan administraciones para colocar a sus cargos.

- ¿Y la inmigración, puede ser también una solución?
- La inmigración no es una solución para todo, es una solución parcial que compensa por ejemplo la marcha de los jóvenes, con la diferencia de que se va juventud cualificada pero a la que llega, si lo es, no se le exige. Cubren puestos en determinados sectores, porque no les queda otra si quieren trabajar, pero no es una solución demográfica. Esto produce una falta de rentabilidad económica para la provincia, porque gastamos dinero en formar a nuestros jóvenes pero se van a producir a otros sitios.


- Pero ya muy poca gente quiere trabajar en el campo...
- En su día la remolacha se convirtió en un producto rentable, con una importante producción, pero la regulación de los mercados internacionales propició una mayor importación, se impuso a los productores salmantinos un límite y eso poco a poco fue propiciando el abandono agrícola. Esto ha sucedido más veces con otros sectores, porque los precios agrícolas de Castilla y León han subido por la escalera mientras los industriales han subido por ascensor. Al final, todo tiene su repercusión en la demografía de los pueblos. Por ejemplo, el jamón de Guijuelo antes se vendía con otra marca hasta que se creó la denominación de origen. Desde entonces, ahí están los resultados.

- Visto el diagnóstico, ¿cuál es el antídoto?
- Todo incide en una sensación de derrotismo generalizado. No hay ganas de hacer nada, no hay una reacción colectiva porque parece que no nos hacen caso y los buenos se tienen que marchar para ser algo. Eso tiene que cambiar. Entonces, también son causas propias, no ha habido un empresariado que sacara provecho a los muchos recursos que tiene esta provincia. Por ejemplo, el tren está ahora peor que en el siglo diecinueve hacia Portugal y eso nos frena mucho. Ahora, sólo hay un tren de pasajeros a las cuatro de la mañana y tarda siete horas hasta Lisboa, cuando en coche estás en tres horas. Ahí está el ejemplo del AVE en Valladolid y Segovia, el ferrocarril es ahora básico. Eso marca el nivel de desarrollo de Salamanca, pero ya no sabemos protestar, el ejemplo es la pérdida de Caja Duero, que le va a ocurrir lo mismo que al Banco de Castilla.

 

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