Europa se fija en Teruel para diseñar políticas contra la despoblación
Leemos en abc una noticia de Roberto Pérez de mucho interés
Leemos en abc una noticia de Roberto Pérez de mucho interés
Leemos en Radio Huesca la siguiente noticia.
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística, la despoblación en los núcleos rurales ha llevado a la desaparición de 31 municipios en la provincia, la mayoría de ellos en la zona pirenaica, desde el año 2000. Desde la Asociación de Entidades Locales del Pirineo Aragonés ven con preocupación esta situación y hablan de “pérdida irreparable”.
Desde esta asociación llevan años luchando por recuperar la vida en los pueblos, algo que se está produciendo en los últimos meses debido a la situación económica. Una mejor calidad de vida y precios más bajos son dos de los alicientes que han llevado a muchas personas a volver a sus localidades de origen o a plantearse una nueva vida lejos de la gran ciudad.
En esta situación se encuentran Zurita, El Pueyo de Morcat, Seso, Silves y Pedruel entre otros, localidades que entre 2006 y 2008 han “revivido” gracias a la llegada de varias personas.
Cronología del abandono rural
. En el año 2000, desaparecieron las siguientes localidades: Casa Castán, Suelves, Gabarret, Llert, Montesa, Fontellas, Empolla, Piñana, Torregrosa, La Bochosa, Jánovas, San Martín de Solana y Atiart.
. En 2002, tan sólo San Victorián quedó despoblado.
. En 2003, Vadiello, Bies y Lacort (Municipio de Fiscal) perdieron a todos sus habitantes.
. En 2004 el único pueblo que desapareció, según el INE, fue Estall
. En 2005 fueron las localidades de Abenilla y Layés
. En 2006, Fontanal y Buyelgas
. En 2007 Mesón de Ligüerre, Piedrafita, Renanué, La Muria, Dos, Veri y San Valero
Datos nacionales
En España, en los últimos 15 años han desaparecido 876 pueblos. El 56% de ellos estaba en Galicia y el 18% en Asturias. Una de cada 4 poblaciones deshabitadas en los 3 últimos lustros estaba en la provincia de Lugo. El riesgo de que este fenómeno continúe activo es muy elevado, sobre todo en la zona noreste (incluida la provincia de Huesca)
Leemos en el ABC una interesante noticia sobre los efectos de la despoblación en Aragón
Desde el año 2000 hasta el 2009, once localidades aragonesas, entre ellas Abenilla, Layés, San Victorián o Estál, todas en la provincia de Huesca, han perdido toda su población, según los datos facilitados por el Gobierno de Aragón. Otras, como Collado de la Grúa (Teruel), han pasado de tener nueve habitantes en el año 2000 a tan sólo uno en el 2009, al igual que La Rambla Martín o Marnillas (Zaragoza). Este descenso del número de habitantes empadronados se registra también en otras localidades, aunque en menor medida, como en Cuarte (Huesca), en la que la población ha disminuido un 10,7 por ciento, Valdelinares (Teruel), un 10,9 por ciento, La Puebla de Híjar (Teruel), un 12,6 por ciento, Fuendetodos (Zaragoza), un 15,1 por ciento, y Lechago (Teruel), un 20,8 por ciento. El 90 por ciento de los 731 municipios que hay en Aragón tienen menos de 5.000 habitantes, número que superan sólo siete ayuntamientos de la provincia de Huesca, tres de la de Teruel y once, incluida la capital aragonesa, en la de Zaragoza.
José Manuel Peneñas, de la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón (UAGA), y vecino de la pequeña localidad de Alberuela del Tubo, ubicado en la comarca de Los Monegros, a unos 39 kilómetros de Huesca, ha explicado a Efe que en los últimos años han desaparecido servicios básicos, como la escuela, al no haber jóvenes que garanticen el relevo generacional en el campo. Su pueblo, de 139 habitantes empadronados, es un ejemplo de esta situación, reconoce, ya que "no tenemos una tienda de comestibles, porque la dueña del establecimiento se ha jubilado, al igual que el del taller mecánico". Esta pérdida de población en el medio rural ha obligado a las entidades locales a acogerse al régimen de Concejo Abierto, al no tener suficientes habitantes para formar un Ayuntamiento, lo que dificulta todavía más sus propia subsistencia.
En el año 1983, había en Aragón diez localidades que se regían por el régimen de Concejo Abierto, mientras que en las últimas elecciones autonómicas, en el 2007, esta cifra aumentó hasta alcanzar los 143, según datos del Gobierno de Aragón. La llegada de inmigrantes ha ralentizado la despoblación rural, entre otros factores, y en la provincia de Huesca los extranjeros han pasado de representar el 1 por ciento de la población total, en el 2000, al 10,8 por ciento en el 2008.
Este aumento de la población extranjera en los municipios también se registra en las provincias de Zaragoza y Teruel, en las que la población inmigrante representa ya en torno al 11 por ciento de media, aunque en muchas localidades superan este porcentaje. Hay localidades cuyo censo ha crecido en los últimos años, sobre todo con la llegada de inmigrantes desde el año 2000, como Épila (Zaragoza), un 17,2 por ciento, Calatayud (Zaragoza), 23,1 por ciento, Sabiñánigo (Huesca), un 22,2 por ciento, Zuera (Zaragoza), un 39 por ciento, Sallent de Gállego (Huesca), un 30 por ciento. Lorena Mustafá, técnico de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP), ha destacado a Efe que el objetivo ahora es mantener la población en el medio rural, después del éxodo de los últimos años, e incluso aumentarla en aquellas localidades cercanas a las capitales de provincia. Las familias aragonesas, reconoce no obstante, no apuestan por el medio rural por las escasas oportunidades de trabajo que hay, centradas especialmente en la agricultura y la ganadería, y la baja oferta social y cultural existentes. Para Lorena Mustafá, las consecuencias más graves de la despoblación rural serán la pérdida de tradiciones ancestrales y, sobre todo, una producción alimentaria artesanal y autóctona, que con una apuesta por su desarrollo podría crear un tejido industrial y las infraestructuras necesarias para atraer población.
El II Congreso Nacional de Desarrollo Rural, que se ha celebrado esta semana en Zaragoza bajo el lema "Innovar desde el territorio", ha supuesto una llamada de atención a la sociedad sobre las necesidades del medio rural y también sobre las oportunidades que ofrece para un desarrollo regional más sostenible y equilibrado. En su inauguración, la consejera de Ciencia del Gobierno aragonés, Pilar Ventura, dijo que una Comunidad como Aragón, tan amplia, dispersa, con zonas rurales frágiles y desestructuradas y con tantas diferencias de densidad de población, las Tecnologías de la Comunicación y la Información (TIC) puede ayudar a vertebrar el territorio. EFE
Leemos en la Cadena Ser una interesante información a cerca de la evolución demográfica de nuestro medio rural.
La Garza, Barrio Chico, El Salto del Lobo, Lugarnuevo, Berrugoso o Sanchobueno son algunos de los 876 núcleos de población que han quedado deshabitados en nuestra geografía en los últimos tres lustros. Son datos del Instituto Nacional de Estadística a los que ha tenido acceso la SER.56% de ellos estaba en Galicia y el 18% en Asturias, según los datos que se desprenden de un informe del INE al que ha tenido acceso la SER.
Por provincias el caso de Lugo es especialmente significativo, ya que una de cada 4 poblaciones deshabitadas en los últimos 15 años, era lucense. El presidente de esa diputación José Ramón Gómez, consciente del problema, habla de la despoblación como "el reto del siglo XXI".
En Asturias, donde han dejado de existir 165 núcleos rurales, la consejera de bienestar social, Noemí Martín asegura que el Principado invierte en políticas sociales para fijar población.
Y es que el riesgo de que continúe la sangría es elevado, sobre todo en el Noroeste peninsular. No en vano el territorio rural ocupa el 84% del total pero solo aglutina un 17% de la población, datos que evidencian la dispersión a la que se enfrenta nuestro país.
Tras un periodo de inactividad forzada, retomamos el blog y el pulso a las noticias sobre la Despoblación. Hemos leído este artículo en El Correo Gallego.
El progresivo envejecimiento de la población gallega, la emigración al extranjero o a otras comunidades autónomas, el éxodo del rural a las ciudades y la brusca caída de la natalidad son las principales causas de que el interior de Galicia se esté quedando sin gente. Los datos indican que el último año no fue una excepción, toda vez que el 70% de los concellos redujo su padrón en comparación con 2008. Pero la situación en algunos municipios es alarmante. De hecho, 75 ayuntamientos gallegos han perdido desde 1970 más de la mitad de su población, con las terribles consecuencias que esto conlleva.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) son demoledoras. Cruzando los datos del censo de 1970 -el último que se realizó antes de la llegada de la democracia- con el padrón municipal de 2009, se llega a la conclusión de que 75 municipios de la comunidad se han quedado sin la mitad de sus vecinos en apenas 40 años. Hay algunos casos dramáticos, como los de A Capela (A Coruña), Navia de Suarna (Lugo) o A Veiga (Ourense), donde la población se ha reducido a una tercera parte.
"La despoblación en el interior de Galicia tiene una parte que es irreversible", comentaba recientemente Andrés Precedo Ledo, catedrático de Geográfia Humana de la Universidade de Santiago (USC). El éxodo rural se produjo más tarde que en otras partes de España y, unido al frenazo en la natalidad, ha configurado un nuevo reparto poblacional del que han salido beneficiadas las ciudades y sus áreas de influencia. La peor parte se la han llevado los concellos del rural, sobre todo las provincias de Lugo y Ourense.
A excepción de Ortigueira -que redujo su población a la mitad por la segregación del ayuntamiento de Cariño-, la mayoría de los municipios que han entrado en esa UVI demográfica están ubicados en las provincias del interior. Hay comarcas enteras, como las situadas en las zonas montañosas. Pero el interior de A Coruña y de Pontevedra tampoco se libra.
La caída de la población en las zonas rurales se inició a mediados de siglo, pero se acentuó durante los ochenta y los noventa. A estas alturas todavía no se le ha conseguido poner en freno. Los últimos datos del INE confirman que sólo tres de cada diez municipios gallegos ganaron habitantes el pasado año, la mayor parte de ellos en las zonas urbanas más dinámicas de Galicia. El 70% restante volvió a perder población.
Leemos un interesante editorial en La Crónica de León, a propósito de la situación demográfica de la provincia.
La provincia de León tiene el que posiblemente sea el mayor problema de despoblación y envejecimiento de toda Europa, a pesar de que la mayoría de las provincias de Castilla y León no le van a la zaga. Contar con 211 ayuntamientos para una población inferior al medio millón de habitantes es un dislate, pero si añadimos que de los 1.288 pueblos que componen estos ayuntamientos, unos mil tienen menos de cien habitantes, nos encontramos con una situación absurda e insostenible. Hasta ahora, todas las leyes y acuerdos políticos para frenar la despoblación han fracasado y la provincia sigue perdiendo población y, sobre todo, han dejado a cientos de pueblos al borde de la desaparición, que se consumará en su mayoría en las próximas décadas. No es sólo que los pueblos se queden sin gente, con el drama humano que supone, sino que los pocos habitantes que sobreviven en estos pueblos, generalmente ancianos, carecen de los servicios básicos que todo ayuntamiento debe garantizar, según establece la Constitución. Ante esta situación, la actual legislación contempla la fusión de municipios como principal arma para atajarla. En los últimos 5o años se han fusionado en la provincia un total de 24, pero ninguno en los últimos 30 años. La propuesta del alcalde de Balboa de fusionar cuatro ayuntamientos y 60 pueblos en el Bierzo ha abierto un debate que debe continuar, porque hasta ahora todos los anteriores se han cerrado en falso. La actual crisis económica, que ya suma dos años y que para las finanzas de los ayuntamientos aún sumará varios años más, está dejando en la quiebra a muchos ayuntamientos y pronto serán muchos, y no sólo pequeños, los que tengan dificultades para pagar las nóminas de sus empleados y mantener servicios tan básicos como el agua, la luz o la limpieza. Ante la reiterada negativa de los dos grandes partidos (PP y PSOE) de abordar la planificación territorial, desde La Crónica estamos convencidos de que el debate y las iniciativas tienen que surgir desde los pequeños pueblos y municipios, como es el caso de Balboa y en este debate nos emplearemos a fondo en el futuro. En un primer sondeo con los 19 alcaldes de los municipios de León, menores de 200 habitantes, sólo tres se han pronunciado favorablemente a debatir una fusión. El resto, se ampara en el posible enfrentamiento vecinal y en la resignación. Se equivocan dando la espalda al futuro, porque la despoblación es implacable y al final les arrollará.
Leemos este interesante artículo en Aragón Digital de Noelia Fragoso Delgado
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Leemos un interesantísimo artículo en La Gaceta.es, que pone de manifiesto la cruda realidad de la despoblación rural en España, a la vez que aporta información sobre nuevos movimientos y propuestas que se impulsan desde diversos municipios y colectivos para invertir la tendencia.
El 28% de los 8.111 municipios españoles no registró ni un solo nacimiento a lo largo de 2007. El interior acumula los datos de natalidad más deprimentes. Soria, Guadalajara y Palencia, a la cabeza.
En términos absolutos, España experimenta un aumento de población y, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número medio de hijos por mujer en edad fértil alcanzó en 2008 su valor más alto en 18 años, situándose en 1,46. Sin embargo, una gran cantidad de municipios se encontrará al borde de la desaparición si su población no rejuvenece pronto. El pasado 28 de agosto, los 42 vecinos de Contamina (Zaragoza) recibieron con alegría al primer bebé nacido en el pueblo desde 1966. Este hecho no es todo lo anecdótico que pueda parecer, ya que por todo el territorio nacional existe una gran cantidad de municipios en los que no se registra ni un solo nacimiento a lo largo de los últimos años, mientras sus viviendas se desocupan tanto por la atracción de la urbe como por las inevitables defunciones.
Castilla y León pasa por ser la comunidad autónoma con el mayor despoblamiento de sus pueblos, con Soria a la cabeza. En esta provincia, el 75% de los municipios no registró ningún nacimiento (tomando como referencia la residencia materna) en 2007, último año del que se tienen estadísticas detalladas. Para acabar con esta mala racha y potenciar los valores de la provincia, existen asociaciones que se esfuerzan por situar a Soria en el mapa.
Entre ellas destaca Soria Activa, una fundación sin ánimo de lucro que promueve su desarrollo. Para conseguir su objetivo, Anselmo García, su director, insiste en que para llegar a la prosperidad hay que apoyar “las iniciativas y las ideas emprendedoras”. Se queja de que Soria ha pasado desapercibida en el desarrollo de las infraestructuras. “Es ahora cuando se están construyendo autopistas para conectar los principales puntos de la provincia con el resto del país”, expone. Para no llegar “al punto de no retorno”, la fundación se esfuerza por hacer de Soria la provincia más puntera en la implantación de nuevas tecnologías. “Ya nos quedamos atrás en autovías, ahora estaremos por delante en las autopistas de la telecomunicación”. También están promoviendo la modernización de la agricultura para adaptarla a los nuevos tiempos. Se trata de invertir en crear un cultivo energético competente para que el trabajo en el campo no se considere una opción del pasado.Algunos pueblos semantienen gracias a las viviendas para el veraneo y las fiestas patronales
La dimensión del problema es de tal magnitud queexisten asociaciones repartidas por todo el país centradas y enfocadas en las zonas con mayor envejecimiento y empobrecimiento. Son conocidos como Grupos de Acción Local y se extienden desde la sierra de Cádiz hasta la comarca asturiana de Oscos, pasando por el Maestrazgo turolense.
El proyecto Abraza la Tierra aúna el trabajo de estos grupos en Castilla y León, Cantabria, Aragón, Madrid y Castilla-La Mancha. Eva González, la coordinadora de Codinse, la asociación que orquesta la iniciativa, coincide con Anselmo García en que la clave está en incentivar y potenciar el espíritu emprendedor. Insiste en que “los pequeños pueblos son algo más que ganadería, agricultura y casa rural”. Por eso se dedican ya no sólo a mejorar las prestaciones políticas y económicas, sino también a concienciar tanto al conjunto de la sociedad de todas las prestaciones que pueden proporcionar estas zonas como a los propios habitantes de los pueblos deprimidos, para que aprendan a actuar en la medida de lo posible y sean conscientes del importante papel que desempeñan en este proceso.
Desde Abraza la Tierra luchan por conseguir las mismas prestaciones que se ofrecen en las grandes urbes, en materia de telecomunicaciones y servicios, para hacer de las zonas tradicionalmente agrestes un lugar atractivo para aquellos que puedan establecer su trabajo fuera de la metrópoli. Ya no sólo hablan del teletrabajo, sino de asentamiento de las empresas para generar un empleo lo suficientemente estable para que los pueblos no acaben por desaparecer.El pequeño pueblo de la vicepresidenta De la Vega aumenta y ofrece múltiples servicios a base de subvenciones
Poco a poco el camino de las telecomunicaciones va tomando cuerpo en las regiones más deprimidas de la geografía española. Para fomentar esta coyuntura, la Fundación Cibervoluntarios y la Federación Española de Municipios y Provincias (Femp) han firmado recientemente un convenio que tiene la finalidad de impulsar el uso de las nuevas tecnologías en las zonas rurales, en un intento de eliminar la actual brecha digital geográfica.
Las cifras ofrecidas por el INE, al fin y al cabo, son pura estadística y carecen de todo matiz, por lo que no debe tomarse el padrón como representación de la realidad. Por eso, el pueblo salmantino de Puertas no sería anecdótico si se observa que tiene 82 habitantes registrados, una cifra pequeña, pero como un gran número de municipios españoles. Sin embargo, Jovita Rodríguez y Rosario Benito son las únicas personas que viven todo el año en el pueblo. La primera pasa de los 90 años y la segunda es octogenaria. El resto del pueblo mantiene un vida puntual, realzada en el periodo estival y durante las fiestas patronales, por lo que todas las casas, excepto las de Rosario y Jovita, son segundas viviendas. Sin embargo, el pueblo se mantiene vivo e incluso posee una red wifi de internet.
Los pueblos de la zona sufren una severa despoblación, pero también poseen un ejemplo de esfuerzo por sobrevivir. Se trata de Trabanca, un pequeño municipio de Las Arribes que ha sabido renovarse a través, precisamente, de su tradición. Su alcalde, José Luis Pascual, explica que se encontró hace 10 años con un pueblo abocado a la despoblación, por lo que él y su equipo estudiaron el mejor proyecto en el que invertir. Observaron que la tradición, el medio ambiente y el turismo podían convertirse en una buena salida y se pusieron manos a la obra. Actualmente, la mayoría de la población del pueblo es menor de 40 años y con estudios universitarios.
Pascual optó por crear empleo público que, a su vez, generase nueva inversión. Ahora las miras del pueblo superan fronteras, es la sede de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Duero y está imerso en un proyecto entre España y Portugal sobre la ruta internacional del vino. La esperanza de Pascual es que “los pueblos de la zona se contagien de este espíritu” para no desaparecer. Sin necesidad de ser presidente de los EEUU asegura que “sí, se puede”.
Sobre la región del Macizo del Caroig, en el interior de Valencia, también se cierne el miedo a la desaparición de los pueblos. Sin embargo, mientras todos pierden habitantes cada año, uno de ellos gana. Se trata de Beneixida. Mientras en otros ayuntamientos, como el de Bicorp, despachan el tema con un tajante “no hay nada, no hay trabajo y la gente se va”, Beneixida recibe amablemente. Su alcaldesa, Eva Roig, explica que desde hace unos años se han tomado muy en serio esta coyuntura, por lo que han empleado todos los esfuerzos en ofrecer un pueblo con todos los servicios que se puedan encontrar en la ciudad, pero a menor coste y ganando calidad de vida. Para alcanzar la meta se ha empleado el método de la subvención: piscina municipal, comedor, material escolar e incluso los nacimientos, que están a 500 euros por bebé. Y es que todas las ayudas son pocas para un ayuntamiento gobernado por el PSOE que, para más inri, es donde está empadronada la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.
Leemos un Editorial en el periódico La Crónica de León a cerca de algo tan doloros, como el cierre de las escuelas, algo de actualidad, ahora que ha empezado el nuevo curso.
Pocas hay tan tristes como sufrir el cierre de la escuela del pueblo. Los habitantes que en él residen no pueden evitar contemplar el principio de fin de su entorno. Cerrar una escuela en un pueblo porque no alcanza el mínimo de cuatro alumnos es, a pesar de todo, la mejor solución para estos niños, que de otro modo se verían relegados y desplazados socialmente desde sus primeros años de vida. Es imposible garantizar una educación de calidad en una escuela rural con menos de 4 niños, y muy difícil con esta cifra. No se trata de un problema del sistema educativo, sino social. Es la despoblación y el envejecimiento de la población rural, en este caso la leonesa que, a pesar del espejismo de la vuelta al pueblo que la crisis ha provocado este verano, seguirá su marcha imparable hasta el cierre por defunción de decenas de pequeños pueblos de León. La educación y la sanidad son los dos servicios públicos esenciales para la pervivencia de los pequeños pueblos. La garantía universal de estos servicios es irrenunciable y de su eficiencia depende en gran parte el éxito de la política territorial de cualquier administración. La escasa población de muchos ayuntamientos dispersos en varios pueblos limita enormemente su capacidad y son muchos hoy los que deberían renunciar a su autonomía para buscar su fusión con otros colindantes para lograr una mejora de los servicios. Si los políticos locales tienen ante sí una gran responsabilidad, mayor aún es la de las administraciones superiores, porque tienen medios y recursos para planificar el futuro a largo plazo en este sentido. La Junta lleva años dando vueltas de una consejería a otra al instrumento idóneo para garantizar este derecho. Se trata de las Directrices de Ordenación del Territorio, que tan nefasta aplicación han tenido en el primer intento de aplicarlas en una zona concreta, la Montaña Oriental de León. En materia sanitaria acaba de tomarse una decisión acertada, tras una larga polémica. Astorga tendrá por fin un centro de especialidades médicas que completará el centro de salud. Haber optado por un hospital comarcal, como reclamaba la mayoría de la comarca, hubiera sido un error carísimo, que jamás podría haber garantizado un buen servicio. Este tipo de decisiones, como la creación de colegios comarcales y el cierre de escuelas, deberían tener su marco planificado en estas directrices, que la Junta debe aprobar de una vez, relegando su histórico miedo a la comercialización.
Nos hacemos eco del trabajo que han hecho nuestros amigos del CEDDAR, Vicente Pinilla y Luis Antonio Saez. Magnífico como todo lo que hacen.
Solo nueve de las 32 comarcas aragonesas (a las que se suma el entorno metropolitano de Zaragoza) perdieron población entre el año 2000 y el 2007. Sin embargo, esto no significa que el número de nacimientos se equilibrase durante el mismo periodo con la cifra de fallecidos, ni que se esté produciendo una regeneración de la población a partir del número de alumbramientos. En realidad, son los movimientos migratorios los que han permitido incrementar en un 11,6% la población en la mayor parte de las comarcas, tal y como desvela el trabajo realizado por el Centro de Estudios sobre la Despoblación y el Desarrollo de Áreas Rurales (CEDDAR). De hecho, solo la zona de Zaragoza tuvo un número de nacimientos superior al de fallecidos durante los siete primeros años del siglo. En el resto, el crecimiento fue negativo.
Las comarcas perjudicadas por la despoblación están situadas en las tres provincias aragonesas, aunque Huesca es la que, claramente, sale más beneficiada. En concreto, son Monegros (la única comarca oscense que aparece en la lista de las que pierden población, aunque el territorio está compartido con Zaragoza), Ribera Baja del Ebro, Aranda, Belchite, Daroca (en Zaragoza) y Andorra--Sierra de Arcos, Cuencas Mineras, Bajo Martín y Sierra del Albarracín, en Teruel. Otras, como la Jacetania, han sabido aprovechar sus ventajas para atraer a inmigrantes hasta sus localidades.
Para Lourdes Rubio, directora general de Administración Local, este estudio permitirá promover "políticas que cohesionen el territorio" y que, al mismo tiempo, impidan que unas comarcas se desarrollen más que otras. En este sentido, es muy importante "conocer en profundidad el avance demográfico", determinando de esta forma cuáles son las comarcas que pierden población. Además de Rubio, en la presentación del estudio también estuvo el consejero de Política Territorial, Rogelio Silva.
El estudio ha estado coordinado por Luis Antonio Sáez y Vicente Pinilla, y en él han colaborado profesores de la facultad de Económicas de la Universidad de Zaragoza. Sáez destacó el papel de la inmigración, pero resaltó que, en cualquier caso, "el flujo migratorio no es siempre suficiente para nivelar la población"
Leemos en el Diario de Teruel la siguiente noticia:
El Ayuntamiento de Fuentes de Rubielos ha sacado a subasta suelo urbano para atraer familias con hijos que se instalen en el municipio. El Consistorio con esta medida persigue dos objetivos. Uno de ellos es asegurar la continuidad de la escuela con dos aulas y, el otro, terminar de urbanizar la parte del barrio de Mas de Antón que estaba en ruinas para poder construir nuevas viviendas.
El alcalde de Fuentes de Rubielos, Eduardo Prat, recordó que en el barrio de Mas de Antón se había actuado ya con Planes Provinciales tirando unos pajares que estaban en ruinas y acometiendo el encauzamiento del agua que destrozaba un camino que en el futuro se convertirá en una calle.
En esta línea, el primer edil de Fuentes de Rubielos señaló que se quería continuar con la urbanización y acondicionamiento del barrio de Mas de Antón y que para ello se necesitaba dinero que esperaban sacar, en parte, de la subasta de parcelas municipales que se encuentran en el mismo casco urbano de Fuentes.
Eduardo Prat apuntó que el Ayuntamiento persigue, además, que con las subastas de suelo se hagan viviendas para familias con hijos que quieren vivir en Fuentes de Rubielos y de esta manera asegurar la continuidad de la escuela con dos aulas y de esta forma mantener la actual calidad de la enseñanza. Fuentes de Rubielos tiene dos profesores para 12 alumnos de diferentes niveles educativos.
Asimismo, el alcalde dijo que para evitar las especulaciones de suelo que se han producido en otras ocasiones con la venta de suelo urbano municipal, el Ayuntamiento pondrá condiciones “y una de ellas será que quien compre el terreno tiene la obligación de hacer la casa”.
La magnitud del desastre del fuego, ha convertido a Teruel en triste protagonista de una realidad cotidiana con la que convivimos cada año. El País se hacía eco de la realidad desoladora en un magnífico reportaje que reproducimos a continuación.
La carretera de Teruel que une Aliaga con Ejulve atraviesa desde hace días un paisaje de destrucción con terrenos abrasados, troncos calcinados y pinos muertos retorcidos por el calor y el humo. En medio de kilómetros cuadrados de desolación, dos náufragos igualmente desolados. "Si hubiera habido más medios esa umbría no se hubiera quemado; y esa otra también se quemó después de pasar el incendio", se queja Manuel Villarroya, de 74 años, vecino de la pedanía de La Cañadilla, que el miércoles 22 pasó uno de los peores días de su vida intentando contener, junto a su mujer, Encarna Pastor, de 66 años, las llamas que se acercaron a un metro escaso de su vivienda.
"Los hidroaviones tardaron un día en venir", se queja un vecino de Cirujeda
Esas llamas sí arrasaron un par de casas y cuatro pajares de un núcleo habitado en el epicentro del que hasta ahora ha sido el incendio más voraz del verano, el que ha quemado 7.656 hectáreas, en su mayoría de pinares, entre los municipios de Aliaga, Ejulve, La Zoma, Cañizar del Olivar y Villarluengo.
Esos días los medios no dieron abasto. Ante la falta de ayudas de otras autonomías, hubo que priorizar el ataque a los focos. Aún así, cada pueblo lo vio desde su prisma. Encarna y Manuel lo contaban desde el suyo el miércoles, tras una semana de angustia y preocupación, justo el día en que el Gobierno de Aragón dio por controlada la tragedia. "En los incendios siempre han venido de Aliaga a ayudar, y este año no les dejaban, pusieron puestos y cortaron la carretera", comenta Encarna. "Que nos ayuden, que necesitamos ayuda de verdad".
En la falta de apoyos para combatir el fuego coinciden muchos de los consultados. "Los hidroaviones tardaron un día en venir, si hubiesen estado antes se hubieran quemado 100 hectáreas, pero no 7.000", explica Ángel, de 50 años y vecino de Cirujeda, otra pedanía en peligro aquel día. Él fue de los primeros en ver el fuego. A primera hora llevó a su hijo Iván, de 20 años, al retén de Aliaga. A la vuelta vio el humo y dio aviso al 112. Pero no pudo continuar: "En una curva, las llamas cortaban la carretera y tuve que dar la vuelta como en las películas, como una fiera agarrado al volante", recuerda. A él y a sus vecinos les evacuaron esa noche, y les dijeron que habría alguien cuidando de sus casas. Pero no había equipos de extinción cuando volvieron al día siguiente al pueblecito, al que accedieron por una pista de tierra de 16 kilómetros.
Ésa es, precisamente, la principal reivindicación en Cirujeda: "Queremos otra carretera", y lo justifica: "Si se incendian las dos pinadas, nos quedamos atrapados". Una preocupación justificada durante una semana infernal en la que los focos podían reavivarse en cualquier momento. De hecho, Iván ha trabajado "más de 100 horas en cinco días". Y la evacuación del miércoles volvió a repetirse el viernes 24. "Queremos que nos declaren zona catastrófica y que lo repueblen todo", exige Ángel.
José Luis Terrado, de 58 años, cura de todo el Valle del Jarque cuenta que los evacuados no fueron muchos, poco más de 30. "Los reunieron en el polideportivo y no todos tenían familiares o amigos, pero enseguida se ofrecieron voluntarios para alojarlos en sus casas: 'yo me llevo a dos', 'a mí me caben tres'... y en 10 minutos todo solucionado".
En Aliaga no hubo peligro. Otra cosa es que el fuego hubiese avanzado en dirección contraria, porque de dirigirse a la piscifactoría, donde ahora hay una planta de biogás que almacena entre 150 y 170 metros cúbicos de combustible, "podría haber sido una catástrofe". De hecho, la primera noche la planta trabajó a pleno rendimiento para vaciar los depósitos.
Ese ritmo desesperado ha sido la tónica durante una semana. También en Cirujeda. Ramón Domingo, de 63 años, ha pasado días ayudando con una manguera a llenar cubas de agua desde un depósito de riego: "A mi edad no puedo pegar brincos por los enebros, pero en 12 minutos llenábamos un camión de 8.000 litros". El problema para él es el abandono del monte, que no se limpia.
La despoblación del campo es un problema. Y una preocupación. "Queremos ayudas urgentes", reclama el alcalde de Cañizar del Olivar, Manuel Muniesa, de 33 años, que una semana antes se pasó dos días seguidos peleando contra el fuego. Para él, los problemas tienen nombres y apellidos. Los gestores del camping han perdido todas las reservas del verano -"oyen lo del incendio y se piensan que se ha quemado todo el pueblo"-; la planta de agua mineral ha corrido peligro y el ganadero no tiene pastos para el verano. Y esos problemas traen otros más duraderos: "Si no se pueden mantener los puestos de trabajo y se van dos familias de pastores seguramente nos cierren el colegio".
Muniesa no olvida que sus vecinos estuvieron tres noches evacuados y critica la descoordinación -"nos enteramos por Internet de que podíamos volver"- pero reconoce que la situación fue grave: "Yo quiero lo primero para mi pueblo, pero había incendios en toda la provincia".
En todo el valle son conscientes de que la situación era excepcional, aunque reclamen más coordinación. El miércoles 22, Manuel Villaroya huyó del fuego hacia Ejulve. A las siete de la tarde regresaron dando un rodeo de decenas de kilómetros. "Si no hubieran llegado...", recuerda Manuel, "el fuego se iba apoderando de todo; íbamos echando agua con las mangueras, hasta que se agotó el agua del depósito". Ya veían su hogar ardiendo, hasta que a las diez de la noche llegó una cuba y un retén que les ayudó a contener el fuego.
"Si nos ayudaran a limpiar el monte se repoblaría poco a poco", se lamenta Encarna, "es una lástima, porque venía la gente de Madrid; cogían rebollones, toda clase de setas, poleo, té... de todo, venían a coger de todo. Pero este año no saldrán, ni al otro, ni al otro, ni al otro...".
Dejamos esta curiosa noticia de un pueblecito de León, donde la despoblación hizo estragos y condicionó la vida de sus gentes. Lo podemos leer en el Diario de León.
El próximo 8 agosto pasará a historia de Fasgar de Omaña. Al menos de la reciente, pues desde el 27 de diciembre de 1975, los vecinos de este recóndito lugar no han visto celebrar un enlace matrimonial en el pueblo.
La despoblación y la falta de recursos hacen que eventos como este, tan corrientes en las ciudades, se conviertan en un acontecimiento especial. Maite y José Manuel ya se preparan para celebrarlo.
Según declaraciones de una vecina, el pueblo está expectante ante un anuncio como éste y, más, si se tiene en cuenta que la que se casa es una chica del pueblo y que lo hará siguiendo los dictados de la tradición. Es decir, Maite caminará ataviada cpara la ocasión hasta la iglesia mientras las campanas anuncia su llegada y tras la ceremonia, oficiada por el cura de la zona la familia ofrecerá un pincho en honor a los recién casados.
No es extraño que noticias como esta no sean demasiado frecuentes en la actualidad, pues, unido al descenso de número de bodas y al aumento del número de parejas de hecho, muchos pueblos ven lejanos la celebración de este tipo de eventos, además de otros como los nacimientos.
Un proyecto en el ámbito de la Cooperación de los Grupos de Acción Local españoles, que vale la pena conocer por lo original que resulta su propuesta:
En concreto, el acto se llevará a cabo mañana en el Salón de Actos de Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino a partir de las 18.00 horas, según informaron a Europa Press fuentes de la organización.
La Celtiberia es un territorio histórico "bien definido" por la información que proporcionan diferentes escritores clásicos que describieron las tierras del interior de la Península Ibérica. En concreto, la Celtiberia histórica ocupó el Sistema Ibérico central y el margen de las tres cuencas sedimentarias que lo rodean: Ebro, Duero y Tajo.
Esta zona destaca por un patrimonio cultural, arqueológico y artístico "único", a pesar de que "tan sólo se conoce" una parte del mismo, por lo que actualmente su valoración "queda limitada" a una realidad "parcialmente percibida".
Por ello, su puesta en valor implica un "desarrollo de la investigación futura" y una "necesaria coordinación" entre la diferentes instituciones responsables para su conservación y potenciación como ruta cultural.
Desde un punto de vista territorial, la Celtiberia es un espacio compartido por diferentes administraciones ya que se distribuye por las comunidades autónomas de Aragón, La Rioja, Castilla-La Mancha y Castilla y León. En concreto, el territorio abarca las provincias de Guadalajara y Soria y parte de La Rioja, Burgos, Cuenca, Zaragoza y Teruel.
Por todo esto, los organizadores del acto de mañana consideraron que la división política "ha dificultado la realización" de planes conjuntos que permitan "vertebrar este territorio" con la conexión histórica del pasado.
FUSIÓN ENTRE IBEROS Y CELTAS
La Celtiberia es, según sostienen diversos autores, fue un pueblo que resultó de la fusión operada entre los iberos y los celtas en algunas regiones de la Península Ibérica. Los celtíberos fueron, de todos los pueblos célticos peninsulares, los "mejor conocidos" y los que jugaron un papel histórico y cultural "más determinante".
Esta época fue un periodo de gran actividad y con una población "importante" con respecto al resto de España si bien, en la actualidad, "coincide con una de las zonas más deprimidas", desde un punto de vista demográfico.
Por todo ello, dentro de este proyecto interterritorial para poner en valor "un recurso patrimonial endógeno" se creó en 2002 la asociación Adir Iberkeltia. Hasta ahora cuenta con once socios con Adri Jiloca Gallocanta como grupo coordinador. Además, están Tierras del Moncayo y Borja, Calatayud-Aranda, Sierra de Albarracín de Aragón, la Manchuela Conquense, Serranía de Cuenca, Molina-Alto Tajo de Castilla-La Mancha, Norte de Soria, Comarca de Almazán, Tierras Sorianas del Cid de Castilla y León y La Rioja Suroriental.
Las líneas de actuación del proyecto están contempladas bajo tres consignas que giran en torno a una promoción que asegure "llegar al máximo de población". Además, a nivel regional, se pretende elaborar un plan director para diseñar rutas de la Celtiberia además de fomentar la formación de dinamizadores locales, el inventariado de los recursos y su señalización.
El objetivo general es el desarrollo "sostenible" de los territorios del Espacio Iberkeltia mediante la puesta en valor de los recursos del patrimonio de la cultura celtíbera. De este modo, se priorizarán aspectos relacionados con la lucha contra la despoblación. La fecha de inicio del proyecto fue julio de 2005 y cuenta con un presupuesto que supera los dos millones de euros.
La población empadronada en Aragón ha aumentado un 1,2% respecto al año anterior, según los datos provisionales del padrón facilitados por el INE. En total, la Comunidad aragonesa cuenta con 1.342.926 habitantes, lo que supone un incremento en más de 16.000 ciudadanos. La población extranjera ha crecido un 9,9% respecto a 2008.
El Instituto Nacional de Estadística ha facilitado este miércoles los datos provisionales del padrón municipal correspondientes al 1 de enero de 2009. Según el INE, la población
empadronada en Aragón ha aumentado un 1,2% respecto al año anterior por lo que la Comunidad aragonesa ya cuenta con 1.342.926 habitantes empadronados, lo que supone un incremento en 16.008 ciudadanos.
La población extranjera ha crecido en la Comunidad aragonesa un 9,9% respecto a 2008 ya que se ha pasado de 154.892 extranjeros a 170.295. Esta población representa el 12,7% del total de la comunidad mientras que durante el pasado año representaba el 11,7%.
Las comunidades autónomas que han registrado los mayores aumentos de población entre el 1 de enero de 2008 y el 1 de enero de 2009 son Cataluña (con 103.345 personas), la Comunidad de Madrid (88.603), Andalucía (83.472) y la Comunidad Valenciana (54.901). Por el contrario, las que menos aumentan su población son las ciudades autónomas de Ceuta (1.202 personas) y Melilla (1.934), y la comunidad autónoma de Extremadura (2.256), aunque ninguna comunidad ha perdido población.
En términos relativos, los mayores incrementos de población se producen en Melilla (2,7%), Islas Baleares (2,1%) y Castilla-La Mancha (1,8%), mientras que los menores aumentos se dan en Castilla y León (0,1%), Extremadura (0,2%) y Galicia (0,4%).
Las comunidades con mayor proporción de extranjeros son Islas Baleares (21,7%), la Comunidad Valenciana (17,4%) y la Comunidad de Madrid (16,4%). Por el contrario, las que tienen menor proporción de extranjeros son Extremadura (3,3%), Galicia (3,8%) y Asturias (4,3%).
Las comunidades donde se ha producido mayor aumento de extranjeros en términos absolutos durante el año 2008 son Cataluña (80.402), Andalucía (44.814) y la Comunidad de Madrid (37.752). Los menores aumentos se han producido en las ciudades autónomas de Ceuta (367 personas) y Melilla (1.100) y en la comunidad autónoma de Extremadura (1.174), aunque ninguna comunidad pierde población extranjera.
En términos relativos los mayores incrementos de población extranjera se producen en Melilla (17,0%), Principado de Asturias (15,2%) y Cantabria (14,4%) y los menores en Extremadura (3,3%), la Comunidad de Madrid (3,8%) y la Comunidad Valenciana (4,2%).
DATOS GENERALES
El total de residentes en España a 1 de enero de 2009 es de 46.661.950 habitantes, según el avance del Padrón municipal, lo que supone un aumento de 504.128 personas respecto a los datos de 1 de enero de 2008. De este total, 41.063.259 corresponden a personas de nacionalidad española y 5.598.691 son extranjeros, lo que representa el 12% del total de inscritos.
Durante el año 2008 el número de españoles empadronados experimenta un aumento neto de 174.199 personas (0,4%), mientras que el número de extranjeros se incrementa en 329.929 (6,3%). Entre éstos últimos, los pertenecientes a la Unión Europea aumentan en 164.154 (lo que supone el 49,8% del incremento total de extranjeros) hasta alcanzar una cifra total de 2.266.808 personas.
El 49,5% del total de empadronados son varones y el 50,5% son mujeres. Entre los españoles, el 49% son hombres y el 51% son mujeres mientras que entre los extranjeros el 53,1% son varones y el 46,9% son mujeres. Por edades, el 15,5% de la población tiene menos de 16 años, el 43,3% tiene entre 16 y 44 años y el 41,2% tiene 45 o más. El 15,5% de los empadronados españoles tiene menos de 16 años, el 40,6% tiene entre 16 y 44 años y el 43,9% tiene 45 o más. En cuanto a la población extranjera, el 15,2% es menor de 16 años, el 63,2% tiene entre 16 y 44 años y el 21,6% tiene 45 o más.
EXTRANJEROS
Los extranjeros residentes en España pertenecientes a la Unión Europea suman 2.266.808. Dentro de éstos destacan los ciudadanos rumanos (796.576), seguidos por los del Reino Unido (374.600) y los alemanes (190.584). Entre el colectivo de extranjeros no comunitarios, los ciudadanos marroquíes son los más numerosos (710.401), seguidos de los ecuatorianos (413.715) y los colombianos (292.971).
Respecto a las cifras de 1 de enero de 2008 no hay cambios significativos en el peso relativo de la mayoría de las nacionalidades. Aumenta el de los ciudadanos marroquíes y el de rumanos, y disminuye el de ecuatorianos, bolivianos y argentinos. Durante 2008 la cifra de ciudadanos rumanos es la que ha experimentado un mayor crecimiento, con un saldo de 64.770. Otros crecimientos importantes se han dado en el número de ciudadanos marroquíes (57.706), del Reino Unido (21.643) y de China (19.511).
Los mayores incrementos relativos, entre las nacionalidades con mayor número de empadronados, corresponden a ciudadanos paraguayos (19,4%), chinos (15,5%) y peruanos (12,5%). Por grupos de países, los más numerosos son los ciudadanos de la Unión Europea, que representan el 40,5% del total de ciudadanos extranjeros. Le siguen los ciudadanos de América del Sur, que suponen un 28,1% del total de extranjeros.
En cuanto a la distribución por sexo en el colectivo extranjero, la proporción de mujeres es mayor en las nacionalidades iberoamericanas. En cambio hay más varones en la mayoría de las nacionalidades africanas y asiáticas.
Nos hacen llegar una propuesta de un grupo de opinión denominado Proyecto León, que plantea una apuesta en la lucha contra la despoblación, que a continuación mostramos.
La provincia de León tiene una población de 500.200 habitantes (padrón de 1 de enero de 2008). Esta población se distribuye en 211 municipios de forma muy irregular: los 8 mayores de la provincia, de más de 10.000 habitantes, aglutinan el 58,65% de la población (León, Ponferrada, San Andrés, Villaquilambre, Astorga, La Bañeza, Villablino y Bembibre); en términos absolutos 293.376 habitantes. Generalizando, se puede afirmar que los habitantes de estos términos municipales reciben una completa oferta de servicios de sus ayuntamientos.
El 41,35% restante está distribuido en municipios que sólo en tres casos superan los 5.000 habitantes (Valverde de la Virgen, Cacabelos y Fabero). Estos ayuntamientos aún disponen de recursos para ofrecer una calidad de servicios públicos razonable. El resto viven en municipios de menos de 5.000 y en un porcentaje elevado, no superan los 1.000 habitantes: de los 211 actuales, 141 tienen menos de mil habitantes, lo que supone un 66,82% del total. Es sobre todo en este último caso, los inferiores a 1.000 habitantes, en los que el cumplimiento de las obligaciones que la institución tiene con sus administrados es deficiente.
Por añadidura, la población provincial se despliega en un número altísimo de núcleos de población: 1.388. A la vista de los datos se deduce que nuestros municipios están formados por un elevado número de pueblos, con muy pocos habitantes en cada uno de ellos. Esto viene a agravar las dificultades en los ayuntamientos con recursos escasos, que no alcanzan a prestar los servicios mínimos que la ley establece.
Debemos añadir a estos parámetros, que la población de la provincia de León disminuye año tras año. Con datos absolutos, a uno de enero de 1996 había 517.191 habitantes, mientras que a uno de enero de 2008, doce años después, la población se ha reducido en 16.800 personas, presentando 500.200. La línea de tendencia indica que ésta despoblación va a ir en aumento, debida mayoritariamente a la emigración desde los núcleos pequeños a núcleos más grandes (con predominio hacia las ciudades) y también a la elevada tasa de población envejecida que presenta la provincia.
La emigración es debida, en la mayoría de los casos, a que la población asentada en los núcleos pequeños no dispone de servicios básicos necesarios que les aseguren una calidad de vida óptima. La oferta de puestos de trabajo es reducida cuando no inexistente. En muchos casos no hay expectativa laboral, por lo que el nivel socio-económico de los habitantes se ve seriamente afectado. En consecuencia poco a poco se van trasladando a núcleos más grandes donde tienen resueltos algunos de estos inconvenientes.
En resumen, nos encontramos con dos problemas para garantizar unos mínimos en la calidad de los servicios que reciben los leoneses en buena parte de la provincia:
- La despoblación de ciertos municipios, que reduce o impide la posibilidad de prestar servicios por la escasez de recursos que implica y por la absorción de éstos por los gastos fijos del ayuntamiento (secretario, administrativos, sede municipal, alcalde y concejales, etc.).
- La atomización de la población en pequeñas aldeas que, si un día tuvieron una población reseñable, actualmente se encuentran casi desiertas, lo que impide garantizar los servicios individualizadamente en cada una, como se había hecho hasta ahora.
La única posibilidad que existe para resolver estos problemas es la creación de municipios rurales más grandes en los que los gastos fijos se diluyan entre más habitantes liberando recursos para la prestación de servicios. La agrupación de municipios permite además implantar equipos móviles para llegar a todos los núcleos cuando se demande.
Por otra parte, aquellos ayuntamientos que disponen de una población concentrada en un casco urbano amplio (Sahagún, Valencia de Don Juan, Santa María del Páramo, Villafranca del Bierzo, etc.) pueden racionalizar su administración con más facilidad, prescindiendo en su término incluso de núcleos que por su configuración se adaptarían mejor a otra municipalidad más rural.
Una concentración municipal dará como resultado dos tipos de municipios, con la premisa de que su población no sea inferior a 1.000 habitantes: por un lado los concentrados (o urbanos) y por otro lado los rurales, donde las Juntas Vecinales, esencia de nuestra administración secular, deberán tener un papel más relevante aún del que tienen en la actualidad.
Con esta distribución se conseguirán ayuntamientos equilibrados, unos netamente urbanos y otros de muchos núcleos, más fuertes, con más recursos económicos, con más relevancia ante otras administraciones y con mayor capacidad de interlocución y demanda. Esto se traducirá en un aumento de la calidad de vida de la población y, en consecuencia, en el asentamiento de la misma, evitando de esta forma que nuestros pueblos se queden vacíos.
[Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Datos de 2008]
Leemos en el Diario de Leon, un interesante resumen sobre unas jornadas celebradas en Riaño. Abordaron el tema de los efectos que tienen las grandes obras hidraúlicas, algo de lo que en Aragón sabemos mucho.
Las jornadas del caldero de Riaño que bajo el título «razones y corazones para vaciar un pantano» se están celebrando en Riaño llegó ayer a su punto crucial dado que se presentaron y debatieron ocho ponencias sobre la utilización del agua y la necesidad de que los terrenos expropiados por el pantano de Riaño vuelvan a sus antiguos propietarios.
La primera ponencia le correspondió al catedrático de hidrogeología en la universidad de Zaragoza, Javier Martinez Gil quien habló sobre el valor de los ríos y su relación con las personas. Hizo hincapié en temas como el autoritarismo hidrológico y el vandalismo hidrológico institucional. Le siguió en las ponencias el catedrático de zoología de la universidad de León, Francisco Purroy, quien puso de manifiesto el desastre que ha sido para la montaña de Riaño la construcción del embalse, incluso para su ecosistema. Recordó que el efecto del pantano en algunos casos de especies de vertebrados e invertebrados puede ser irreversible. Por su parte el maestro de primaria de la escuela de Riaño, Carlos Cuenya, puso de manifiesto el sentir de la gente de la montaña, donde el mismo vive. Señaló grandes problemas de esta comarca que sufre una despoblación desde la puesta en marcha del pantano. Las ponencias de la mañana finalizaron con un debate sobre la situación de abandono que sufre la montaña de Riaño y con una intifada poética.
Por la tarde fue el turno del catedrático de derecho de la universidad de León, Carlos González Antón quien habló sobre las posibilidades legales que se dan en este momento y cuales son dignas de considerar para la reversión de la expropiación forzosa del pantano de Riaño. En este mismo sentido habló el doctor en derecho de la universidad de Extremadura, Pedro Brufao quien informó sobre algunos procesos jurídicos que están desmantelando presas en España y principalmente en Estados Unidos donde ya se han desmantelado varias grandes presas. Sobre el uso y desusos del pantano de Riaño y los regadíos que se iban a llevar a cabo hablaron Ramiro Pinto y Epifanio Miguélez. La segunda jornada del caldero de Riaño finalizó con un debate y la posterior cena de los ponentes y organizadores que siguieron hablando de Riaño.