Compartimentos estancos
Podemos leer en la sección Tribuna Abierta del Diario de Teruel, esta opinión de JOSÉ MANUEL SALESA de la Asociación para el Desarrollo de Montoro de Mezquita, en la que reflexiona a cerca del desarrollo rural, y que os recomendamos.
Que parte de nuestros políticos no se creen lo que dicen es algo que muchos pensamos; que no hacen lo que predican, también; que repiten las mismas palabras insistentemente, todos a una, para que se queden en eso, en palabras, tampoco sorprende. Recientemente se han aprobado una serie de medidas para paliar los efectos de los incendios de este verano en Teruel y, de paso, evitar en lo posible que se repitan.
Lo que podía haber sido una oportunidad para poner en práctica palabras que nuestros políticos utilizan constantemente (como sinergia, transversalidad o gobernanza), se han quedado en medidas más o menos acertadas, acotadas al Departamento que las promueve.
Pero se podría haber aprovechado para ir más allá y, con la excusa de los incendios, acometer de una vez el gran problema: el desarrollo del mundo rural. Se podría haber aprovechado para que los Departamentos con competencia en Medio Ambiente, Agricultura, Industria y Política Territorial hubieran trabajado juntos (transversalidad) en desarrollar medidas encaminadas a potenciar el desarrollo del medio rural utilizando su riqueza forestal. Se podría haber aprovechado para recoger las opiniones de los ciudadanos y colectivos implicados para mejorar esas medidas (gobernanza).
De esta forma, se podrían haber desarrollado ideas que pretendieran no sólo evitar grandes incendios, sino el desarrollo de estas zonas con la conjunción de todas ellas (sinergia), con un esfuerzo común y no una multitud de pequeños esfuerzos que rara vez solucionan los grandes problemas.
La creación de puestos de trabajo fijos con la profesionalización de cuadrillas, la utilización continuada de la agricultura y la ganadería tradicional dentro de la gestión de los montes o la utilización de biomasa para abastecer centrales térmicas existentes, son un ejemplo de medidas que se podrían estudiar desde un ámbito multidisciplinar y no sólo encaminadas a evitar los incendios, sino también a fomentar un necesario desarrollo rural.
En lugar de esto, se presentan una serie de medidas encaminadas a la extracción de la madera quemada y al fomento de la regeneración natural a ejecutar hasta el año 2017, siempre que existan y se mantengan las partidas presupuestarias correspondientes. Estas actuaciones, aparte de necesarias, son lo mínimo que se puede plantear tras un desastre como el de los incendios de Teruel del pasado verano.
Sin embargo, no dejan de ser pequeñas acciones ante un gran problema. ¿En qué momento nuestra Administración apostará por el medio rural como un sector estratégico?
¿Para cuando una visión global del problema y una respuesta conjunta? Estas preguntas no pueden ser respondidas por cada uno de los Departamentos “estancos” del Gobierno de Aragón, sino que deberían ser respondidas por el conjunto de ellos.
*Asociación para el desarrollo de Montoro de Mezquita
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