Rejuvenecer los Pueblos
Leemos en la edición digital del Diario Público la siguiente noticia:
Galicia, Castilla y León o Aragón han afrontado de formas completamente diferentes el envejecimiento de su población rural. La crisis de la minería en León o la de los minifundios agrícolas en Ourense, Lugo o Zamora ha azotado cientos de pequeños municipios, que no han sido capaces de levantar cabeza en los diez últimos años.
En el otro extremo, se encuentran Teruel, Guadalajara, Soria o Cuenca, que sí han sabido aprovechar la llegada de miles de jóvenes inmigrantes en los diez últimos años y han minimizado los malos pronósticos que había a principios de siglo. La dinamización de las capitales de provincia ha sido uno de los puntales del éxito, explica el director del Centro de Estudios sobre la Despoblación y Desarrollo de Áreas Rurales, Luis Antonio Sáez.
Poco alentador
Al margen del envejecimiento, la masculinización de la España rural empezó a dar visos, hace décadas, de un panorama poco alentador. Los oficios agrícolas y ganaderos bloqueaban las esperanzas laborales de las mujeres, que se empezaron a incorporar al mundo laboral en las décadas de 1970 y 1980. Así, las ciudades se convirtieron en grandes polos de atracción y el alumnado universitario empezó a coger un tinte mayoritariamente femenino.
Sin embargo, la radiografía del envejecimiento rural ha deparado una sorpresa para los demógrafos en la última década. La necesidad de cuidadoras para jubilados o centros de la tercera edad ha llevado una oleada de trabajadoras jóvenes, especialmente latinoamericanas, a los pequeños municipios.
Los matrimonios mixtos entre españoles y latinas se han multiplicado en áreas como la comarca de la Sierra de Albarracín (Teruel), donde sus 25 pueblos estaban amenazados por el fantasma de la despoblación. En una década, los jubilados de la comarca habían pasado de representar el 20% al 30% de la población. Sin embargo, la inmigración y un renovado abanico de profesiones (turismo, hostelería, servicios...) ha dado aire a la provincia de Teruel, que, a pesar de todo, sigue siendo la sexta con una mayor hemorragia de habitantes.
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