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OBSERVATORIO SOBRE LA DESPOBLACIÓN

El área central asturiana ganó 32.000 habitantes en una década

El área central asturiana ganó 32.000 habitantes en una década

Publicado por La Voz de Asturias - 4/01/2008 )  

La reciente publicación por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE) del último censo de población oficial a 1 de enero de 2007 ratificaba que Asturias es la única comunidad autónoma que viene experimentando una pérdida de habitantes. Pero este descenso no es ni mucho menos simétrico sino que mientras las alas se están quedando sin vecinos, la zona central ha experimentado un crecimiento de más de 32.000 habitantes en la última década.

Oviedo y Gijón, donde está siendo más evidente la pujanza del sector servicios, han sido ajenos a esta pérdida de población que ha experimentado no solo la Asturias rural, sino también los territorios de las Cuencas mineras y otros como la comarca de Avilés donde las crisis industriales han sido más agudas. Y al calor de Oviedo y Gijón ha surgido la expansión de concejos satélites limítrofes como Siero, Llanera o Noreña que en la última década han vivido y están viviendo una revolución demográfica.

 

El precio de la vivienda influye en fijar residencia

La población de Siero creció en los últimos diez años en más de tres mil habitantes y Llanera en casi dos mil, aunque hay que decir que en términos relativos el crecimiento de Llanera ha sido superior al contar con una población bastante inferior. Y lo mismo se puede decir de Noreña que desde 1996 ha visto como aumentaba su población en casi mil vecinos.

Son estos tres concejos próximos a Oviedo y Gijón, y donde las buenas comunicaciones y la aceptable dotación de servicios les ha llevado a un importante desarrollo residencial propiciado por un coste de la vivienda más accesible al de las dos grandes ciudades asturianas.

Pero ha sido Oviedo el concejo que ha experimentado un mayor crecimiento de población en contraposición al conjunto del Principado que en la última década perdió 13.000 habitantes, mientras que la capital carbayona vio como en ese mismo periodo de tiempo se crecía en 16.500 vecinos, acortando distancias con Gijón, la mayor población asturiana y que desde 1996 ha visto crecer su censo en 9.600 habitantes.

 

Las urbes crecen y el campo asturiano se vacía

Pero si Asturias en su conjunto pierde población ante el envejecimiento de sus gentes y la falta de relevo generacional --según los expertos este factor es mucho más importante que el laboral-- la mayor gravedad del problema reside en la desertización de la zona rural. La gente se marchó de las alas para asentarse en un área central cada vez más pujante. En el suroccidente asturiano concejos como Ibias han visto reducida su población en la última década en un 22 por ciento; o como Cangas del Narcea, Tineo o Grado que desde 1996 han perdido tres mil, dos mil, y mil habitantes respectivamente.

La despoblación del territorio es directamente proporcional a la lejanía del área central, porque no solo se emigra desde el occidente. En el oriente también se pierde población y solamente concejos con cierto tirón turístico como Cangas de Onís, Llanes o Parres han visto como, aunque levemente, ha crecido el número de vecinos según las últimas cifras del INE. Las Peñamelleras, Cabrales, Onís, Piloña van a la baja. Otros concejos como Caravia se mantienen, mientras que Villaviciosa, concejo costero y próximo a Gijón ganó apenas medio centenar de habitantes en los últimos diez años.

 

Más pisos en la costa y menos residentes

Y el significativo incremento del parque de viviendas de que han sido protagonista los municipios costeros no tiene su correlato en los censos de población. El litoral viene perdiendo residentes un año tras otro, salvo las excepciones mencionadas, aunque no tan agudamente como los pueblos del interior. Concejos como Castropol, Cudillero, Gozón, Navia, Vegadeo, Valdés han experimentado un descenso de población en la última década, aunque en los últimos años la pérdida está siendo menos acentuada y en ocasiones con algunos pequeños repuntes.

Y la pujanza del turismo rural como alternativa al campo que se da en territorios como los Oscos o Taramundi, tampoco es suficiente para atraer población.

 

Estrategias de la UE ante el despoblamiento rural

El nuevo periodo de financiación de la Unión Europea tiene en la lucha contra la despoblación del mundo rural uno de sus principales ejes de actuación de los que se ha hecho eco la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). No se trata solo de favorecer las actividades agrarias sino también el articular políticas que fijen población al territorio. Y por lo que respecta al Gobierno regional la apuesta por lo que ya se llama la nueva ruralidad, disponer de los mismos servicios que en la ciudad, es una de las estrategias de la legislatura.

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