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OBSERVATORIO SOBRE LA DESPOBLACIÓN

Observatorio CAIRE

Compartimentos estancos

 

Podemos leer en la sección Tribuna Abierta del Diario de Teruel, esta opinión de JOSÉ MANUEL SALESA de la Asociación para el Desarrollo de Montoro de Mezquita, en la que reflexiona a cerca del desarrollo rural, y que os recomendamos. 

Que parte de nuestros políticos no se creen lo que dicen es algo que muchos pensamos; que no hacen lo que predican, también; que repiten las mismas palabras insistentemente, todos a una, para que se queden en eso, en palabras, tampoco sorprende. Recientemente se han aprobado una serie de medidas para paliar los efectos de los incendios de este verano en Teruel y, de paso, evitar en lo posible que se repitan. 

Lo que podía haber sido una oportunidad para poner en práctica palabras que nuestros políticos utilizan constantemente (como sinergia, transversalidad o gobernanza), se han quedado en medidas más o menos acertadas, acotadas al Departamento que las promueve. 

Pero se podría haber aprovechado para ir más allá y, con la excusa de los incendios, acometer de una vez el gran problema: el desarrollo del mundo rural. Se podría haber aprovechado para que los Departamentos con competencia en Medio Ambiente, Agricultura, Industria y Política Territorial hubieran trabajado juntos (transversalidad) en desarrollar medidas encaminadas a potenciar el desarrollo del medio rural utilizando su riqueza forestal. Se podría haber aprovechado para recoger las opiniones de los ciudadanos y colectivos implicados para mejorar esas medidas (gobernanza). 

De esta forma, se podrían haber desarrollado ideas que pretendieran no sólo evitar grandes incendios, sino el desarrollo de estas zonas con la conjunción de todas ellas (sinergia), con un esfuerzo común y no una multitud de pequeños esfuerzos que rara vez solucionan los grandes problemas. 

La creación de puestos de trabajo fijos con la profesionalización de cuadrillas, la utilización continuada de la agricultura y la ganadería tradicional dentro de la gestión de los montes o la utilización de biomasa para abastecer centrales térmicas existentes, son un ejemplo de medidas que se podrían estudiar desde un ámbito multidisciplinar y no sólo encaminadas a evitar los incendios, sino también a fomentar un necesario desarrollo rural.

En lugar de esto, se presentan una serie de medidas encaminadas a la extracción de la madera quemada y al fomento de la regeneración natural a ejecutar hasta el año 2017, siempre que existan y se mantengan las partidas presupuestarias correspondientes. Estas actuaciones, aparte de necesarias, son lo mínimo que se puede plantear tras un desastre como el de los incendios de Teruel del pasado verano. 

Sin embargo, no dejan de ser pequeñas acciones ante un gran problema. ¿En qué momento nuestra Administración apostará por el medio rural como un sector estratégico? 

¿Para cuando una visión global del problema y una respuesta conjunta? Estas preguntas no pueden ser respondidas por cada uno de los Departamentos “estancos” del Gobierno de Aragón, sino que deberían ser respondidas por el conjunto de ellos. 

*Asociación para el desarrollo de Montoro de Mezquita

 

Los municipios del área metropolitana de A Coruña, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, acogen un total de 325 lugares o aldeas que tienen tres o menos vecinos censados

Los municipios del área metropolitana de A Coruña, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, acogen un total de 325 lugares o aldeas que tienen tres o menos vecinos censados

leemos en LaOpinionCoruña.es la siguiente noticia: 

El área metropolitana de A Coruña cuenta con un total de 325 núcleos de población con menos de cuatro habitantes, de los cuales 61 tienen un único vecino. Los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística evidencian un fenómeno que los gobiernos locales de los diferentes municipios perciben desde hace tiempo. Mayores que viven solos y familias dedicadas al cultivo del campo y a la ganadería son los residentes mayoritarios de este tipo de aldeas despobladas o casas alejadas del corazón de los municipios. El proceso de pérdida de habitantes del rural y la dispersión no afectan por igual a todos los concellos

PABLO LÓPEZ | A CORUÑA Un total de 61 unidades poblacionales ubicadas en parroquias de los municipios de la comarca cuentan con un único habitante, según confirman los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al año 2009. 

La cifra de aldeas o núcleos que únicamente cuentan con una vivienda habitada es todavía más elevada, pues hay que tener en cuenta que el INE contabiliza el número de vecinos censados, no el de unidades familiares. Un total de 325 lugares cuentan con tres o menos vecinos. 

Esta última cifra incluye los 136 lugares a los que los autores del estudio del INE han concedido la condición de unidades residenciales que están completamente vacíos, sin ningún residente. 

El fenómeno de la despoblación no afecta por igual a todos los municipios de la comarca. Los datos de Sada y Betanzos, que carecen de unidades poblacionales con tres o menos vecinos, contrastan con los de As Pontes de García Rodríguez, un municipio con 11.431 habitantes censados donde el INE ha contabilizado hasta 138 núcleos con menos de cuatro vecinos. 

En los primeros puestos de la lista elaborada con los datos sobre núcleos con tres o menos habitantes, aunque lejos de las cifras del municipio de As Pontes, se encuentran Monfero, con 28; Aranga, con 24; A Capela, con 19; y Curtis, con 18. 

Los municipios con menos espacios despoblados, exceptuando los antes mencionados en los que todos los núcleos tienen más de tres vecinos, son Culleredo, Bergondo, Oleiros y Cabanas, con uno; Cerceda, con dos; y Abegondo, Coirós y Miño, con tres. 

Casi la mitad de los municipios de la comarca, 12 de un total de 23, cuentan en su territorio con más de cinco núcleos con menos de cuatro residentes. 

Los gobiernos locales de los municipios advierten de que estos datos, a pesar de evidenciar el progresivo proceso de despoblación del ámbito rural, no sólo hacen referencia a aldeas que han perdido a casi todos sus habitantes, sino también a las viviendas aisladas alejadas del corazón de las parroquias a las que pertenecen. 

"Hay casas aisladas que aparecen como núcleos y en las que sólo hay una persona empadronada porque sólo existe una casa", precisa José Manuel López Varela, alcalde de A Laracha, un municipio donde el INE ha contabilizado un total de 16 unidades con tres o menos residentes, de las cuales cinco están habitadas por un único vecino. La mayoría de los que ocupan este tipo de núcleos son ancianos que desde que han nacido han vivido en la misma casa y que no desean cambiar de domicilio a pesar de la pérdida de vecinos o familias que viven de la agricultura y de la ganadería que residen en casas rodeadas de campos de pasto y de huertas. 

La emigración de los jóvenes hacia el ámbito urbano y las defunciones son las principales causas por las que la población en el rural de la comarca ha disminuido en los últimos años, a pesar de los intentos de los municipios por dotar a estas zonas de servicios públicos.

Un plan renove para la cría de gallegos

Leemos una columna de opinión en EL FARO DE VIGO que desde la ironía y con un oportuno punto de sarcasmo aborda la problemática de la despoblación en Galicia, y las medidas con las que la administración pretende combatirla. Vale la pena este artículo de Anxel vence.

 

Decidido a que los gallegos seamos jóvenes y –a ser posible– guapos, el presidente Feijóo propuso ayer un Pacto por el Rejuvenecimiento de Galicia con el que el Gobierno autónomo pretende aumentar la baja cifra de mamoncetes por pareja que actualmente se facturan en este reino. 
No se trata de criar gallegos como si fuesen truchas de piscifactoría, desde luego; sino más bien de estimular el ímpetu reproductivo del vecindario antes de que la vieja tribu de Breogán se convierta definitivamente en un país para viejos. Consciente de que la hemorragia de población es una de las más graves amenazas que penden sobre el futuro de Galicia, Feijóo apela ahora a un "trabajo conjunto" de todos los partidos –y hay que suponer que también de todas las parejas– para paliar la crisis de natalidad. 
La idea no es nueva, aunque sigue estando de candente actualidad. El primero en avanzarla fue el entonces monarca Don Manuel I, que allá a principios de los años noventa fijó como prioridades de su reinado la repoblación forestal y humana del país.
Se proponía Fraga remediar a un tiempo la desertificación de los bosques y la de las gentes de este reino, sometido a una pertinaz merma de población por el escaso interés de las ciudadanas –y ciudadanos– en alumbrar una cosecha de rapaces suficiente para cubrir las bajas por defunción en el censo. 
Los resultados de tan ciclópeo empeño fueron desiguales. Los árboles se multiplicaron en número bastante como para que la reforestación de los montes pudiera ser considerada un éxito; pero en lo que afecta a la natalidad, las cosas siguen más o menos como estaban veinte años atrás. Por agradables que sean los trámites previos a la facturación de un bebé, se conoce que la gente no acaba de animarse. 
Las estadísticas, que no mienten más que lo imprescindible, proclaman en efecto que Galicia es desde hace muchos ejercicios el reino autónomo con mayor pérdida vegetativa anual de población. El último registro –que no es el peor de todos– establece que el número de cadáveres excedió en 6.387 al de recién nacidos, dato del que fácilmente se infiere que las sepulturas ganan por goleada a las cunas en este reino de los tanatorios. 
De ahí que la medida propuesta ayer por el presidente gallego resulte de especial pertinencia al caso. El Pacto de Rejuvenecimiento, que evoca curiosamente el famoso jarabe Gerovital de la doctora Aslan, debiera contar además con el apoyo de los partidos de la oposición. Socialdemócratas y nacionalistas se sumaron ya en su momento a la cruzada pro-natalicia de Fraga, hasta el punto de que el partido comandado entonces por Emilio Pérez Touriño no dudó en lanzar su propio Plan de Revitalización de la Natalidad como alternativa al del monarca.
Llámese Rejuvenecimiento o Revitalización, está claro que todas las fuerzas políticas –de la izquierda, la derecha y el nacionalismo– coinciden a estas alturas en la necesidad de urdir algún plan capaz de hacer fecunda a la yerma Galicia de ahora mismo. Ya que no en otra cosa, es probable que al menos coincidan en el común deseo de poner a parir a las gallegas (con el imprescindible auxilio de los gallegos, claro está). 
Se ignora de momento, eso sí, cuáles puedan ser las disposiciones con las que se incentive tan benemérito propósito en una Galicia donde las mujeres trabajan más que la media peninsular y acaso precisen de cuantiosas ayudas para compaginar su empleo con la crianza de los hijos que el país y el Gobierno les exigen. Sólo medidas de dimensión sueca o noruega podrían frenar en apariencia la despoblación, pero no es seguro –y menos aún en tiempos de crisis– que la Xunta disponga de fondos suficientes para afrontar tan dispendiosa empresa. Mucho es de temer, por tanto, que el lifting con el que Feijóo quiere rejuvenecer el envejecido padrón de este país vaya para largo. Y es que las cunas cuestan una pasta. 
anxel@arrakis.es

ADIÓS A DELIBES

Dejamos aquí nuestro pequeño homenaje al genial Miguel Delibes. Nadie como él supo narrar y contar la verdad del medio rural. El artíuclo de Jesús Bombín en el Diario EL NORTE DE CASTILLA retrata al genio y al ecologista.


 

Concebía el progreso como aspiración humana razonable, pero con severos límites que no destruyesen las relaciones entre hombre y naturaleza. Intuyó y denunció las primeras agresiones al medio ambiente y las convirtió en mal augurio de lo que sucedería en años venideros con acierto casi profético. Y lo hizo en una época en la que este asunto aún no había encontrado acomodo en la agenda de la sociedad, de los medios de comunicación y, aún menos, de los políticos. Cuando en 1975, en su discurso de ingreso en la Real Academia Española, Miguel Delibes, disertó sobre ’El sentido del progreso desde mi obra’, se abrió una novedosa ventana de alerta social. Una circunstancia que, en opinión de Javier Gutiérrez, miembro de Ecologistas en Acción de Valladolid, «tiene mucho mérito, pues fue valiente decir lo que dijo y ante quien lo dijo, en unos tiempos en los que no existía la preocupación actual por la protección del medio ambiente y la mayoría social no se sentía concernida».
Sin embargo, antes de ese discurso, que en 1979 se editaría bajo el título ’Un mundo que agoniza’, el intelectual vallisoletano ya había dejado huellas de su desasosiego por el maltrato a la naturaleza, por los problemas de un mundo rural donde comienza a atisbarse el declive, la despoblación. «En esa época -afirma Gutiérrez- podríamos decir que sus inquietudes se parecen mucho a las de los naturalistas estadounidenses de finales del siglo XIX y comienzos del XX, ya en alerta ante los peligros que acechan al entorno natural».
En cambio, aprecia un viraje esencial en los planteamientos que el escritor vallisoletano esboza en ’Un mundo que agoniza’ a partir de sus citas a autores como Lester Brown, -que ya prevenía sobre la sobreexplotación de los mares-, Erich Fromm, Roberto Rosellini y otros intelectuales que expresaron entonces sus temores ante la degradación progresiva. «A partir de ahí podemos considerar que Delibes es precursor, con un discurso muy valiente en la RAE, de los problemas no sólo naturalistas sino medioambientalistas, que tutela muy bien alrededor de la idea de progreso».
Repara Javier Gutiérrez en que años después el escritor da continuidad a esa preocupación ensayística por el medio ambiente con la publicación, junto a su hijo Miguel, de ’La tierra herida’ bajo el subtítulo ’Qué mundo heredarán nuestros hijos’, un texto premonitorio en el que pasa revista a las amenazas ambientales que atenazan al planeta.
Este discurso no sólo ha resistido el paso del tiempo, sino que ha venido a confirmar los peores augurios, porque, sostiene Gutiérrez, «hoy se conoce más sobre esos problemas, pero el embrión de lo que eran estaba ya perfectamente dibujado en su pensamiento, se anticipó a su tiempo».
Más allá del anticipado aviso que hace como hombre de campo, el ex portavoz municipal de Izquierda Unida abunda en el convencimiento de que Delibes era un pesimista con argumentos. «El tiempo le ha dado la razón, porque ante todo estaba bien informado, que es lo importante».
Si en ’La Tierra herida’ ya bosquejaba la preocupación por el cambio climático, no sólo ha tomado forma el mundo sucio que vaticinaba, sino sus devastadores efectos. «Lo curioso es que expresaba su idea medioambiental con mucha visión de interrelaciones en el sentido de que los problemas estaban conectados unos con otros; -observa el portavoz de Ecologistas en Acción- Cerraba ciclos y empezaban a preocuparle las consecuencias en cadena de lo que estábamos y estamos haciendo mal».
En el enunciado de responsabilidades por las agresiones al medio ambiente, no faltaba en su discurso la alusión a los economistas. «Sí, nos trataba un poco mal y con razón, seguramente», admite Gutiérrez, profesor en la Facultad de Ciencias Económicas de Valladolid. «Por aquella época en Estados Unidos estaba alumbrándose la economía ecológica, que a España no había llegado todavía. Y a los economistas se los asimilaba entonces con dinero, generación de riqueza y crecimiento, y él rechazaba de plano que eso se vinculase con la idea de progreso; tenía razón».
En esa tesitura medioambientalista, el endeudamiento y la economía financiera casaban mal con el criterio de utilización razonable de los recursos naturales. «La parte de la economía financiera y monetaria la tenía enfilada», apunta Javier Gutiérrez, apreciando que es en este punto donde más contraponía y cobraba visibilidad la idea de hombre sencillo frente a la sofisticación de las exigencias del capitalismo. «Contra ideas como crecimiento exponencial, avaricia y todos esos conceptos dominantes en la economía, surgieron algunos que empezaban a decir que había que pararlo, entre ellos Delibes, pero aún era muy minoritario e incipiente ese movimiento».

 

La mitad de los municipios tiene menos de un 15% de niños

La mitad de los municipios tiene menos de un 15% de niños

Leemos en La Opinión de Málaga, la siguiente noticia

 

 A pesar de que la natalidad da síntomas de mejoría desde hace unos años, en muchos pueblos es ya bastante complicado encontrar a niños jugando por sus calles. El envejecimiento y la despoblación son ya una amenaza real y prácticamente la mitad de los municipios de Málaga no alcanzan a sumar un 15% de menores de 16 años en su población. Así se desprende del último padrón realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que señala a 46 localidades en esta circustancia –88 de los 101 municipios se mueven en el 20%–.
La mayoría se sitúa en el interior de la provincia y se trata de pequeños pueblos alejados de los grandes núcleos costeros y de la capital. Como viene siendo habitual, la Serranía de Ronda es la comarca más perjudicada por la contundencia de estas cifras, aunque tampoco se libran pueblos de la Axarquía y el Guadalhorce. La peor situación, no obstante, la viven doce municipios que apenas llegan a un 10% de niños. Alpandeire, con 12 menores, y Pujerra, con 15, componen el paisaje más extremo, y a ellos se suman Atajate, Cartajima, Genalguacil, Jimera de Líbar, Júzcar, Parauta, Salares, Sedella, Alfarnatejo y Canillas de Albaida. La falta de salidas laborales y las malas comunicaciones han llevado a muchos jóvenes a emigrar al litoral y por ello no es de extrañar que muchas de estas localidades se sitúen entre las primeras con una alta población de vecinos que superan los 65 años. Por encima de un 30% de mayores se encuentran Alpandeire, Benadalid, Faraján, Genalguacil, Parauta o Pujerra, todas en la Serranía. Un ejemplo: de los 231 habitantes de Parauta 74 superan la edad de la jubilación; en Alpandeire, 85 de sus 271 vecinos tienen más de 65. 
Jóvenes familias. Y mientras el interior sufre un galopante proceso de envejecimiento y de pérdida paulatina de población, la fotografía contraria se encuentra en la Costa del Sol y en el área metropolitana de la capital. En estas zonas de influencia se ha concentrado en los últimos años el ´boom´ demográfico de la provincia. En ambas se han construido miles de viviendas y han surgido alternativas de empleo y allí se han dirigido parejas jóvenes dispuestas a formar una familia. De ahí que el mayor porcentaje de menores de 16 años se halle en los Alhaurines y Cártama, por encima del 20%, y entre un 18 y 19% se mueven Cártama, Mijas, Rincón, Manilva, Coín, Estepona o Casares. De nuevo un ejempo: en Alhaurín de la Torre casi 8.000 de sus 35.000 habitantes son niños y Mijas suma 13.000 menores de 16 entre sus 73.000 residentes. 
Tanto el litoral como el área metropolitana concentran, así, a la población más ´rejuvenecida´ y en esos municipios la población mayor de 65 años no supone un gran porcentaje. De hecho, Alhaurín de la Torre es la localidad con un menor peso porcentual de mayores en su padrón. Sólo el 9% de sus vecinos tiene más 65 años, cifra similar se encuentra en Rincón (10%) o en Manilva y Marbella (11%). 
A escala provincial, la media de menores de 16 años en Málaga es del 17,1%, un porcentaje que es superior al nacional (15,5%), pero que está por debajo del andaluz (17,3%). En cuanto a la población mayor la ratio malagueña es del 14,5% , más baja que la española (16,6%) y la regional (14,7%).

España pierde 876 pueblos en los últimos 15 años

España pierde 876 pueblos en los últimos 15 años

Leemos en la Cadena Ser una interesante información  a cerca de la evolución demográfica de nuestro medio rural.

Casi 900 pueblos han desaparecido en España en los últimos 15 años. Galicia y Asturias son las dos Comunidades Autónomas más afectadas por la despoblación

La Garza, Barrio Chico, El Salto del Lobo, Lugarnuevo, Berrugoso o Sanchobueno son algunos de los 876 núcleos de población que han quedado deshabitados en nuestra geografía en los últimos tres lustros. Son datos del Instituto Nacional de Estadística a los que ha tenido acceso la SER.56% de ellos estaba en Galicia y el 18% en Asturias, según los datos que se desprenden de un informe del INE al que ha tenido acceso la SER.

Por provincias el caso de Lugo es especialmente significativo, ya que una de cada 4 poblaciones deshabitadas en los últimos 15 años, era lucense. El presidente de esa diputación José Ramón Gómez, consciente del problema, habla de la despoblación como "el reto del siglo XXI".

En Asturias, donde han dejado de existir 165 núcleos rurales, la consejera de bienestar social, Noemí Martín asegura que el Principado invierte en políticas sociales para fijar población.

Y es que el riesgo de que continúe la sangría es elevado, sobre todo en el Noroeste peninsular. No en vano el territorio rural ocupa el 84% del total pero solo aglutina un 17% de la población, datos que evidencian la dispersión a la que se enfrenta nuestro país.

75 concellos han perdido la mitad de su censo en los últimos 40 años

Tras un periodo de inactividad forzada, retomamos el blog y el pulso a las noticias sobre la Despoblación. Hemos leído este artículo en El Correo Gallego

 

El progresivo envejecimiento de la población gallega, la emigración al extranjero o a otras comunidades autónomas, el éxodo del rural a las ciudades y la brusca caída de la natalidad son las principales causas de que el interior de Galicia se esté quedando sin gente. Los datos indican que el último año no fue una excepción, toda vez que el 70% de los concellos redujo su padrón en comparación con 2008. Pero la situación en algunos municipios es alarmante. De hecho, 75 ayuntamientos gallegos han perdido desde 1970 más de la mitad de su población, con las terribles consecuencias que esto conlleva.

Las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) son demoledoras. Cruzando los datos del censo de 1970 -el último que se realizó antes de la llegada de la democracia- con el padrón municipal de 2009, se llega a la conclusión de que 75 municipios de la comunidad se han quedado sin la mitad de sus vecinos en apenas 40 años. Hay algunos casos dramáticos, como los de A Capela (A Coruña), Navia de Suarna (Lugo) o A Veiga (Ourense), donde la población se ha reducido a una tercera parte.

"La despoblación en el interior de Galicia tiene una parte que es irreversible", comentaba recientemente Andrés Precedo Ledo, catedrático de Geográfia Humana de la Universidade de Santiago (USC). El éxodo rural se produjo más tarde que en otras partes de España y, unido al frenazo en la natalidad, ha configurado un nuevo reparto poblacional del que han salido beneficiadas las ciudades y sus áreas de influencia. La peor parte se la han llevado los concellos del rural, sobre todo las provincias de Lugo y Ourense.

A excepción de Ortigueira -que redujo su población a la mitad por la segregación del ayuntamiento de Cariño-, la mayoría de los municipios que han entrado en esa UVI demográfica están ubicados en las provincias del interior. Hay comarcas enteras, como las situadas en las zonas montañosas. Pero el interior de A Coruña y de Pontevedra tampoco se libra.

La caída de la población en las zonas rurales se inició a mediados de siglo, pero se acentuó durante los ochenta y los noventa. A estas alturas todavía no se le ha conseguido poner en freno. Los últimos datos del INE confirman que sólo tres de cada diez municipios gallegos ganaron habitantes el pasado año, la mayor parte de ellos en las zonas urbanas más dinámicas de Galicia. El 70% restante volvió a perder población.

 

 

Alcaldes resignados ante la despoblación

Leemos un interesante editorial en La Crónica de León, a propósito de la situación demográfica de la provincia.

 

La provincia de León tiene el que posiblemente sea el mayor problema de despoblación y envejecimiento de toda Europa, a pesar de que la mayoría de las provincias de Castilla y León no le van a la zaga. Contar con 211 ayuntamientos para una población inferior al medio millón de habitantes es un dislate, pero si añadimos que de los 1.288 pueblos que componen estos ayuntamientos, unos mil tienen menos de cien habitantes, nos encontramos con una situación absurda e insostenible. Hasta ahora, todas las leyes y acuerdos políticos para frenar la despoblación han fracasado y la provincia sigue perdiendo población y, sobre todo, han dejado a cientos de pueblos al borde de la desaparición, que se consumará en su mayoría en las próximas décadas. No es sólo que los pueblos se queden sin gente, con el drama humano que supone, sino que los pocos habitantes que sobreviven en estos pueblos, generalmente ancianos, carecen de los servicios básicos que todo ayuntamiento debe garantizar, según establece la Constitución. Ante esta situación, la actual legislación contempla la fusión de municipios como principal arma para atajarla. En los últimos 5o años se han fusionado en la provincia un total de 24, pero ninguno en los últimos 30 años. La propuesta del alcalde de Balboa de fusionar cuatro ayuntamientos y 60 pueblos en el Bierzo ha abierto un debate que debe continuar, porque hasta ahora todos los anteriores se han cerrado en falso. La actual crisis económica, que ya suma dos años y que para las finanzas de los ayuntamientos aún sumará varios años más, está dejando en la quiebra a muchos ayuntamientos y pronto serán muchos, y no sólo pequeños, los que tengan dificultades para pagar las nóminas de sus empleados y mantener servicios tan básicos como el agua, la luz o la limpieza. Ante la reiterada negativa de los dos grandes partidos (PP y PSOE) de abordar la planificación territorial, desde La Crónica estamos convencidos de que el debate y las iniciativas tienen que surgir desde los pequeños pueblos y municipios, como es el caso de Balboa y en este debate nos emplearemos a fondo en el futuro. En un primer sondeo con los 19 alcaldes de los municipios de León, menores de 200 habitantes, sólo tres se han pronunciado favorablemente a debatir una fusión. El resto, se ampara en el posible enfrentamiento vecinal y en la resignación. Se equivocan dando la espalda al futuro, porque la despoblación es implacable y al final les arrollará.

Iguales sí, pero menos

Leemos este interesante artículo en Aragón Digital  de Noelia Fragoso Delgado

 

Mar Vaquero es la alcaldesa de María de Huerva, del PP
Mar Vaquero es la alcaldesa de María de Huerva, del PP

Zaragoza.- En Aragón la población femenina y masculina está bastante igualada. Así de 1,3 millones de personas que están empadronadas en la región, más de 662.000 son mujeres y más de 664.000 son hombres. Aunque en este término se puede hablar de igualdad, en lo que se refiere a la política no es así.

Las alcaldesas aragonesas representan sólo el 14% de todos los primeros ediles de la Comunidad Autónoma de Aragón, es decir, que a pesar de que la población es "mitad y mitad", su representación política no lo es, ya que hay 715 primeros ediles y de éstos sólo cien son mujeres.

Asimismo, se encuentran bastantes diferencias entre partidos políticos y provincias. De este modo, el Partido Socialista ocupa el puesto número uno con 62 alcaldesas que representan a su grupo, cifra que dista bastante de la de los demás. Le seguiría el Partido Aragonés con 19; el Partido Popular con 16; Chunta Aragonesista con dos (la de Mianos en Zaragoza, Inmaculada Perles Casalta y la de Naval en Huesca, María Pilar Carruesco Buetas) e Izquierda Unida con una en Alcañiz (Teruel), Amor Pascual Carceller.

Por provincias, Zaragoza cuenta con la mayor parte, 40 alcaldesas de 286. De éstas, 29 pertenecen al PSOE, cinco al PP, cinco al PAR y una a CHA. Huesca le sigue con 38 alcaldesas de 198. De las que 26 son del PSOE, cinco del PP, seis del PAR y una de CHA. Por último, la provincia con menor número es Teruel con 22 de 231, de las que siete son del PSOE; sies del PP, ocho del PAR y una de IU.

Otro de los aspectos más reseñables es el gran número de alcaldesas cuyo nombre es María Ángeles, en concreto, el 10%.

Zaragoza

Abanto es la primera localidad zaragozana por orden alfabético con una mujer alcalde con Mª Ángeles Sebastián Peiró (PP); en Ainzón, María Isabel Tabuenca Sanmartín (PSOE); en La Almolda, Ángeles Luisa Labarta Taules (PSOE); Alpartir, Marta Gimeno Hernández (PSOE); Aranda de Moncayo, Mª Rosario Cabrera Ruiz (PSOE); Ardisa, Ángeles Palacio Marco (PAR).

María Ángeles Ortiz Álvarez es la alcaldesa de Belchite, del PSOE

Así como Bagüés, Aurea González García (PAR); Belchite, María Ángeles Ortiz Álvarez (PSOE); Berrueco, María del Carmen Ballestín Gimeno (PSOE); Brea de Aragón, Rosa Elena Barcelona Andrés (PSOE); Cadrete, María Ángeles Campillos Viñas (PP); Caspe, Mª Teresa Francín Piquer (PSOE); Cinco Olivas, Felisa Salvador Alcaya (PSOE); Escatrón, María del Carmen Aguerri Puel (PSOE); Fuentes de Ebro, María Pilar Palacín Miguel (PSOE); Gelsa, Francisca de la Torre Giménez (PSOE); Lobera de Onsella, Mª Victoria Cabanes Ramírez (PSOE); Luceni, Ana Arellano Badía (PSOE); Lumpiaque, Mercedes Sediles Barbod (PAR); María de Huerva, María del Mar Vaquero Periánez (PP); Mequinenza, Magdalena Godia Ibarz (PSOE); Mianos, Inmaculada Perles Casalta (CHA); Morata de Jalón, Mª Cristina Andrés Ostáriz (PSOE); Pastriz, Yolanda Hortas Franco (PSOE); Las Pedrosas, María Isabel Benedicta Mateo Lasilla (PSOE); y en Pina de Ebro, María Teresa Martínez Toledo (PSOE).

Además, en Salillas de Jalón está Concepción Sevilla Lana (PSOE); Tabuenca, Mª Ángeles Lanzán Chueca (PP); Torralbilla, Margarita Navarro Sierra (PAR); Torrellas, Mª Pilar Pérez Lapuente (PSOE); Torres de Berrellén, Mercedes Trébol Bartos (PSOE); Trasobares, Milagros Aznar Ibáñez (PSOE); Used, María Carmen Sánchez Pérez (PSOE); Velilla de Ebro, Mª Rosario Gómez Puyoles (PAR); Velilla de Jiloca, Mª Ángeles Ruiz López (PSOE); Vera de Moncayo, Mª Ángeles Sánchez Riera (PSOE); Villadoz, Mª Ascensión Giménez Santolalla (PSOE); Villalengua, Ana Isabel Villar Lechón (PSOE); Villanueva de Jiloca, Rosario Blasco Lafuente (PP); y finalmente, Villarreal de Huerva, con Isabel Esteban Pablo del PSOE.

Huesca

Las alcaldesas oscenses son 38. En Adahuesca, María Pilar Vidal Cortés del PSOE; Albalate de Cinca, María Sagrario Sender Ibáñez del PSOE; Albelda, María Ángeles Roca Llop del PSOE; Alberuela de Tubo, Rosa Pons Serena del PSOE; Alcalá de Gurrea, Mercedes Minguijón Pérez del PAR; Alcolea de Cinca, Mónica Lanaspa Olles del PAR; Almudévar, María Antonia Borderías Bescós del PSOE; Antillón, Cristina Benito Layunta del PP; Argavieso, Rosario Torrente Marcos del PP; Azlor, María Isabel Pablo Melero del PSOE; Ballobar, María José Fontanet Bardají del PSOE; Bárcabo, Carmen Lalueza Giral del PSOE; Binaced, Laura Mora Delgado del PSOE; y Bisaurri, con Lucía Isabel Eri Gairín del PSOE.

La alcaldesa de Alcañiz, Amor Pascual, de IU, presenta el II Festival Internacional de Videoclips de la localidad turolense

También Broto cuenta con una alcaldesa, Carmen Muro Gracia del PSOE; Capella, Ángela Sarriera Socias del PSOE; Castejón de Monegros, Pilar Serrate Serrate del PSOE; Castejón de Sos, María Pellicer Raso del PSOE; Foradada del Toscar, María Carmen Castillón Castillón del PSOE; Graus, María Victoria Celaya Cosculluela del PSOE; Hoz de Jaca, Esperanza López Sanz del PAR; Laluenga, Cristina Juárez Gracia del PSOE; Loporzano, Celia Carrera Ramón del PAR; Naval, María Pilar Carruesco Buetas de CHA; Palo, María Antonia Arnal Espinosa del PSOE; Peralta de Alcofea, Marta Obdulia Gracia Alós del PP; Peralta de Calasanz, María Pilar Meler Sanvicente del PAR; Pueyo de Santa Cruz, María Teresa Foradada Puy del PP; Salas Altas, María Concepción Subías Tricas del PSOE; San Miguel del Cinca, Elisa Sancho Rodellar del PSOE; Santa Cruz de la Serós, María del Carmen Martínez Fernández del PSOE; y en Sariñena, Lorena Canales Miralles del PSOE.

Para concluir la provincia de Huesca quedan las alcaldesas de Sena, Rocío Sanz Redrado del PSOE; Tardienta, María Luz Abadía Peleato del PSOE; Torres de Alcanadre, Yolanda Arazo Grasa del PSOE; Torres de Barbués, Celsa Ana Rufas Acín del PP; Yésero, María Jesús Acín Sanromán del PSOE; y por último, en Zaidín, María Teresa Font Estruga del PAR.

Teruel

En la provincia turolense, Alcañiz con Amor Pascual Carceller representa a la única alcaldesa con la que cuenta Izquierda Unida en todo Aragón. En Arens de Lledó, María Teresa Querol Tallada del PSOE; Blesa, Mª Ángeles Cólera Herranz del PAR; Burbáguena, Silvia Concepción Benesi Peiró del PAR; Calaceite, Rosa María Doménech Vidal del PSOE; Cella, M. Carmen Isabel Pobo Sánchez del PP; La Codoñera, María José Gascón Cases del PAR; Crivillén, María Joseda Lecina Ortín del PAR; Cuevas Labradas, Mª Pilar Argente Igual del PP; Fuenferrada, María Ortega Lacasa del PP; Fuentespalda, María del Carmen Agud Aparicio del PAR; Huesa del Común, Mª Ermerinda Sinués Burillo del PAR; La Iglesuela del Cid, María Inés Traver Roda del PP; Maicas, María Pilar Aguilar Palacio del PSOE; La Mata de los Olmos, Silvia Inés Gimeno Gascón del PSOE; Los Olmos, Nuria Espallargas Carceler del PAR; y en Palomar de Arroyos, Ernestina Juárez Palomar del PSOE.

Para concluir, quedan las localidades de La Puebla de Híjar con Juana María Barreras Falo del PSOE; La Puebla de Valverde, María Luisa Fuertes Alegría del PP; Torre de las Arcas, María Teresa Gamarra Chopo del PSOE; Valacloche, Mª Carmen Rabanete Moreno del PAR; y la última alcaldesa está en Villar del Salz, Mª Ascensión Borao Isrria del PP. 

Unos 40 pueblos de Almeria corren peligro de desaparecer

Leemos en el IDEAL de Almeria una noticia impactante
Unos 40 pequeños municipios del interior de la provincia podrían desaparecer en quince o 20 años si no se toman medidas de tipo económico y social que eviten su despoblamiento.
Para evitar que esto suceda y articular políticas que corrijan la actual pérdida de población que sufren municipios como Benitagla o Benizalón, la Diputación, a través del Instituto de Estudios Almerienses, organizará hoy y mañana unas jornadas de análisis y debate sobre esta situación.
El salón de actos de Cajamar, en la Plaza de Barcelona, acoge esta mañana, a partir de las 9.30, la apertura de estas jornadas que incluyen entre las 10.00 y las 12.00 tres ponencias.
La primera, 'La despoblación en Almería. Una visión histórica hasta la realidad actual' correrá a cargo del profesor de Historia Económica de la UAL, Andrés Sánchez Picón. La segunda, 'La erosión demográfica y capital territorial', la impartirá el geógrafo-urbanista Rodolfo Caparrós.
Esta misma mañana está previsto que intervenga el director del Servicio de Estudios de la Fundación Cajamar, David Uclés, que hablará a la concurrencia sobre 'Pueblos en declive. ¿Qué será será?'. El periodista y escritor Miguel Ángel Blanco Martín será el encargado de moderar la mesa redonda-foro de expertos en la que se hablará de diversos aspectos que influyen en la despoblación de los municipios del interior.
Estas jornadas continuarán mañana sábado con un recorrido por alguno de los municipios del interior de la provincia situados en las sierras de Los Filabres-Alhamilla y el valle del Almanzora. La expedición con los participantes saldrá a las 8.30 horas desde la Biblioteca Villaespesa y continuará hacia Tabernas, donde a las 9.15 horas pararán a desayunar. Media hora después visitarán el olivar del desierto, las plantaciones y almazara 'Los Albardinales'.
Visitas
El itinerario previsto incluye para las 10.45 la visita a los núcleos urbanos de Benizalón y Benitagla, dos de los municipios que más están acusando en los últimos años el fenómeno de la pérdida de habitantes por el éxodo de los jóvenes y el progresivo envejecimiento de la población.
La jornada del sábado incluye la visita a los municipios de Alcudia de Monteagud y Tahal, así como a Chercos Viejo y Nuevo, y también a Cóbdar.
Los participantes tienen previsto comer en Albanchez, y en torno a las 16.45 horas, salir hacia Cantoria para visitar el Palacio de los Marqueses de Almanzora.
El presidente del Instituto de Estudios Almerienses y vicepresidente de la Diputación, José Añez, fue el encargado de presentar ayer estas jornadas.
Lo hizo acompañado por los coordinadores de las mismas, Cristóbal Guerrero, del Departamento de Ciencias del Hombre y la Sociedad del IEA, y Resurrección García, del Departamento de Geografía y Ordenación del Territorio del IEA.

NADIE NACE EN LA ESPAÑA RURAL

NADIE NACE EN LA ESPAÑA RURAL

Leemos un interesantísimo artículo en La Gaceta.es, que pone de manifiesto la cruda realidad de la despoblación rural en España, a la vez que aporta información sobre nuevos movimientos y propuestas que se impulsan desde diversos municipios y colectivos para invertir la tendencia.

El 28% de los 8.111 municipios españoles no registró ni un solo nacimiento a lo largo de 2007. El interior acumula los datos de natalidad más deprimentes. Soria, Guadalajara y Palencia, a la cabeza.


En términos absolutos, España experimenta un aumento de población y, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número medio de hijos por mujer en edad fértil alcanzó en 2008 su valor más alto en 18 años, situándose en 1,46. Sin embargo, una gran cantidad de municipios se encontrará al borde de la desaparición si su población no rejuvenece pronto. El pasado 28 de agosto, los 42 vecinos de Contamina (Zaragoza) recibieron con alegría al primer bebé nacido en el pueblo desde 1966. Este hecho no es todo lo anecdótico que pueda parecer, ya que por todo el territorio nacional existe una gran cantidad de municipios en los que no se registra ni un solo nacimiento a lo largo de los últimos años, mientras sus viviendas se desocupan tanto por la atracción de la urbe como por las inevitables defunciones.

Castilla y León pasa por ser la comunidad autónoma con el mayor despoblamiento de sus pueblos, con Soria a la cabeza. En esta provincia, el 75% de los municipios no registró ningún nacimiento (tomando como referencia la residencia materna) en 2007, último año del que se tienen estadísticas detalladas. Para acabar con esta mala racha y potenciar los valores de la provincia, existen asociaciones que se esfuerzan por situar a Soria en el mapa.

La lucha por existir

Entre ellas destaca Soria Activa, una fundación sin ánimo de lucro que promueve su desarrollo. Para conseguir su objetivo, Anselmo García, su director, insiste en que para llegar a la prosperidad hay que apoyar “las iniciativas y las ideas emprendedoras”. Se queja de que Soria ha pasado desapercibida en el desarrollo de las infraestructuras. “Es ahora cuando se están construyendo autopistas para conectar los principales puntos de la provincia con el resto del país”, expone. Para no llegar “al punto de no retorno”, la fundación se esfuerza por hacer de Soria la provincia más puntera en la implantación de nuevas tecnologías. “Ya nos quedamos atrás en autovías, ahora estaremos por delante en las autopistas de la telecomunicación”. También están promoviendo la modernización de la agricultura para adaptarla a los nuevos tiempos. Se trata de invertir en crear un cultivo energético competente para que el trabajo en el campo no se considere una opción del pasado.Algunos pueblos semantienen gracias a las viviendas para el veraneo y las fiestas patronales

La dimensión del problema es de tal magnitud queexisten asociaciones repartidas por todo el país centradas y enfocadas en las zonas con mayor envejecimiento y empobrecimiento. Son conocidos como Grupos de Acción Local y se extienden desde la sierra de Cádiz hasta la comarca asturiana de Oscos, pasando por el Maestrazgo turolense.

El proyecto Abraza la Tierra aúna el trabajo de estos grupos en Castilla y León, Cantabria, Aragón, Madrid y Castilla-La Mancha. Eva González, la coordinadora de Codinse, la asociación que orquesta la iniciativa, coincide con Anselmo García en que la clave está en incentivar y potenciar el espíritu emprendedor. Insiste en que “los pequeños pueblos son algo más que ganadería, agricultura y casa rural”. Por eso se dedican ya no sólo a mejorar las prestaciones políticas y económicas, sino también a concienciar tanto al conjunto de la sociedad de todas las prestaciones que pueden proporcionar estas zonas como a los propios habitantes de los pueblos deprimidos, para que aprendan a actuar en la medida de lo posible y sean conscientes del importante papel que desempeñan en este proceso.

Desde Abraza la Tierra luchan por conseguir las mismas prestaciones que se ofrecen en las grandes urbes, en materia de telecomunicaciones y servicios, para hacer de las zonas tradicionalmente agrestes un lugar atractivo para aquellos que puedan establecer su trabajo fuera de la metrópoli. Ya no sólo hablan del teletrabajo, sino de asentamiento de las empresas para generar un empleo lo suficientemente estable para que los pueblos no acaben por desaparecer.El pequeño pueblo de la vicepresidenta De la Vega aumenta y ofrece múltiples servicios a base de subvenciones

Poco a poco el camino de las telecomunicaciones va tomando cuerpo en las regiones más deprimidas de la geografía española. Para fomentar esta coyuntura, la Fundación Cibervoluntarios y la Federación Española de Municipios y Provincias (Femp) han firmado recientemente un convenio que tiene la finalidad de impulsar el uso de las nuevas tecnologías en las zonas rurales, en un intento de eliminar la actual brecha digital geográfica.

Las cifras ofrecidas por el INE, al fin y al cabo, son pura estadística y carecen de todo matiz, por lo que no debe tomarse el padrón como representación de la realidad. Por eso, el pueblo salmantino de Puertas no sería anecdótico si se observa que tiene 82 habitantes registrados, una cifra pequeña, pero como un gran número de municipios españoles. Sin embargo, Jovita Rodríguez y Rosario Benito son las únicas personas que viven todo el año en el pueblo. La primera pasa de los 90 años y la segunda es octogenaria. El resto del pueblo mantiene un vida puntual, realzada en el periodo estival y durante las fiestas patronales, por lo que todas las casas, excepto las de Rosario y Jovita, son segundas viviendas. Sin embargo, el pueblo se mantiene vivo e incluso posee una red wifi de internet.

 

Sí, se puede

Los pueblos de la zona sufren una severa despoblación, pero también poseen un ejemplo de esfuerzo por sobrevivir. Se trata de Trabanca, un pequeño municipio de Las Arribes que ha sabido renovarse a través, precisamente, de su tradición. Su alcalde, José Luis Pascual, explica que se encontró hace 10 años con un pueblo abocado a la despoblación, por lo que él y su equipo estudiaron el mejor proyecto en el que invertir. Observaron que la tradición, el medio ambiente y el turismo podían convertirse en una buena salida y se pusieron manos a la obra. Actualmente, la mayoría de la población del pueblo es menor de 40 años y con estudios universitarios.

Pascual optó por crear empleo público que, a su vez, generase nueva inversión. Ahora las miras del pueblo superan fronteras, es la sede de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Duero y está imerso en un proyecto entre España y Portugal sobre la ruta internacional del vino. La esperanza de Pascual es que “los pueblos de la zona se contagien de este espíritu” para no desaparecer. Sin necesidad de ser presidente de los EEUU asegura que “sí, se puede”.

Sobre la región del Macizo del Caroig, en el interior de Valencia, también se cierne el miedo a la desaparición de los pueblos. Sin embargo, mientras todos pierden habitantes cada año, uno de ellos gana. Se trata de Beneixida. Mientras en otros ayuntamientos, como el de Bicorp, despachan el tema con un tajante “no hay nada, no hay trabajo y la gente se va”, Beneixida recibe amablemente. Su alcaldesa, Eva Roig, explica que desde hace unos años se han tomado muy en serio esta coyuntura, por lo que han empleado todos los esfuerzos en ofrecer un pueblo con todos los servicios que se puedan encontrar en la ciudad, pero a menor coste y ganando calidad de vida. Para alcanzar la meta se ha empleado el método de la subvención: piscina municipal, comedor, material escolar e incluso los nacimientos, que están a 500 euros por bebé. Y es que todas las ayudas son pocas para un ayuntamiento gobernado por el PSOE que, para más inri, es donde está empadronada la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega.

El cierre de escuelas, inevitable pero mejorable

Leemos un Editorial en el periódico La Crónica de León a cerca de algo tan doloros, como el cierre de las escuelas, algo de actualidad, ahora que ha empezado el nuevo curso.

 

Pocas hay tan tristes como sufrir el cierre de la escuela del pueblo. Los habitantes que en él residen no pueden evitar contemplar el principio de fin de su entorno. Cerrar una escuela en un pueblo porque no alcanza el mínimo de cuatro alumnos es, a pesar de todo, la mejor solución para estos niños, que de otro modo se verían relegados y desplazados socialmente desde sus primeros años de vida. Es imposible garantizar una educación de calidad en una escuela rural con menos de 4 niños, y muy difícil con esta cifra. No se trata de un problema del sistema educativo, sino social. Es la despoblación y el envejecimiento de la población rural, en este caso la leonesa que, a pesar del espejismo de la vuelta al pueblo que la crisis ha provocado este verano, seguirá su marcha imparable hasta el cierre por defunción de decenas de pequeños pueblos de León. La educación y la sanidad son los dos servicios públicos esenciales para la pervivencia de los pequeños pueblos. La garantía universal de estos servicios es irrenunciable y de su eficiencia depende en gran parte el éxito de la política territorial de cualquier administración. La escasa población de muchos ayuntamientos dispersos en varios pueblos limita enormemente su capacidad y son muchos hoy los que deberían renunciar a su autonomía para buscar su fusión con otros colindantes para lograr una mejora de los servicios. Si los políticos locales tienen ante sí una gran responsabilidad, mayor aún es la de las administraciones superiores, porque tienen medios y recursos para planificar el futuro a largo plazo en este sentido. La Junta lleva años dando vueltas de una consejería a otra al instrumento idóneo para garantizar este derecho. Se trata de las Directrices de Ordenación del Territorio, que tan nefasta aplicación han tenido en el primer intento de aplicarlas en una zona concreta, la Montaña Oriental de León. En materia sanitaria acaba de tomarse una decisión acertada, tras una larga polémica. Astorga tendrá por fin un centro de especialidades médicas que completará el centro de salud. Haber optado por un hospital comarcal, como reclamaba la mayoría de la comarca, hubiera sido un error carísimo, que jamás podría haber garantizado un buen servicio. Este tipo de decisiones, como la creación de colegios comarcales y el cierre de escuelas, deberían tener su marco planificado en estas directrices, que la Junta debe aprobar de una vez, relegando su histórico miedo a la comercialización.

El grito de la despoblación

Leemos en ABC el siguiente artículo de Roberto Pérez sobre la despoblación:
Las provincias de Soria y de Teruel no llegan a los diez habitantes por kilómetro cuadrado, y la de Zamora está por debajo de los veinte. Las tres tienen puntos en común fruto del éxodo rural que sufrieron, sobre todo, a partir de los años 50 del siglo pasado por falta de oportunidades. Son el ejemplo de provincias condenadas por el olvido del Estado y eso, en gran medida, mutiló sus oportunidades. Pero, al mismo tiempo, también son paradigma de perseverancia. No han tirado la toalla y en ellas han nacido movimientos ciudadanos que salen a la calle para reclamar más inversiones, más infraestructuras, mejor futuro.
Contra el olvido institucional surgió la plataforma ciudadana «Teruel Existe». E igual que ellos siguen denunciando las promesas incumplidas del Gobierno central, «Soria Ya» incide en lo mismo en esta provincia castellano y leonesa. Ahora recaban firmas para exigir el AVE para Soria. Abogan por un corredor de Alta Velocidad que conecte Galicia con Aragón y Cataluña a través de Soria. Y también demandan mejores carreteras.
«¿Cómo es posible que Castilla y León esté trenzada de autovías y es a estas alturas cuando ha empezado a hacerse la primera autovía en la provincia de Soria?», se pregunta Gregorio Alonso, de «Soria Ya». Se refiere a la autovía que ha de conectar Soria capital con Madrid a través de Medinaceli. De la nueva autovía sólo hay hechos unos pocos kilómetros.
«En la provincia de Soria hay un gran déficit de infraestructuras, los proyectos van con un retraso tremendo y no se ha cumplido el famoso Plan Especial para Soria que nos prometió el Gobierno central», denuncia Alonso.
Su provincia ha sido otro ejemplo de éxodo demográfico. «Sólo en Madrid hay 23.000 sorianos. Se calcula que si los sorianos nacidos en esta provincia volvieran aquí, tendríamos 250.000 habitantes», dice este representante de «Soria Ya». Sin embargo, la realidad es que esta provincia no llega a los 95.000 habitantes, 10.000 de ellos inmigrantes extranjeros.
En Zamora también saben bien lo que es el éxodo rural. El diputado Jesús Cuadrado, portavoz de Defensa del PSOE en el Congreso, nació en la localidad zamorana de Castroverde de Campos. En 1952 nacieron allí 57 niños, entre ellos él, pero hace mucho que lo habitual es que no haya ningún nacimiento. «Hace 50 años, Castroverde tenía casi 2.000 vecinos; ahora no llega a 500, y el 70 por ciento tienen más de 65 años», explica a ABC Jesús Cuadrado. A su juicio, «el problema de raíz ha sido la falta de actividad económica privada».
Está convencido de que «para romper esa dinámica hacen falta infraestructuras, pero no sólo eso, también saber aprovechar otras economías posibles, como los proyectos de energías alternativas que están apareciendo en la provincia de Zamora, parques eólicos, centrales termosolares... Hay que saber oler las nuevas iniciativas de futuro, y ahí los poderes públicos han de acudir para dar su apoyo de forma decidida».
Por su parte, el ex alcalde de Zamora y actual diputado del PP, Antonio Vázquez, insiste en que «las infraestructuras son fundamentales para dar futuro a esta provincia», y acusa al Gobierno de Zapatero de incumplir sus promesas. «El famoso Plan del Oeste, con más de cien medidas anunciadas, no se ha hecho realidad».
Según Vázquez, el impulso que recibieron las infraestructuras en la etapa de gobierno del PP no han tenido continuidad con el Ejecutivo de Zapatero. Pone como ejemplo el tramo pendiente de construir entre Zamora y Benavente, en la Autovía de la Plata; o el desdoblamiento de la N-122, al que no se ha dado continuidad par llegar hasta la frontera con Portugal.

La Lluvia Amarilla en el Teatro Donostia

En este día en el que Benedetti nos dejó para siempre, nos hacemos eco de el arte literario en torno a la inmortal obra de Llamazares, "La lluvia amarilla", 
La novela 'Lluvia amarilla' llega  al Teatro Principal de Donostia

«Con la muerte de Andrés desaparece el último habitante de Ainielle, un pueblo del Pirineo de Huesca». Éste podría ser el doloroso resumen de la novela de Julio Llamazares, La lluvia amarilla. La publicó en 1988 y se convirtió en uno de los grandes éxitos editoriales de aquel y siguientes años.

Y fue una gran sorpresa para el autor, que así lo reconoce: «Yo no apostaba mucho por ella; me refiero desde el punto de vista comercial. No hay que olvidar que, cuando apareció en las librerías, España era posmoderna y nada quería saber de su realidad».

La compañía madrileña [in]constantes teatro, se ha atrevido con este texto que, según el director del montaje, Emilio del Valle, «nos sitúa ante una gran metáfora a partir de la cual podemos reflexionar sobre la memoria y el olvido, la voluntad, el tiempo, la naturaleza, la identidad y el abandono».

La despoblación rural en 'La lluvia amarilla'

El gran tema que plantea Llamazares en su texto es, para Del Valle, «uno que ha tocado a distintas comunidades del mundo entero y que las ha unido a través de la literatura: la despoblación rural, el abandono completo de cantidades enormes de pueblos y aldeas, dejándolas pudrirse de soledad. En 'La lluvia amarilla' pareciera que la naturaleza, en su ciclo eterno, destruye al hombre y no al revés».

La función se presenta como un monólogo, interpretado por el veterano y buen actor Chema de Miguel. A su lado el músico Francisco Lumbreras, que acompaña la acción con los sonidos del didgeridoo, un instrumento de viento ancestral utilizado por los aborígenes de Australia.

En escena el personaje de Andrés, «un solitario que se ha quedado fuera del intercambio humano y, en términos políticos, una figura marginal en periodo de desintegración», dice el director de la pieza. Para Llamazares, con el paso al teatro de su texto, «se ofrece a los lectores, espectadores también ahora, una nueva expresión de la tragedia de Ainielle, que es la misma de tantos pueblos españoles».

La despoblación amenaza con borrar del mapa la mayoría de las aldeas macedonias

Leemos una nota de la agencia EFE sobre la despoblación en Macedonia:

Unas 1.100 aldeas de Macedonia, de un total de 1.728, están en peligro de desaparecer debido a la migración hacia las ciudades y una tasa de crecimiento demográfico ínfima. 

Ya están totalmente despobladas 147 aldeas, reveló esta semana el Instituto Nacional de Estadísticas, que señala que hace 60 años una sola aldea estaba abandonada.

En varios centenares de poblados viven sólo unos pocos ancianos, de modo que dentro de poco también éstos podrán quedarse sin vecinos, advierten los especialistas en demografía de Macedonia, una pequeña ex república yugoslava de 2 millones de habitantes situada en el sureste de Europa.

En torno al 58 por ciento de los habitantes del país balcánico viven en los 34 principales centros urbanos, y en la capital, Skopje, se encuentra algo más del 20 por ciento de la población total del Macedonia.

Desde mediados del siglo pasado, unos 700.000 habitantes de las aldeas pasaron a vivir en las ciudades en busca de una vida mejor, dejando cerradas sus casas en los campos.

Una aldea así es Tresonche, en el monte Bistra, en la parte oeste del país, donde reina un ambiente de silencio y se van arruinando poco a poco las viejas viviendas construidas según el estilo arquitectónico tradicional de la zona, con piedra, terrazas de madera (en macedonio "chardak") y las ventanas pequeñas.

"Sólo quedamos tres familias aquí. La mayoría de las personas se fueron a lo largo de los últimos treinta años", cuenta en declaraciones a Efe Kuzman, un maestro jubilado de 68 años que vive en Tresonche junto a su mujer.

"Los emigrantes están hoy casi todos en Skopje, pero algunos incluso se han ido a Estados Unidos, Bulgaria o Serbia", agrega.

Ese mismo ambiente se siente en numerosas aldeas por todas las partes del país, y en 458 viven hoy menos de 50 habitantes, la gran mayoría de ellos ancianos.

Los demógrafos Slave Ristevski, de la Facultad de Economía de Skopje, y Apostol Simevski, del Instituto Nacional de Estadísticas, aseguran que si las cosas no cambian, esas aldeas quedarán despobladas en un período de diez años.

Debido a los problemas económicos en un país con una tasa de desempleo superior al 30 por ciento, los habitantes jóvenes de las aldeas no suelen casarse ni crear familias.

En un intento de mejorar la situación, el Gobierno ha tomado varias medidas financieras para estimular la natalidad en las aldeas y también ha aumentado subvenciones para la agricultura.

La despoblación masiva de las aldeas comenzó después de la nacionalización de las propiedades privadas a mediados del siglo pasado, en la antigua federación comunista yugoslava, de la que Macedonia formaba parte.

Prosiguió tras el colapso de las cooperativas agricultoras estatales, pocos años después, cuando los campesinos comenzaron a mudarse a las ciudades para trabajar en las fábricas.

Y la transición hacia el capitalismo liberal, que Macedonia siguió tras su independencia proclamada en 1991, tampoco ha cambiado esa tendencia.

Noticias

Nos hacemos eco del nacimiento de un nuevo blog, el que ha puesto en marcha Agustí Hernández, un trabajador por la causa de los pueblos abandonados, que ha hecho la mayor parte de su trabajo en la Comunidad Valenciana, y que ahora nos lo muestra en su bitácora, que os recomendamos por afinidad a nuestro trabajo.

http://www.elspoblesvalenciansabandonats.blogspot.com:80 

Del mismo modo, y dado que faltan escasas fechas, os anunciamos la celebración del III Coloquio "HABITAT DISPERSO, DESARROLLO RURAL Y SOSTENIBILIDAD", que tendrá lugar en la localidad turolense de Puertomingalvo, los días 25 y 26 de octubre, y cuyo programa podéis encontrar en nuestra web www.maestrazgo.org o en la página de CEDDAR cuyo link encontraréis entre nuestros favoritos.

Castilla y León gana 14.420 vecinos en doce meses, el mayor incremento en seis años

Castilla y León gana 14.420 vecinos en doce meses, el mayor incremento en seis años

Leemos en la edición digital de El Mundo la siguiente noticia de M. Peláez

VALLADOLID.- A cuentagotas, pero Castilla y León suma y sigue. En un año, el que va de julio de 2007 al mismo mes de 2008, la Comunidad consiguió que en sus registros se inscribieran 14.420 nuevos vecinos. O lo que es lo mismo, que ganara un 0,5% de población.

Se trata del mayor incremento experimentado en esos meses en la región desde al menos 2002, según las estimaciones publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Estos datos vienen a confirmar que la población vive una tendencia al alza continuada. ¿La razón? Un repunte del número de nacimientos y un aumento de la población inmigrante que encuentra en Castilla y León un lugar idóneo para asentarse. Eso ha contribuido también a que, entre enero de este año y el presente mes, la Comunidad volviera a sumar, en este caso 4.595 habitantes. En téminos relativos representa una subida del 0,2%.

Si se amplía la horquilla temporal hasta 2002 se observa que 49.856 castellanos y leoneses se han sumado a los registros regionales.

Aunque el cálculo realizado por este organismo permite a Castilla y León dar un respiro a la hora de analizar el gran problema de la despoblación, lo cierto es que no ha sido el área de España con mayores incrementos, ni siquiera está por encima de la media nacional —1,6%—. De hecho, se coloca como la quinta Comunidad —por detrás de Asturias, Extremadura, Galicia y País Vasco— con menores índices de crecimiento, según las estimaciones del INE.

Contrasta y mucho con el casi 3% de aumento registrado en Baleares y Murcia, o el 2% superior de Valencia, Castilla-La Mancha, Madrid o Canarias.

Pero ¿el crecimiento es homogéneo por grupos de edad? Ni mucho menos. Castilla y León, como ya se lleva tiempo alertando, pierde 'cerebros'. Y es que la rebaja poblacional se inicia a los 10 años y concluye a los 29. A partir de esa edad se remonta, ganando número de habitantes, hasta llegar a los 65 años donde se vuelve a producir una curva descendente que culmina a loas 74 años. De ahí en adelante se ha ido ganando población desde julio de 2007 a la actualidad.

Tampoco los aumentos son homogéneos a lo largo de todo el territorio nacional. Todas las provincias, a excepción de León, Palencia y Zamora, han visto cómo sus pueblos y ciudades se poblaban en los últimos años.

La mayor caída se experimenta en Zamora. En el último año restó de sus registros 491 habitantes, un 0,2%. En ese mismo 'negro' listado, se encuentra Palencia, con pérdidas superiores a los 230 vecinos (un 0,13%), y León, que en un año ha visto cómo desaparecían de sus ficheros 74 personas, un 0,01%.

En el extremo contrario se sitúa Segovia. Es la provincia castellana y leonesa con niveles más positivos en términos relativos. Desde julio de 2007 al presente mes, ha ganado un 1,7% en su censo, lo que se traduce en 2.701 nuevos habitantes.

Por encima de ese uno por ciento también están Ávila —en concreto 1,2%—, y Burgos, con un 1% exacto. Ambas 'dibujan' una tendencia al alza que le permite anotar 2.117 abulenses y 3.850 burgaleses.

Valladolid es la provincia con mayores crecimientos en términos absolutos —5.074 habitantes y un 0,9%—. Por encima también de la media regional se coloca Soria, con más de 665 nuevos vecinos (un 0,7%). Por debajo de ese promedio, estaría Salamanca, que sólo ha logrado ganar un 0,2% a su población —809—.

Papel Mojado

Papel Mojado

Leíamos recientemente a Pedro Vicente en el Diario de León el siguiente artículo de denuncia sobre lo acontecido con un Observatorio Contra la Despoblación. Os lo recomendamos.

 

RECIENTEMENTE hemos sabido que el Observatorio regional contra la despoblación, constituido en 2006 por las Cortes de Castilla y León, permanece inactivo desde su misma creación. Dicha inactividad se achaca a la duda existente sobre su adscripción administrativa, esto es, si debe depender del Parlamento que lo creó o de la Junta. El hecho ilustra perfectamente el desinterés de ambas instituciones por afrontar de verdad el problema. La creación del citado Observatorio era una de las 73 medidas incluidas en la Estrategia Regional contra la Despoblación aprobada en 2005 por las Cortes de Castilla y León. Menos mal que su principal cometido era llevar a cabo el seguimiento de la aplicación de las otras 72 medidas. Eso me deja mas tranquilo. Lo digo porque de esas 72 medidas no ha existido prácticamente el menor rastro desde entonces, con lo cual la verdad es que el Observatorio en cuestión no habría tenido mucho que «observar».

El ligero repunte demográfico registrado en la Comunidad ha permitido a la Junta sacar pecho, como si estuviera en el buen camino en materia de población. Y nada más lejos de la realidad. De todos es sabido que ese repunte no se ha debido a un crecimiento vegetativo de la población «autóctona», sino al aluvión de inmigrantes durante estos pasados años de bonanza económica. Descontado este último factor, desgraciadamente puede que coyuntural, subyace la incesante pérdida de población en el medio rural, que era el fenómeno que trataba de combatir la dichosa Estrategia, a día de hoy reducida completamente a papel mojado.

Junto a la despoblación rural, el creciente desequilibrio territorial entre unas provincias y otras es otro de los graves problemas estructurales de Castilla y León. El incremento de la renta media de la Comunidad hasta el 97 por ciento del promedio europeo encierra una gran desigualdad interna. La distribución provincial de esa renta dibuja un mapa hemipléjico, en el que las cuatro provincias situadas al Oeste (León, Zamora, Salamanca y Ávila) se han quedado descolgadas del tren delantero que comparten Burgos y Valladolid. La diferencia de 35 puntos entre Burgos (113 por ciento) y Zamora (78) revela el grado de descohesión a que ha conducido un crecimiento económico absolutamente desordenado, sin la mínima planificación territorial. Al igual que ocurre con la despoblación, el problema está detectado y diagnosticado. Otra cosa es la voluntad política para atajarlo.

El nuevo Estatuto de Castilla y León (disposición adicional primera) insta a la elaboración de un Plan de Convergencia Interior destinado a «eliminar progresivamente los desequilibrios económicos y demográficos entre las provincias y los territorios de la Comunidad» (sic). Pues bien, toda vez que la reforma estatutaria fue aprobada por el Parlamento Autonómico a finales del 2006, tiempo ha tenido la Junta de ir elaborando un Plan que debería ser absolutamente urgente y prioritario. Sin embargo, tal urgencia y prioridad no se ve por ninguna parte y en mayo del 2008 no se tiene el menor indicio de que se esté trabajando en esta materia. ¿Quedará también en papel mojado ese mandato expreso incluido en el nuevo y cacareado Estatuto?

NOS QUEDAMOS SOLOS

 Leemos un magnífico artículo de Paco Antón en La Opinión de Zamora  todo un ejemplo de la realidad que vivimos en la España interior, y que es perfectamente extrapolable a otros muchos territorios, como el caso del interior de Teruel. Todos hemos oído decir muchas veces, que otro "gallo nos cantaría", si la Semana Santa durase todo el año.

 Acabó la Semana Santa y nos hemos vuelto a quedar solos. O casi. Yo creo que el domingo se han ido de Zamora más de los que vinieron. Después del bullicio y de las aglomeraciones de estos días, hay pueblos que parecen desiertos y calles de la capital por las que no se ve un alma. Bueno, quizá exagero, pero ésa es la sensación después de tanto evento procesional y de tanto gentío por el centro de la ciudad y también por los barrios de la periferia, donde incluso aparcar el coche ha sido empresa difícil. Dicen los que saben de estas cosas, que durante los días grandes de esta semana la capital acoge a unas 300.000 personas, lo que supone multiplicar por cinco la población habitual. De la provincia no suelen ofrecerse datos comparables, pero lo cierto es que en estas fechas vuelven a sus raíces más hijos y nietos del pueblo que durante el verano. Normal, si es verdad lo que dicen los datos estadísticos: que hay ya más zamoranos fuera de su tierra que residiendo en la propia provincia. Así que ahí está la primera explicación de por qué recibimos tantas visitas en estos días, sin que ello suponga restar atractivo alguno a la Semana Santa zamorana, ni pretenda tampoco aguarle la fiesta a los contadores oficiales de turistas ni a los que promocionan la ciudad y la provincia.
El caso es que nos vamos quedando solos, que cada vez somos menos y que ahí no para la sangría humana. Se afanan las administraciones, o eso dicen, en confeccionar planes contra la despoblación de estas tierras de interior, en poner dinero a espuertas para que el personal no se vaya a Madrid y a Cataluña y en idear incentivos para que vuelvan algunos de los que se marcharon e incluso para que vengan de otras regiones. Pero se ve que no, que la gente sabe discernir todavía entre el corazón y la cartera, por lo que sale pitando hacía la periferia rica en busca de los garbanzos, abre tenderete donde los encuentra, y reserva la Semana Santa y las Navidades para darle gusto a los sentimientos. Primero, la obligación. No cuajan las políticas contra la despoblación del Gobierno autonómico, los planes especiales del Gobierno central para hacer atractivas estas tierras ni los discursos optimistas de algunos agentes sociales. Y no hay trazas de que el futuro inmediato sea distinto a los últimos cincuenta años.
Nos lo acaba de vaticinar el Instituto Nacional de Estadística, que de esto sabe un rato. En el próximo decenio, España tendrá cerca de tres millones más de habitantes, ya que de aquí a 2017 casi todas las autonomías aumentarán su población de forma notable, excepto cuatro de ellas. Y en la excepción estamos nosotros, está Castilla y León, que encabeza ese cuarteto de comunidades que verán mermado su padrón con unas previsiones de escándalo: en esos diez años la región puede llegar a perder más de cien mil habitantes, con lo que bajaremos de esos mitificados 2,5 millones de almas que ahora tenemos. Pintan bastos una vez más. Y ya se pueden imaginar qué provincias de la comunidad bicéfala -no piensen en Burgos o en Valladolid, desde luego- seguirán sufriendo en mayor medida esta despoblación (que es desbandada también, pero sobre todo crecimiento vegetativo negativo, por muchos cheques-bebé y demás subvenciones que repartan los políticos). Palabrería sí le echan, pero no dan con las medidas idóneas. Van a tener que escurrirse la sesera más todavía. Si en Zamora lo de crear fábricas, polígonos y esas cosas que dan trabajo no resulta -que parece que no-, está claro dónde está el filón y cómo explotarlo: que la Semana Santa se celebre durante todo el año.

El 20% de la población alicantina ya supera los 65 años de edad

Leemos en Las Provincias

Alicante se ha convertido desde hace unos años en el destino elegido por los jubilados extranjeros para fijar su residencia, lo que está acelerando el envejecimiento de la población, que evidentemente tiene su causa en el aumento de la esperanza de vida y la reducción de las tasas de mortalidad.

La pirámide poblacional está cambiando y pese a que la natalidad ha empezado a recuperarse gracias a la inmigración, la realidad es que los servicios sociosanitarios alicantinos ya están afrontando el impacto de los cuidados de este colectivo.

Actualmente, más de 1.820.000 personas están censadas en la provincia, y de ellas el 17% superan los 65 años (305.007 personas), según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2007. Es decir, casi dos de cada diez alicantinos están en el periodo de jubilación, una cifra que se prevé que aumente un 12% en 2010 con la incorporación de otros 36.300 mayores al censo de la provincia.

De hecho, según las estimaciones de los geriatras, es a partir de este año cuando las tasas de envejecimiento se incrementarán más debido a un periodo clave en la historia española como fue la Guerra Civil.

Este conflicto bélico provocó unas tasas de mortalidad infantil muy elevadas y un descenso de las de natalidad. Y la población que hasta el pasado año se estaba sumando al colectivo de los mayores nació precisamente durante los años de guerra. Por ello se espera que las siguientes generaciones disparen las tasas de envejecimiento.

Casi sin niños
Actualmente, las cifras del Ine muestran que en medio centenar de municipios de la provincia, y de un total de 141 poblaciones, el porcentaje de ancianos alcanza o supera ya el 25%. Este es el caso de Famorca y Tollos (ambos situados en la comarca de El Comtat), que se han convertido en los municipios más envejecidos de Alicante. Se tratan de poblaciones muy pequeñas que sólo tienen censados a 53 y 65 vecinos, respectivamente, pero con unas tasas de mayores que casi triplican la media de la provincia.

Así, en Famorca, con un 49% de su censo que alcanza los 65 años, sólo dos niños de entre 10 y 14 años viven en esta población. En el caso de Tollos, la situación se repite con tres niños menores de 14 años y una tasa de personas de más 65 años que asciende ya al 47%.

Los 78 mayores que residen en la Vall d'Alcalà (Marina Alta) sitúan a su población en la tercera más envejecida (casi un 41%). Le siguen Castell de Castells (Marina Alta), con una tasa del 36,5%; Benifallim, en L'Alcoià (36%), y Quatretondeta, en El Comtat, con un 35,5%.

Precisamente, esta situación de despoblación y de emigración de personas jóvenes que está afectando a los municipios de la Montaña de Alicante ha llevado al centro de desarrollo rural Ceder Aitana a impulsar diferentes proyectos para intentar captar a nuevos pobladores.

La iniciativa -que se extiende a 55 núcleos rurales de las comarcas de El Comtat, L'Alcoià y la Marina- consiste en ayudas para la creación de nuevas empresas que generen más empleo y puedan ofrecer a familias jóvenes a instalarse o regresar a los municipios más pequeños del interior. Entre los negocios que más se están promoviendo destacan la apertura de alojamientos rurales, y la creación de campos de agricultura ecológica y microviñas, entre otros proyectos.

Los más jóvenes
Esta situación de despoblación contrasta con la que se vive en San Vicente del Raspeig y Mutxamel, los dos municipios más jóvenes de Alicante. Y es que ambos muestran unas tasas de personas mayores de sólo un 11% y un 11,4%, respectivamente. La ubicación de la Universidad de Alicante (UA) en San Vicente del Raspeig, así como la mejora de las infraestructuras, y una oferta de viviendas con precios más económicos pueden explicar estos bajos porcentajes.

Petrer (12,29%); Rafal (12,5%) y San Isidro( 13%), ambos en la Vega Baja; Bigastro, Crevillent y Elche (con un 13% de mayores) son otros de los considerados más jóvenes. En el resto de los municipios alicantinos las tasas se sitúan sobre la media de la provincia o la superan ligeramente.