Petilla de Aragón Veinticinco navarros fuera del mapa
CUANDO Santiago Ramón y Cajal ganó en 1906 el Premio Nobel de Medicina, Petilla de Aragón tenía más de cuatrocientos habitantes. Hoy son sólo 25, según el censo de 2009 del Instituto Nacional de Estadística, 14 de ellos mayores de 65 años y ninguno por debajo de los 20. La despoblación y la falta de relevo generacional es la mayor preocupación del alcalde, Paulino Rived, para quien la supervivencia del pueblo pasa por mantener al menos tres familias que vivan y trabajen allí.
Petilla de Aragón es un pueblo conocido por su peculiaridad geográfica, pero a la vez permanece ajeno para muchos navarros. Su término, de 28 kilómetros cuadrados, se reparte en dos enclaves, Petilla y Bastanes, incrustados en las Cinco Villas aragonesas, a 71 kilómetros de Pamplona y 27 de Sangüesa. "Nuestra historia ha sido muy difícil, siempre luchando; somos hijos de una madre con la que no estamos, pertenecemos a Navarra pero estamos lejos", reflexiona el alcalde, que lleva once años en el puesto y anuncia que ésta será su última legislatura.
La despoblación ha sido brutal, posiblemente la más elevada de Navarra. Sólo en los últimos diez años, Petilla ha perdido casi la mitad de sus vecinos. "Como en tantos pueblos, la gente ha salido a buscar otros horizontes, algunos a Zaragoza, pero la mayoría a Pamplona y a Sangüesa. En los meses más duros del invierno apenas viven en Petilla seis u ocho personas, la gente se retira a segundas viviendas o con los hijos; vuelven los fines de semana y en verano, cuando la población se multiplica por cuatro", explica Rived.
Los pocos petillanos en edad de trabajar lo hacen fuera, sobre todo en Sangüesa. En Petilla sólo hay una ganadería de vacuno y unas 3.500 robadas comunales arrendadas. De la cesión de las hierbas y la tierra, y de los 24 molinos eólicos instalados en el término municipal obtiene el Ayuntamiento la mayor parte de los ingresos para financiar su gasto ordinario, unos 60.000 euros. Sin embargo, el último presupuesto ascendió a 105.000 euros porque el Consistorio ha realizado inversiones, con las correspondientes subvenciones del Gobierno. "En servicios estamos bien, yo diría que en un ocho sobre diez; la cuestión es qué hacemos con las obras si no tenemos a quién dejárselas", lamenta el alcalde.
A lo largo de los últimos años se han renovado las conducciones de aguas y se ha pavimentado el pueblo, salvo la calle Ramón y Cajal, que está en estudio y Rived espera que "Administración Local lo tenga en cuenta". También se ha renovado el pozo séptico y se ha recuperado el lavadero. Se ha acondicionado el interior y el exterior del Museo Ramón y Cajal, el paseo de la Paz y los balcones del Barrio Alto y del Barrio Bajo. A Petilla ha llegado la conexión a Internet y se ha instalado un sistema de videovigilancia de espacios públicos conectada a la comisaría de la Policía Foral de Sangüesa. De momento se han instalado cámaras en la plaza, y continuarán en otros lugares. "Hasta ahora no hemos tenido problemas pero por ejemplo en la parroquia hay reliquias del siglo XIII y nos da un poco de miedo", reconoce Rived.
A finales del año pasado se inauguró el hostal rural, que el Gobierno subvencionó con 117.000 euros sobre un presupuesto de 183.000, y que está a punto de abrirse. Paulino Rived tiene puestas muchas esperanzas en esta pequeña dotación turística: "Puede parecer ridículo, pero para nosotros es muy importante crear dos puestos de trabajo en el pueblo". El hostal cuenta con cuatro habitaciones dobles, con baño y televisor, salón comedor y bar. "Se trata de recoger a todos los visitantes, porque a Petilla llegan turistas, y también a los vecinos del pueblo", asegura el alcalde.
A pesar de su escasa población, Petilla de Aragón no tiene mayores problemas de dotaciones, según Rived. El Ayuntamiento forma parte de la Mancomunidad de la Comarca de Sangüesa y de Cederna-Garalur, lo que le garantiza los servicios básicos. La atención sanitaria se presta también desde Sangüesa y un día a la semana, los lunes, se pasa por Petilla el médico del Servicio Aragonés de Salud que recorre los pueblos próximos, algo que "tenemos que agradecer", asegura Rived. Además, el Gobierno foral anunció que este año construirá un pequeño helipuerto, no sólo para las urgencias sanitarias sino también para otras emergencias como los incendios, habituales en la comarca, como el de esta misma semana en Sos del Rey Católico. En Petilla no olvidan el enorme fuego que entre el 15 y el 23 de julio de 1994 devoró 1.665 hectáreas.
Las comunicaciones por carretera son buenas en la parte correspondiente a Navarra y algo peores en el tramo aragonés. "La carretera está bien, es la autopista del norte según nuestros vecinos, y en cuanto a los cinco kilómetros de Aragón parece que el Gobierno navarro puede interferir para que se mejoren", indica el alcalde. También este mismo año se van a destinar 72.000 euros para terminar el hormigonado de la pista que une Petilla con la carretera de Sos a Uncastillo y que dará otra salida al pueblo hacia Aragón.
ESPECIFICIDAD
Régimen de tutela
Paulino Rived está satisfecho de la atención que se le presta al pueblo desde el Gobierno de Navarra: "No puede ser mejor", asegura. En 1980 se instauró un régimen especial de tutela, teniendo en cuenta sus especiales características, que ahora está en fase de actualización. El año pasado se creó una comisión formada por directores generales de todos los departamentos para aportar medidas concretas. También el Ayuntamiento prepara una propuesta para presentar en Administración Local. Entre las posibilidades en estudio está solicitar la creación de dos o tres puestos de trabajo para mantenimiento de la masa forestal, pistas, etcétera. "No es nada nuevo, en los ochenta ya se crearon diez o doce empleos, y el Ayuntamiento colaboraría con los recursos que le sobren. La cuestión es fijar población en el pueblo", dice Paulino Rived.
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